CAPÍTULO 1

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La siguiente historia, ya se encuentra terminada, pero está en proceso de edición. Les pido que tengan algo de paciencia, ya que soy consciente de que hay algunos errores de ortografía y coherencia ;-)

P.

El monótono e insistente sonido del maullido del pequeño gato Holly hace que me despierte. Recién estamos a miércoles, la semana es demasiado larga.
Me levanto, miro el reloj y corro sobresaltada casi estrellándome contra la puerta del baño.

No debería correr en la oscuridad.

El señor Desmond podría enojarse conmigo por llegar tarde, espero que no sea así.

Me calzo unos zapatos planos y tomo unos jeans, mi camisa, y un saco de lana. Me hago una simple trenza en el cabello y comienzo a dar vueltas alrededor de mi apartamento buscando algunos papeles y el cargador de mi teléfono.
No recuerdo exactamente a qué hora regrese ayer a casa. Debió ser muy tarde, pero Mandy, mi hermana menor necesitaba ayuda con su tarea de ciencias. Luego volví a mi pequeño y solitario apartamento habitado por mi gato y yo, casi a la madrugada. Fue difícil mudarme en un principio debido a lo complicado que fue para mi madre el hecho de aceptar que yo ya no era una niña, ella siempre me sobreprotegió demasiado, tal vez era el hecho de que viví la mayor parte de mi niñez lejos de ella.

Es muy tarde, y apenas lograré llegar a la oficina antes que el señor Desmond. Tomo mis lentes y mi enorme bolso con un montón de desordenados papeles a cada lado de mis brazos.

Suspiro frustrada antes de salir y observar la típica imagen londresina de cada día, cielo gris y llovizna. A pesar del inclemente clima salgo de casa sin preocuparme demasiado. Debo darme prisa si no quiero llegar aún más tarde. Tomo el autobús, y esta mañana, como cada día, esta casi completamente lleno. Así que como las otras veces, tengo que quedarme de pie hasta que llego cerca de la empresa.

Al entrar veo a la mujer mayor en la recepción que siempre es amable conmigo y trato de saludarla con un tono de voz poco audible. Si mi madre estuviera aquí, probablemente me reprendería y me diría que debo hablar fuerte y ser escuchada. Sigo caminando con la vista fija en el piso, observando mis propios zapatos ya que es una costumbre que no estoy dispuesta a dejar, y al fin llego a mi puesto, justo enfrente de la oficina de Desmond Styles.
Busco entre el desorden de mi escritorio la agenda en la que están consignados todos los deberes y citas de presidencia. Espero que no esté enojado al acercarme a la puerta de su oficina mordiendo mi labio inferior con nerviosismo y acomodando mis lentes, llevando la agenda abrazada a mi pecho.
Doy dos tímidos golpes en la puerta hasta que escucho la voz de mi jefe dándome permiso para pasar.

--- B-Buenos días, señor Styles --- Le saludo reprendiéndome mentalmente por sonar tan infantil e insegura.

El responde a mi saludo cordialmente y esboza una muy pequeña sonrisa. A simple vista, el señor Styles podría parecer un hombre frío, pero es una gran persona. En el año y medio que llevo aquí, he conocido al señor Styles más allá de su faceta de despiadado hombre de negocios.

Dudo un poco antes de acercarme a su escritorio y dejar la agenda sobre el para que el la revise como cada día.

--- Hoy tenemos mucho trabajo que hacer, Parker --- Murmura él en cuanto abre la agenda.

Por un incómodo, doloroso y vergonzoso momento, pienso que se refiere a la falta de orden.

El señor Styles hace un ademán indicándome que me siente en la silla frente a él del otro lado de su escritorio.

CONTRATO MATRIMONIAL• |H.S| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora