Capitulo 20

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─Estoy nerviosa.

─Tranquila, solo es un evento de caridad, no pasara nada.

─Aun así estoy nerviosa.

Santi no evito reírse─. Ya lo has repetido varias veces.

─Estoy nerviosa, y es cierto, mira ─las manos le temblaban─. Estaremos rodeados de personas que-

─Ya, estarás rodeado de personas casi normales, con cientos de millones en sus bolsillos, y si se dan cuenta de tus miedos nos miraran como insectos.

─Gracias eso me da ánimos ─vacilo─. No me sueltes.

─En ningún momento lo hare.

─Es enserio, Santi, no me sueltes.

La jalo fuera del auto.

─No voy a soltar a mi novia. Al menos que me den varios millones claro.

─Pero lo compartirás conmigo ¿cierto?

─No.

Le dio un codazo.

Subieron los escalones hasta llegar a la puerta principal, era un salón de eventos muy conocido en Madrid, el Amperios, famoso por sus hermosos jardines naturales, y por supuesto, por ser tan exuberante para los ricos. En la puerta los esperaba un hombre quien pidió sus invitaciones, se las entregaron, y luego este les pidió sus nombres.

─¿Tiene listo el cheque, señor?

El asintió.

─Pueden pasar.

Era como entrar a un palacio, todo era impecable, un gran salón con ventanales gigantescos rodeados de finas cortinas azules de seda, candelabros adornaban el techo. Era una zona de confort muy lujosa. En el fondo había un pódium de cristal, una barra con varias botellas en su interior, el lugar estaba repleto de gente adinerada, un hombre en el piano y una mujer en el violonchelo eran la música viva del salón, Santi reconocía la pieza que tocaban. Los meseros eran incontables, no paraban de moverte de un lugar a otro con charolas llenas de bebidas y otras con aperitivos.

Santi sintió el apretón.

─No te voy a soltar, vamos.

─Sí.

Lo primero era buscar al señor Stilman, y entregarle personalmente el cheque que Sandra le había dado, la cuestión era que no sabía quién de todos esos millonarios era Stilman. Las especificaciones de Sandra no eran suficientes; hombre joven, ojos oscuros, sonrisa suave y firme.

─No creo que lo encontremos tan fácil ─dijo, mientras se acercaban a una pareja de cuarentones─. Disculpe, me podría decir donde se encuentra el Sr. Stilman.

La pareja que conversaba los observaron de pies a cabeza.

─No les había visto antes ¿Quiénes son?

Santi odiaba ese tipo de miraditas. Guardo la compostura.

─Somos amigos de Sandra Collins.

─Esa mujer siempre enviando a sus empleados ─dijo aquella mujer.

─No somos sus empleados ─respondió ante su indirecta, Melissa se aferraba a su mano.

─Bueno, niñito, no creo que el Sr. Stilman se tome la molestia de atenderlos ¿comprendes?

─Por supuesto, entiendo perfectamente ─su tono era agudo, lleno de molestia.

La pareja se alejó de ellos, mientras murmuraban.

Rincón Exquisito © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora