Capítulo 7.

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 —La célula de cáncer se ha extendido hasta este lado. Tal vez se ve pequeño, pero es peligroso. Una pequeña cirugía podría salvarla, pero el cáncer puede detenerse sólo por un tiempo.— Dijo el doctor señalando una imagen del cerebro.
—¿Qué podría pasar con ella si es demasiado tarde?—  Preguntó Daehyun.
—No podría ser salvada. Somos capaces de salvarla, pero la posibilidad es muy baja, alrededor del 55%.— Continuó el doctor.
Daehyun sintió sus labios temblorosos.—¿Hay una manera de salvarla sin cirugía?
—La quimioterapia, pero ella requiere más edad.

Daehyun volvió a la habitación donde se encontraba Seolmi, se acercó hacia ella y le acarició la mejilla. Después se sentó en una silla al lado de ella y se quedó dormido.
Ya han pasado dos días desde que Seolmi está en el hospital y no despertó. Daehyun nunca se fue de su lado, siempre estuvo allí para ella.
Seolmi abrió sus ojos lentamente, el techo blanco y el fuerte olor de hospital, la saludó. Luchó para levantarse y trató de ver con claridad, cuando otro dolor de cabeza se acercó a ella. Gimió de dolor y se masajeó fuertemente.
Encontró a Daehyun a su lado, durmiendo pacíficamente en una silla junto a su cama.
Daehyun gimió y luego estiró sus brazos, luego frotó sus ojos y pudo ver a la muchacha despierta.
—Oh ¿Ya estás despierta?— Dijo en tono de sueño.
—Daehyun, ¿Cuánto tiempo estuve aquí?
Él se rascó la cabeza.—Dos días.
Seolmi se sorprendió y asintió con la cabeza.—Oh gracias.— Dijo manteniendo su mirada abajo, se sentía mal por Daehyun.
Él se levantó de la silla y se dirigió hasta la puerta.—Voy a decirle al doctor que ya despertaste.— Dijo a punto de salir, pero la voz de la chica lo hizo detenerse.
—Daehyun-ah.— Dijo con tono de preocupación. Daehyun se dio vuelta para verla.
—¿El doctor habló contigo sobre la razón por la cual me desmayé? ¿Me pasará algo malo?
Daehyun se quedó pensativo por un rato, no debe decirle nada todavía.—Debes estar muy cansada, ¿Por qué no sigues durmiendo? Sólo relájate.— Dijo fingiendo una sonrisa y fue a avisarle al doctor sobre Seolmi. Él suspiró mientras caminaba lentamente cuando una lágrima se deslizó por su mejilla.

Después de hablar con el doctor, se sentó en un banco que estaba afuera de la habitación de Seolmi. Miró su teléfono confundido por si debía llamarlo o no, él apretó el botón de llamada.
—Hola Himchan, soy Daehyun. Seol está en el hospital por un caso de emergencia.
—¿Qué tipo de emergencia?
—Te lo explicaré todo cuando vengas al hospital.

Seolmi estaba sola en su habitación, estaba aburrida hasta que su celular comenzó a sonar, era una llamada de su madre.
—¿Hola?
—Hija, ¿Cómo estás?
—Bien, sólo estoy algo cansada.
— Seolmi, sé que estás en el hospital, por favor dime si te encuentras bien.— Dijo preocupada.
—M-mamá ¿Quién te lo dijo?
—Tu amigo.
—¿Daehyun?
—Él me llamó recién para decirme que habías despertado. Estaba por viajar con tu padre a verte.
—Oh no hace falta que vengan, estoy bien.— Fingió una sonrisa y suspiró fuertemente.—Y ma, estaré en casa mañana, no viajes hasta aquí porque quiero que me esperes allá en casa, ¿De acuerdo?

Justo después de colgar la llamada, alguien entró de golpe a la habitación.
Himchan apareció con una sonrisa en su rostro. Seolmi no sabía qué sonrisa era, una sincera o una falsa, ella no lo sabía. Pero mantuvo su cara inexpresiva.
—Hola Seol, cuánto tiempo sin verte ¿Cómo va tu vida?
—Bien ¿Y la tuya?— Himchan no le creyó.
—Estoy b-bien.— De repente una lágrima cayó de sus ojos. Él no podía creer que su amiga esté pasando por este horrible momento por una maldita enfermedad, pero ella no lo sabe.
Seolmi se preocupó.— Himchan, ¿Qué te sucede?
Él negó con la cabeza.—Nada, sólo espero que te mejores, si?— Dijo dándose vuelta para irse. Pero Seolmi sujetó su brazo fuertemente.
Himchan se sorprendió.—¿Qué pasa Seol?, ¿No te gustó mi visita?
—No es nada de eso, sólo quiero que vengas a visitarme más tarde. Quiero decirte algo, ¿Puedes o tienes planes?
—Bueno, tengo que verme con Sulli más tarde, pero vendré a verte.
—Sólo nosotros dos... Por favor.
Himchan asintió con la cabeza y se fue.

Ahora no importaba lo doloroso que podía ser. Seolmi estaba dispuesta a irse y lo único que ella quería era una despedida, sólo eso.


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