Prólogo parte 2/2 La profecía

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Los doctores dieron un paso hacia atrás al ver que el ojo izquierdo de la niña era de color negro, completamente de color negro. Tenían miedo de ver algo así, decidieron revisarlo otro ves pero al volverlo a ver era igual que el otro de color verde. Sebastián fue lanzado por la ventana y destinado a morir cortado al caer sobre la cerca, al caer sentía el frío de la muerte recorrer su cuerpo entero sentio sus piernas separadas de su torso y su cabeza la sentía húmeda al igual que su.brazo sentía que se su vida se apagaba lentamente fue cuando escucho una vos dulce de una pequeña

- ¿Padre?¿Donde estás?No te escondas.

- ¿Emily eres tu?- preguntaba Sebastián- tu, no eres Emily, ¿quien eres?¿Donde estás?¡Ayúdame!

- ¡No me dejes sola!¡Te extrañó mucho!

Se escuchaba en el espacio vacío a la distancia, cuando sentía una alegría eres tu mi querida...

- ¡Señor, despierte!- le gritó una enfermera para despertara.

Sebastián se despertó de golpe por el susto que le dio la señorita

- Ahhhh ¡mierda! No me asusté- gritó Sebastián - que pasó por que me despierta así.

- Señor su hija ya nasio - le dijo la enfermera.

- ¿Hey y que es? Pregunto por que escuchó que le dijo.

- Es una hermosa niña -

Con esta palabras Emily se despertó de repente

- ¿Que? ¿Una niña? - pensó Emily

Mientras tanto los doctores aún no se explicaban que había pasado cuando vieron el ojo de la niña ni que había pasado cuando la enfermera le pasó en los brazos después de cargarla, le temían pues pensaban reportará, pero no querían conflictos así que se la entregaron a Sofía

- Señorita Sofía aquí tené a su hijita- le dijo el doctor.

Sofía vio a la niña con gran alegría pero, después de ver a la niña por diez segundos y después su mirada cambio de una de alegría a una de desprecio

- ¿Donde está mi hija?- pregunto furiosa.

- E e e esa es su hija señorita Sofí...

- ¡Está no es mi hija!¡denme a mi verdadera hija!

Los doctores preocupados de que podía hacer la mujer con la pequeña la tomaron y se la llevaron a las cunas, normalmente hay más de cinco bebés pero hoy sólo estaba esa pequeñita.
En la sala de espera Sebastián seguía un poco confundido con ese extraño sueño pero no le importaba mucho por que su hija ya había nacido

- ¡Una niña!¡hurra!¡hurra! ¡hurra!- Desia Sebastián con gran alegría.

Fue cuando los cuatro hombres se despertaron se quitaron todo sus vendaje se formaron en fila y pronunciaron

-Ella desata el fin no debe vivir- dijo uno.

-191089 será el comienzo, 280408 será el su regreso- anunsio otro.

- Debe ser destruida antes de que se cumpla lo pre-dicho y al que se interponga se le dará un castigo peor que la muerte-Dijeron los otros dos al mismo tiempo

Todos sacaron un arma diferente de sus bolsillos y se dirigieron al lugar donde estaba la niña. Sebastián tubo una sensación helada después de escuchar aquellas palabras tomo a Emily y la escondió en un armario que se encontraba en el pasillo, después se decidió seguir a estos hombres y detenerlos tomo una varilla de metal del mismo armario y golpeó a uno de los hombres sin dudar dejándolo en el suelo sangrando de inmediato los tres restantes se abalanzaron sobre el. Uno se rato de no poder darle ningún golpe saco un arma de fuego y comenzó a disparar contra Sebastián uno de los sujetos trató de golpear a Sebastián pero no solo el esquivo el golpe sino consigio tomar el brazo de aquel sujeto y usarlo como escudo humano contra los disparos el hombre siguió disparando hasta que se le acabaron las balas, acto seguido lanzó el cuerpo sin vida a su oponente para después quitarle el arma y golpearlo con la misma hasta dejarlo inconsciente, luego se acercó el mas grande, Sebastián intentó golpearlo con una barra de metal pero este la esquiva sin gran problema el sujeto tomo a Sebastián por el cuello y lo arrojó contra las sillas, cuando Sebastián se levantó vio al gran hombre acercarse como un toro enfurecido Sebastián no alcanzó a quitarse y sue embestido con fuerza al levantarse fue corriendo al siguiente piso donde también había un ventanal enorme, el hombre lo siguió y trató de embestir varias veses Sebastián sé preparó para el siguiente golpe el su oponente, el hombre se acercó violentamente hasta Sebastián que vio la oportunidad perfecta para golpearlo y así fue Sebastián le atravesó el ojo derecho con la llave del auto el hombre parecido no afectarle por mucho tiempo, dirigió la mirada a donde estaba Sebastián y se abalanzó sobre el sin darse cuenta que la gran ventana estaba atrás de el. Sebastián se quitó de la trayectoria de aquel hombre asiendo que cayera cinco piso de altura y aparte cayera sobre la cerca que separaba el bosque con la ciudad. El se asomó para ver que le pasó al hombre y vio que su cabeza estaba partida por la mitad

- ¡Upss! Creo que me pase un poco.

Bajo a buscar a Emily y no la encontró en donde la dejó

- ¡¡Emily!! ¿¡Donde estás!? - preguntaba Sebastián con desesperación.

- Aquí estoy no grites papá - contestó Emily que veía las fotos en la paret - estaba platicando con una enfermera pero ya se fue.

- Ohhh te dije que te quedarás en el baño- reclamó Sebastián

- No es mi culpa esa enfermera me saco del baño y luego me dijo que...

- Y bien ¿dónde está enfermera?

- Está por hay - dijo Emily señalando un lugar vacío - creo, que, se fue.

- Eso no importa vamos a buscar a esa enfermera para que nos dija donde está tu hermana.

Emily fruncio el ceño ligeramente

- Buen ¿Como era esa enfermera?

- Su piel era de color blanca, su cabello era negro lacio con rizios en las puntas y sus ojos eran negros iris rojas.

A Sebastián se paralizó al escuchar las últimas palabras de su hija

- Mejor busquemos nosotros a tu hermana y a tu mamá

Sakura: El experimento 66-6 (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora