Capitulo 12 After the storm.

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Antes de leer este capitulo quiero informar que con el fin de este es oficialmente el fin de "La primera parte" de Alice in Nigthmareland y quiero agradecer a la gente (aunque sean como 4 TwT) que aun siguen esta historia aburrida. TwT Neta los amo tanto como Kana ama el te de Souto <3 TwT 

Red Queen caminaba por los pasillos del palacio mientras sus zapatos resonaban en eco. 
A esa hora de la noche era la hora de sentenciar a esos inútiles que habían fallado en su misión. 
La gran incógnita de la reina era si ella misma debía cortar sus extremidades o dejarle aquella asombrosa tarea al verdugo. 
Estaba más que ansiosa por la ejecución de esa noche que casi podía oler la sangre derramada en los azulejos.
Si había algo que le fascinaba a Red Queen era el olor, color y sabor de la sangre. Nada la hacía sentir más viva que ver morir a los demás. 
La reina se detuvo en seco al llegar a la puerta del salón de ejecución y sacó una pinza para el pelo hecha de huesos de su vestido para amarrarse el rojo cabello en un chongo improvisado, entonces empujó la puerta y entró en el umbral de la sala. 
Su tropa la recibía como se debía. 
4 Jóvenes caballeros la recibieron con una mano al frente y otra atrás, con la cabeza abajo y sin hacer contacto visual. Con sus trajes de batalla bien limpios y sus guantes blancos muy brillantes.
Esos 4 jóvenes con poderes tan grandes como sus portadores y belleza inimaginable. Eran el claro reflejo de los caprichos de la reina. Porque para Red Queen los 4 reinos era su propia casa de muñecas. 
Los caballeros rojos eran: Ace, el líder de la Red Heart Troop. Era un apuesto joven de gran elegancia, un par de ojos y cabello castaños como el caramelo, un cuerpo escultural y belleza sin igual. Era claramente lo que Red Queen llamaba "La rosa venenosa más hermosa del jardín." Pues además de su belleza, la característica principal de Ace era su astucia y fuerza, tal como el líder de la tropa enemiga.  
Nii, su hermana era una chica no tan encantadora como su hermano. Sus ojos y cabello oscuro (que le gustaba amarrar en una simple coleta) eran muy distintos a los de su hermano y mucho menos encantadores. Pero la belleza no era el don de Nii. Había que admitir que Nii era un tanto caprichosa e infantil. Pero no por ello era tonta, Nii tenía el don de la inteligencia con el que podía idear los mejores planes y emboscadas. 
Trois, es la chica más hermosa de la casa de muñecas de la reina, era como Ace. Un encanto.
Su cabello negro, sus ojos azules y su rostro inexpresivo la hacían la mujer más bella del castillo real. 

Se rumoreaba que su canto podía hacer que las olas del mar bailaran al ritmo del mismo. Pero cuando e entregó sus cuerdas vocales a su Reina y lo perdió, pudo seguir moviendo las olas y ahora era más hermoso el modo que estas bailaban extrañando lo que alguna vez fue la canción del mar.
Por ultimo el cuarto caballero de la tropa es Four, un sujeto un tanto desalmado pero muy leal. Four era un joven muy fornido, de ojos y cabello negros como su alma y de porte amenazador. Era el segundo soldado favorito de la reina.
Con sus habilidades y su fuerza podía vencer a cualquier enemigo que piense menos que el.
Por su cuenta podía dominar un pueblo entero, pero no tenía los seos para ello.

Estos chicos por supuesto solo son una parte de la colección de ejemplares poderosos que Su majestad puede ofrecer a los 4 reinos para defender a la realeza y exterminar a los traidores.
Pero estos 4 ejemplares eran los favoritos de la reina y los que mejor hacían su trabajo.
-Reina mía.- Decía Ace con su suave voz como la seda resonando en la sala de ejecución. 

-Lamento decir que la tropa se escabulló de nuestras manos una vez más.- El pronunciar esas palabras era lo más difícil del mundo para Ace, porque si había algo que el no soportaba (Y su tropa tampoco) era fallarle a su reina. 

-Luego me encargaré de ustedes. Por el momento quiero jugar con los villanos fracasados. ¿Están todos aquí? 
-Me temo que no mi lady.- Respondía Nii con su voz más seria. -Según los villanos la señorita Rose y las mellizas han muerto. 
-¿Pero no se suponía que la tropa estaba desarmada e indefensa? ¿Como en nombre de mi Reino pudo morir mi más grande creación hasta el momento?- La voz de Red Queen resonaba en toda la sala mientras golpeaba el suelo con su tacón. 
-Aparentemente el copiador se encaró de ayudarle a la chica a escapar. 
-Ese maldito... Quiero que me lo traigan lo antes posible. vivo o muerto, no me importa. 
-Si su majestad.- Dijeron todos (Menos Trois) en coro. 
-Ahora. Ace. Dame mi hacha. Yo misma cortaré las cabezas de los villanos.- Ace asintió y tras decir "Si su majestad" procedió a tomar el hacha con hoja color carmín y en forma de corazón que la reina utilizaba para ejecutar a muerte.
-Si me lo permite su majestad. Me gustaría recomendar que no mate a los villanos. Son muy útiles para la misión.
-Lo tendré en mente Four. Pero al menos uno de ellos debe morir y los demás van a entregarme su carne para que pueda cenar hoy como merezco.- Tras estas palabras la reina abrió la cortina de seda roja y vislumbró a los 3 villanos restantes. 
El capitán garfio la miro y asintió con respeto, Arachne le dedicó una sonrisa con sus labios eternamente rojos y la niña Anabelle intentado no mostrar su aterrada cara solo dijo "Su majestad" en la voz menos quebradiza posible. 
-Bueno mis queridos inútiles. Debido a que las gemelas y mi Rose están muertas solo me quedan 3. Y necesito cenar. Denme motivos para no coartarles la cabeza por fallarle a su reina
-Su majestad- Balbuceaba Arachne- Yo podría proporcionarle muchas botellas de veneno de araña para sus próximos experimentos y más telaraña.- Red Queen la miró directamente con sus ojos de serpiente y haciendo una sonrisa pasó a la pequeña Anabelle. 
-¿Y que hay de ti querida?- Anabelle la miró directamente y con voz firme dijo. 
-Bueno... Si me da más sangre de la chica podría decirle exactamente donde está.- Red Queen le sonrío de igual manera que a Arache y caminó en dirección al pirata. Anabelle suspiró de alivio al saber que sobreviviría un día más. 
-Garfio. Si puedes darme una mejor razón que material y ayuda puedes cambiar tu horrible destino.- 
El Capitán Garfio tragó saliva. En toda su vida de pirata nunca había estado tan cerca de la muerte (Lo cual es irónico).
Pero las reglas de la reina eran absolutas. Si no se cumplían la penitencia era cara. 
-Su majestad... Yo podría claramente utilizar toda mi tropa para capturarlos. Podría hipnotizar a todo aquel que me diga... Solo por favor... Apiádese de mi- 
Con ese ultimo y patético intento de sobrevivir Red Queen se puso enfrente de ellos y sacó sus enormes y filosas garras rojas de reptil. 
-Bueno. De todas las propuestas la más estúpida fue sin duda la de Arachne.- Lanzandole una mirada asesina mordió su labio ansiosa de poder beberse la espesa sangre de una araña mientras la pobre mujer se paralizaba del susto como si se hubiese inyectado su propio veneno. 
-Sin embargo.- Pasó su mirada asesina de Arachne al Capitán Garfio. 
-Tú has desobedecido mis ordenes. ¡Fui más que clara al decirte que era al líder a quien debías hipnotizar!- Eufórica, la reina dio grandes zancadas hacia el pirata que podía ver su muerte a unos cuantos segundos. 
-Su majestad... 
-Explícame en mi nombre ¿porque demonios tomaste a la liebre? 
-Su majestad... Le ruego entienda que en mi tripulación todos son hombres fuertes y bestias. No era necesario uno más. Y había escuchado que el chico liebre tenía una puntería bestial. Y todos mis hombres son idiotas si se trata de disparar. Era la pieza faltante de mi rompecabezas pero....
-Pero es ciego- Completó la reina alzando el hacha. 
-¡No Por favor su majestad!- En un intento desesperado Garfio utilizó su hipnosis con la reina para evitar la muerte. 
Grave error.
La Reina pego un grito y cubriéndose los ojos se hecho para atrás.
Garfio sonrió triunfante.
-Tu...- La Reina volteó nuevamente, pero su rostro no era humano más. Los ojos de un color violeta se tornaron completamente negros con excepción de la pupila horizontal de serpiente. Que ahora era de un color granate. Ese rojo tan profundo que parecía sangre.
-Como te atreves...- poco a poco, la reina comenzó a crecer de tal tamaño que casi llegó a tocar el techo de su salón. 
Sus dientes que antes eran colmillos ahora eran muchos más y más grandes, su cuello se estiraba a tales dimensiones que ahora era como una anaconda, su piel se tornaba escamosa como la de un reptil, sus garras rojas escarlata ahora eran enormes como las de un dinosaurio (Sin perder su brillante color.) 
Ese era, el tan temido Jabberwokcy... O bueno casi por completo. 
La Reina estaba consumida por su ira, pero si se convertía en el dragón por completo destruiría su palacio entero. 
La Reina (que ahora era casi completamente un dragón) se acerco rugiendo al capitán garfio y este, asustado intentó hipnotizarla como su ultima opción.
Pero eso solo la enfureció más. 
Y de un solo bocado le arrancó la cabeza. Llenando los azulejos de ¿ aquel liquido rojo carmesí. 
Aquel liquidó que con su olor, color y sabor calmó a la reina y la regresó a su figura humana.
La Reina se tambaleó y su tropa la tomo antes de que cayera al suelo. -No se preocupe su majestad. Le serviremos lo demás para la cena.- Decía Four quien se llevó a la reina en sus brazos fuera del gran salón mientras las chicas se llevaban al cadáver decapitado de Garfio.
-Mis queridas Damas... Lamento que hayan tenido que ver esta... Horripilante escena, y les sugiero que se vayan lo más pronto posible del castillo. Pues cuando la reina recupere su juicio estará más que molesta.- Decía Ace a las 2 mujeres que quedaron horrorizadas por la escena

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2016 ⏰

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