Capitulo 9: Nadie.

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Alice estaba sentada en una silla bastante cómoda y de un color tan blanco como el vestido que llevaba puesto en vez de su vestido azul con un delantal blanco.
A su alrededor se podía observar un extenso jardín de césped verde obscuro y varios rosales esparcidos equitativamente por todo el jardín.
Enfrente de donde Alice estaba sentada se hallaba una mesa del mismo color blanco brillante y sobre esta un tablero de ajedrez.
-Tu turno querida.- Dijo Red Queen (quien era su adversaria en aquel tranquilo juego de ajedrez)
-¿Disculpe?- Alice quería salir de aquel lugar pero no podía levantarse, ademas que alrededor no se veía nada más que jardín.
-Dije que era tu turno querida. Deberías concentrarte más en tus jugadas si quieres salir victoriosa.-
En aquel juego de ajedrez Red Queen ocupaba las piezas rojas mientras que Alice las azules.
Alice movió el caballo y devoró al alfil de la Reina.
-Excelente jugada querida. Pero no es lo suficiente para que puedas ganar.
De algún modo u otro Red Queen puso a Alice en jaque.
-Querida. ¿Que vas a hacer ahora? Tus tropas están ahora en mi poder y estas rodeada. ¿Porque no abandonas el juego y te rindes? Sería más fácil de ese modo.
-Disculpe Su majestad... Pero me temo que abandonar la partida no es una opción.- Alice movió a Su reina para proteger al rey.
-¿Sacrificas a la Reina? No es algo muy listo de tu parte querida.- Red Queen procedió a comerse a la Reina con un alfil y Alice se comió al alfil con un peón.
-Su majestad... A veces es mejor atacar directamente con movimientos débiles y dejar lo más fuerte para el final.- Pasadas unas cuantas movidas más Alice pudo comerse a la Reina roja.

- ¡Oh, Vaya! ¡Eres más lista de lo que creí! Pero el cerebro no lo es todo querida.- Y una vez más Alice estaba en Jaque.
-Es ajedrez Su majestad. ¡Claro que el cerebro lo es todo en un juego así!- Alice movió a su Rey y Red Queen retrocedió.
-¿Y allá afuera? ¿Que es lo que piensas hacer niña?- Alice llevó un Peón al lado de Red Queen y recuperó su reina para posteriormente poner a Red Queen en Jaque mate.
-Bien dicen que un gran mago no revela sus secretos su majestad.- Alice se levantó de su silla y camino hacia el jardín mientras Red queen a su espalda empezaba a aumentar dramáticamente su tamaño y poco a poco se transformaba en el monstruo que era.
Todo el jardín empezó a llenarse de sangre que salía de las rosas, el pasto moría poco a poco y las rosas envolvían el cuerpo de Alice con sus tallos repletos de espinas.
Alice estaba atrapada entre plantas una vez más. Mientras las Rosas cubrían su cara el Jabberwocky la tomó entre sus escamosas garras y la dirigió lentamente a su boca.
Alice podía escuchar los gritos de Souto diciendo "¡Basta!", podía escuchar el grito de dolor de Kana, podía escuchar el forcejeó de Haru y la respiración pesada de Smoke.
Pero no podía moverse... Entonces el Jabberwocky le mordió la cabeza y la arranco de su cuerpo.

Alice se despertó con un sonoro suspiro. Ademas estaba sudando y todo su vestido estaba lleno de sangre medio seca medio húmeda.
Estaba acostada en una cama con mantas azules y sabanas blancas(las cuales había manchado con su sangre a medio secar) a su alrededor podía ver una sencilla habitación como la suya pero con una cocina y comedor incluidos.
La chimenea estaba encendida y todo estaba inundado en calor por lo que Alice se levantó a abanicarse son una bandeja que se encontró al lado de la cama encima de un pequeño cajón con una lampara de gas.
-¿Donde...?
-Estas en mi casa- Dijo una voz aparentemente masculina que salía de la nada.
-Este... ¿Quien eres tú? ¿Donde estas?- Alice miró en todas direcciones pero no pudo ver nada más que la habitación.
De pronto, ante los ojos de Alice apreció el rostro de un chico (no mayor de 16 años) de ojos color miel, cabello castaño oscuro muy chino, cejas pobladas, grandes pestañas y una enorme sonrisa de colmillos... ¿Algún pariente de Smile?

-E... Tu...- El Chico tomó su forma original: Era un poco más bajo que Souto, corpulento y llevaba un suéter azul marino opaco con unos pantalones y zapatos color negro, además su sonrisa desapareció.
-Me da gusto que al fin despiertes.- Dijo el chico mientras se cruzaba de brazos y sonreía.
-Quien eres tú?- Alice estaba un poco exaltada por la repentina aparición del chico en aquel lugar.
-¿Has notado como las personas al no recordar su nombre deciden ponerse apodos ridículos? Pues yo decidí no adoptar su tonta tradición. Así que puedes llamarme "Nadie"

Alice in nightmarelandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora