epílogo

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Pude ver tu cara entre el humo de mi habitación, y en ese momento me di cuenta de todos los errores que alguna vez tuvimos. Mientras jugábamos en la trampa, y corríamos por el laberinto con paredes de algodón, y veíamos el universo cuando nuestras miradas se unían. En ese momento me dí cuenta que solo los idiotas se enamoran de ti.

notes ; mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora