Capítulo 10

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Capítulo 10

-¿A dónde me llevas?- Le pregunto a Larsson después de que su chofer gira en la esquina de su mansión, conducía a alta velocidad.

Y sé que me voy a ir a para siempre de la casa de Larsson TIGRE, ya que él se aseguró de que tomara a toda la ropa que él compró para mí.

Mantiene una actitud grosera, simplemente mirando hacia el parabrisas del vehículo. No demora mucho tiempo en sacar un cigarrillo y un encendedor del bolsillo derecho de sus pantalones oscuros.

Su sobretodo esta entreabierto y se ve claramente su abdomen marcado.

El joven encendió el cigarrillo y aspiró con nerviosismo.

El humo va llegando y responde rápidamente con sequedad. - Pronto, pronto lo sabrás.

Unos cuantos kilómetros más y finalmente el ópalo negro estaciona delante de una mansión de dos pisos con adornos antiguos. Las paredes están pintadas con colores pastel. Puertas, ventanas y techos están pintados de blanco.

En la entrada principal de la casa, hay una señora con el pelo rojo y ojos azules. Parece una cincuentona. Está bien vestida.

Usaba una falda hasta las rodillas en color negro, una blusa de satén caramelo y tacones negros. Ella mantiene una postura firme y obediente.

Señor Larsson. - Ella sonríe levemente y se complace en verlo de nuevo.

Larsson desciende del coche y el conductor abra la puerta para mí, entonces voy con mis bolsas de ropa.

La mujer de pelo rojo me mira y sonríe educadamente, pero yo sigo con mi cara seria y triste de estar allí.

Constancia, Esta es Emily. - Larsson dice finalmente después de que él inhala su cigarrillo nuevamente.

La mujer me mira de nuevo, tratando de ganar mi confianza.

-Desde hoy, Emily vivirá en esta casa. - Larsson dice.

Bajo mi cabeza y miro a mi vestido azul. Y pienso. ¿He hecho algo malo para que me traiga a esta casa? Y ¿mantenerme lejos de él?

Quiero que la cuides bien. - Le dice a Constancia y guiña un ojo a ella.

Constancia asiente. - Sí, señor.

Larsson se vuelve y me mira por un momento, su mirada es una mirada de despedida. Tal vez un adiós.

Me desespero, pensando que nunca lo volvería a ver. Mis lágrimas corren por mis mejillas y trato de controlar mi llanto.

Constancia mira con miedo a Larsson y él arroja el cigarrillo, acercándose a mí, tratando de tranquilizarme un poco.

Sus manos tocan mi espalda y me jala hacia él, pero mis maletas me impiden sentir el calor de su pecho semidesnudo. Él se apoya la barbilla en la parte superior de mi cabeza y cuando puedo controlar mi llanto, miro a la cara y pregunto.

¿Nunca más te volveré a ver?

Él sonríe y mira hacia arriba, y poco después sus ojos verdes ven mis ojos húmedos de lágrimas. Sus manos sostienen firmemente mi cara.

- Por supuesto que no. - Él apoya su frente en la mía. – Te veré casi todas las noches.

Un alivio toca mi pecho cuando oigo "Te veré casi todas las noches". Esta es una señal de que él se preocupa por mí y me quiere ver en otros momentos de su vida.

Dejo caer mis bolsas de ropa al suelo con toda su fuerza. Mis brazos van alrededor de su cintura y él lo afirma ante la Señora Constancia.

Levanto la vista y me encuentro con sus ojos verdes brillando en mí. Me doy cuenta de que mi mirada también lo perturba y mira a su alrededor y luego me encara indefensa.

Eres un ángel, yo nunca voy a olvidar todo lo que hiciste por mí.

Él sonríe nerviosamente y mira hacia otro lado. - Vamos a dejar de agradecer otra vez.

Sus manos quitan mis brazos de su cintura. - Ahora tengo que irme...

Nuestros ojos se despiden de nuevo. Él mira a la señora Constancia. – Cuida bien de ella.

Constancia asiente con la cabeza de acuerdo con él.

Mañana por la noche vuelvo a verte.

Larsson dice y limpia una lágrima de mi cara y mantengo sus dedos, tratando de no soltarlos más. Pero él camina lentamente hacia atrás y retira suavemente mis dedos.

Él camina sin prisa a su coche oscuro, entra en el coche y su conductor lo aleja de mí.

Sin embargo, me quedo quieta, con mis bolsas de ropa en el suelo alrededor de mis pies.

Y trato de explorar al máximo la imagen de Larsson TIGRE dentro de ese coche oscuro, sentado en el asiento de atrás, tal vez apretando su codo contra el vidrio oscuro del coche y el dedo índice entre los labios, y luego encendiendo otro cigarrillo.

Miro el cielo azul por encima de mí, y yo sonrío, sabiendo que una cosa es cierta.

Mañana por la noche voy a estar contando los segundos para volver a ver esos iluminados ojos verdes, que me han fascinado cada

momento desde el primer día que lo vi al borde de la carretera.

Y tengo un gran deseo de ser lo más preciado en su vida, al igual que el tigre en su jaula es para él.

Aunque la obsesión del tigre trate de derrotar al verdadero afecto ardiente entre dos personas.


FIN


Obsesión  del  TIGRE (Novela adulta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora