11: Final

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(Años más tarde)

Dentro del pequeño cuarto, un joven de 21 años se preparaba para dar el paso más importante de su vida.

-¡Ya Dylan, que me hago vieja!- gritó Giselle desde afuera, tocando la puerta repetidas veces.
-¡Ya, ya voy, relájate!

La puerta de madera se abrió, dejando ver a un jóven, vestido con un traje negro y corbata. En su opinión, lo más elegantemente ridículo que había usado en su vida.

-Te vez bien- comentó ella.
-Me veo como un mono enfundado en esta cosa- Giselle rió.
-Yo no me veo más linda. Pudieron escoger otro color para los vestidos mejor que el morado.
-Calla y vámonos.
-Espera... ¿Lo tienes?
-Por supuesto- sonrió él, palmeando la cajita en su bolsillo.

Ambos sonrieron y se encaminaron hacia la salida. Tomaron el auto de Dylan y se fueron, sonriendo.

***
Los nervios lo estaban matando.
Nunca, nunca jamás se imaginó a sí mismo en una situación así. Mucho menos con su mejor amigo y novio desde hace 5 años aproximadamente.
El punto es que nunca había estado tan nervioso y emocionado al mismo tiempo.

-¿¡Cuánto más tengo que esperar?!- esta vez era Karla la que esperaba afuera de la habitación.

Se miró una vez más al espejo:
Peinado en su lugar, el traje blanco perfectamente arreglado, corbata negra y un pequeño adorno color lila en un costado del saco.
Demonios, Chris, eres peor que una mujer. Pensó para sí mismo.

La puerta se abrió y Karla entró. Sonrió al verlo arreglarse de nuevo frente al espejo de cuerpo completo.
-Estás excelente. Ahora ¿podemos irnos ya? Giselle me mandó un mensaje, dice que ya van en camino.
-Está bien, sí. No quiero llegar aún más tarde.

***

Los primeros en llegar al lugar de la recepción, que sería el jardín trasero de la casa que la pareja compartía, por obvias razones fueron Dylan y Giselle.

Había un pequeño altar adelante en el centro, adornado con un arco de flores y listones alrededor. Delante, dos filas de bancas pintadas de lila para los asistentes.

Giselle lo guió frente al altar, en donde detrás, estaba un juez con un libro abierto frente a él.
La chica se posicionó al lado opuesto del altar, pero un poco más abajo. Le sonrió a Dylan, transmitiéndole tranquilidad.

Los invitados empezaban a llegar, la mitad de las bancas estaban ocupadas, y él no llegaba. Dylan empezaba a desesperarse.
-Tranquilo, llegará.- había dicho Giselle. El hecho de que fuera ella quien se lo aseguraba lo ponía más tranquilo.

5 minutos después lo vio. Ahí, parado en la entrada con Karla y su madre a su lado. Se veía tan perfecto con el traje blanco...
Sus miradas se conectaron y sonrieron con nerviosismo como cuando comenzaron a salir pensaron ambos. Karla se colocó junto a su amiga. Como damas de honor, ambas llevaban el mismo vestido color lila.

Los cuatro se sonrieron entre sí, mirando a los presentes, entre ellos la familia de ambos novios y alguno que otro ex compañero de preparatoria.

-Ahora, sus votos- dijo el juez. Dylan comenzó. Miró a su pareja, después a su madre, de nuevo a Chris. Como no había preparado nada tendría que improvisar. Y habló:

-Hace poco más de 5 años yo era heterosexual. De hecho tenía una novia, que está aquí presente y ahora es una de mis mejores amigas- miró de reojo a Karla y sonrieron- bueno, este chico de aquí fue mi mejor amigo durante toda la preparatoria. Jamás imaginé que encontraría el amor en mi mejor amigo.- Chris estaba aguantando las lágrimas de la emoción- te amo mucho Chris. En serio lo hago, y creeme cuando te digo que nada me haría más feliz que estar a tu lado toda la vida.

Los presentes aplaudieron, conmovidos por la declaración de amor tan repentina y espontánea.
Ahora fue el turno de Chris:

-No tengo mucho que decir, porque ya todo lo he dicho. Simplemente quiero que todos aquí sepan lo que este hombre, a pesar de 5 años de relación, me hace sentir.
Hemos tenido problemas, como todos, pero cualquiera que ame de verdad es capaz de superar lo que venga, por muy ridículo que sea.
Aún no se que hice para merecerte, Dylan. Te amo más de lo que alguna vez imaginé amar. Y estar hoy aqui, y que me dejes amarte, es lo mejor que me pasó en la vida.

Ambos se miraron y sonrieron.
Giselle y Karla les pasaron los anillos a ambos.
Y después de que ambos pronunciaran el "sí acepto", y el juez dijera "ahora, los declaro casados", sin esperar nada más, Dylan lo tomó por la cintura atrayéndolo a su cuerpo y lo besó. El beso más lleno de amor y pasión que pudieron dar en sus vidas.

De fondo, se escuchaban los aplausos y felicitaciones de los invitados, junto con los gritos ahogados de emoción de sus damas de honor.

-Te amo mucho Dylan. No te imaginas cuánto.
-Yo te amo muchísimo más, pequeño.

Y es que el hilo rojo del destino siempre los había mantenido juntos, ahora más juntos que nunca.
Porque el amor no se jura ni se profesa, el amor se demuestra.
Y qué mejor muestra de amor que unir tu vida a la de la persona que amas.

Y muy a pesar de lo que todos les dijeron, que no durarían o que su relación se echaría por la borda, no les importó y aquí esta la prueba. Ahora están casados, y lo mejor de todo, en espera de la respuesta de su trámite para adoptar un niño.

Sin duda, una mejor vida no podrían desear.

Fin

Terminado el 07/10/2015
A las 2:48 pm

"AMIGOS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora