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Un emisario. Derek necesitaba un emisario y no sólo eso, una manada. Stiles se restregó la cara con las manos frustrado. Ese día le tocó estar en la comisaría vigilando a los arrestados que no cesaban de llegar. Varios borrachos, un par de ellos por hurto, un exhibicionista y un tarado que aseguraba haber oído lobos y que iban a por él porque era su líder. "Soy el enviado" le oía Stiles gritar cada dos por tres, crispándole así los nervios. Echando mano de su caja de chicles, se echó dos a la boca para apaciguar así las ganas de fumar que tenía.

Tras la visita de Chris, todo seguía exactamente igual. Derek no había averiguado nada sobre los betas ni éstos habían hecho acto de presencia. Eso le impacientó aun más aunque Derek estaba más preocupado por otra razón: la próxima luna llena. Por ello, se hizo con cadenas lo suficientemente fuertes como para poder mantenerle atado si no podía controlarse y su bestia le exigía transformarse. El problema era que justo esa noche Stiles tenía guardia allí en la comisaría y nadie quiso cambiársela.

_ Estaré bien. No hace falta que seas tan precavido -dijo Derek mientras dejaban las cadenas sobre el suelo de la habitación como hacían siempre.

_ Ésta vez no podré estar contigo. Además, sé que va a pasar algo malo. Es... es un presentimiento, ¿vale? Y no me gusta.

_ No tiene por qué pasar nada malo, Stiles. No saldré de la casa si es lo que te preocupa.

_ Eso no puedes saberlo. En ese momento no serás tú. Tu parte racional, tu parte humana dejará paso a la animal. A tu verdadera naturaleza. Eres un lobo, lo quieras o no y en cuanto salga la luna llena te revolverás entre esas cadenas y te transformarás. Y Dios sabe qué más harás a partir de entonces sin tener siquiera consciencia de ello. Lo siento, yo -dijo al ver la mirada herida de Derek- esto me sobrepasa. Sé que no vas a matar a nadie pero tengo miedo por ti. ¿Y si te dan caza? ¿Y si yo no puedo estar ahí para ayudarte? ¿Y si...?

Stiles quiso continuar pero Derek le atrajo hacia él para besarle mientras le rodeaba la cintura. Éste pasó sus manos por su cuello para intensificar el beso.

_ No va a pasar nada -dijo Derek sobre sus labios.

_ Tengo miedo, eso es todo. Y es normal que lo tenga, no puedo evitarlo.

_ Los que deben tener miedo son aquellos a los que vas a custodiar esta noche. Aun no conocen al agente Stiles...

Eso le arrancó una sonrisa.

_ Deberías ir cambiándote ya. ¿Vas a llevarte algo para cenar? -comentó Derek mientras enredaba sus dedos con los suyos.

_ No. Pediremos algo por ahí. Antes de irme te dejaré bien atado.

Derek tan sólo asintió. Stiles aprovechó entonces para darse una ducha rápida y vestirse. Derek esperó pacientemente en la habitación aunque los efectos de la luna llena ya los estaba notando. Cuando Stiles apareció ante él vestido de policía y con el pelo algo despuntado, se sintió realmente orgulloso por él. Sin muchas ceremonias, Derek se sentó en el suelo, apoyándose sobre la pared. Poniendo las manos frente a Stiles, éste dudó unos segundos con las cadenas en las manos. Derek pudo sentir su indecisión para, segundos después, tras asentir para sí, comenzar a rodear sus muñecas con las cadenas, pasándolas luego por su cintura para de ese modo no facilitarle la huida. Tras asegurarse de que estaban bien sujetas y que no tenía facilidad de movimiento, Stiles se levantó y se fue hacia la puerta.

_ Sabes que no me gusta eso, ¿verdad?

_ Lo sé. Ve a trabajar, se te va a hacer tarde.

DestierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora