Pequeño Zayn.

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Zayn no tenía idea de cómo mostrar a su madre aquella convocatoria. Él sólo quería poder hablar con ella sin recibir gritos o golpes como respuesta.

Pero, tristemente, eso no sería posible.

La familia del pequeño Zayn era bastante irregular, estaba conformada por su madre, una mujer de compañía, o, en palabras más reales, prostituta, que sólo se encargaba de menospreciar a las personas que contribuían en algo con el mundo y de golpear a Zayn cuando se sentía frustrada, es decir, la mayoría del tiempo. Por otro lado estaba Tom, el novio de la madre, un hombre demasiado monstruoso para Zayn, con muchos tatuajes y una expresión asquerosa en su rostro. El niño ni siquiera sabía a qué era lo que se encargaba aquel hombre tan sucio, pero definitivamente no era algo bueno. Y por último tenía a su hermanita, que, por cierto, no había nacido aún y lo único que hacía era poner a su mamá un poco más insoportable de lo común.

Pero la verdad, su único familiar en el mundo era su osito Arty. Zayn, todos los días llegaba de la escuela a abrazarlo y contarle todos sus secretos. Qué triste que lo único que le escuchase en el mundo fuera un oso de felpa.

La historia de Arty era muy fácil. El pequeño lo había recibido como un regalo de una organización de caridad de la ciudad, el día que se lo dieron, su padrastro decidió que era un regalo demasiado infantil como para un niño de ocho años, así que lo botó a la basura. Aquella madrugada Zayn salió en busca de su amigo y lo guardó dentro de su chaqueta, poco sabía el niño que ese era el comienzo de una amistad infinita.

Así era, de eso se trataba... Lágrimas, osos de felpa, maltrato y pensamientos, esas palabras podían describir la vida del pequeño Zayn a sus tempranos ocho años.

Y, casi olvidaba: Un premio.

A pesar de ser tan pequeño y triste, Zayn siempre obtenía las mejores calificaciones de su clase. Su maestra no podía quejarse del pequeño ni por un segundo puesto que la vida de Zayn era una constante lucha por complacer a todos los adultos. Más por miedo que por otra cosa.

Aquel martes, el pequeño recibió una sorpresa en la escuela... Habían premiado todo su esfuerzo, había ganado algo, era parte de un paseo, Arty podría acompañarlo...

-Mami. -Zayn se armó de valor para pronunciar esa única palabra.

Su madre, que estaba acostada en un mueble viendo la televisión, lo miró con repugnancia.

- ¿Otra vez tú? ¡Ya! ¡Cállate! ¿Qué mierda quieres ahora? -Empezó a hablar la mujer con demasiado odio en cada una de sus palabras.

Si las palabras de su madre tuvieran un color, tal vez serían más oscuras que el negro.

-Perdón, es que, la escuela mandó ésto...-El pequeño tendió su mano con aquella circular, bajando la mirada y con el ritmo de sus latidos más rápido de lo usual.

Su madre rompió el sobre bruscamente para así sacar la nota que se encontraba dentro de éste. Empezó a leer.

Zayn no sabía dónde esconderse o qué hacer si su madre intentaba golpearle de nuevo, él tenía en claro que se merecía todos esos golpes por ser tan "idiota" (así le decía Tom) pero la verdad era que dolían mucho y él no quería sentirlos, no otra vez, no después de casi morir hace unos meses.

-Ojalá te lleven bien lejos y ese avión se estrelle -contestó su madre tras leer la convocatoria.

El pequeño pensó en un avión estrellándose.

- ¿Si iré?-preguntó casi inaudible.

-Toda oportunidad de tenerte lejos de aquí es bien recibida.

Los superhéroes existen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora