Que fácil, que fácil era para ti cambiar de tema, huías, simplemente salias por la tangente, si te decía que te quería, solías preguntar por el clima o cualquier otra cosa que evitara que respondieras, pero la culpa también era mía por seguir tu juego, por no insistir lo suficiente, por no obligarnos a hablar, a decir todo lo que debíamos. Así de fácil como esquivabas los momentos que te parecían incómodos, así me evadías a mi, a mis sentimientos, así te librabas de todo.
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Poesia bastarda.
PoetryPequeños fragmentos de mis pensamientos plasmados en una patética obra.
