#12

70 3 2
                                    

Después de ese día, de alguna manera la relación que tenia con mis amigas cambio. Y no para mal, obviamente. Ellas se habían acercado a mi al notar algo ese día, ese algo que a mi me hacia falta notar.

Se habían quedado en mi casa todo el fin de semana a dormir, y el día domingo fueron a sus casas. Incluso la semana que siguió fue diferente, ya que no se separaban de mi e intentaban subir mi animo con todas sus bromas y ocurrencias.

Habían optado por dejar de lado todo lo que tenia que ver tanto de Hugo como de Danny, quien se mantenía lejos de nosotras. Observando, siempre observando con mucha atención.

No era como si yo no quisiera, pero quería evitar hablar con el o simplemente hablar de lo que me había dicho ese día sábado.

Todo había vuelto a normalidad, o eso suponía yo.

Mientras camino a la salida del enorme edificio principal, escucho los pasos y las voces de Hugo y sus amigos tras de mi.

Dejo de caminar un momento, pero después sigo con mi camino cuando mis sentidos vuelven bruscamente.

-¿Y que van hacer este fin?-Pregunta Daniel

-Lo que sea.. La verdad es que estoy completamente libre desde ahora-Comenta uno de los amigos

Daniel sigue hablando, pero Hugo se mantiene en total silencio mientras camina mientras tiene las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

Lo miro de reojo cuando pasan de mi, y me topo con esos hermosos ojos mirándome de la misma manera de la cual yo lo hacia.

Siento como mi piel se eriza, y como mis piernas tiemblan un poco al sentir esos hermosos ojos después de ya casi una semana.

Abro la boca, pero nada que no sea un suspiro sale.

Terminan de pasar de mi, y siento como si me empujaran con fuerza. No es literal, pero la sensación era algo así.

Miro hacia todos lados, y luego bajo la mirada para apretar los labios y relajarme.

Era viernes, y me había costado demasiado pasar la semana sin mirar a Hugo. Pero de alguna manera había llegado a mi limite.

Suspire, y salí del edificio con la cabeza en alto, mirando directamente a nada. No quería fijarme en un punto en especial por el estúpido miedo que sentía de encontrarme a Hugo en ese lugar.

Salgo de la institución rápidamente, y cruzo la calle para después subirme al auto de mi padre rápidamente.

-Buenas tardes-Me saluda mi padre con una sonrisa-¿Como te ha ido, hermosa?-Me pregunta, y sonrió después de ponerme el cinturón

-Muy bien-Le respondo, y el acepta con la cabeza

Miro por el retrovisor, y me encuentro con Esteban mirando por la ventana atentamente.

-¿Que ves, Esteban?-Le pregunto, y el da un salto

Giro mi cabeza, y me encuentro con la figura de Hugo mirando directamente al auto mientras agita la mano de lado a lado con una radiante sonrisa.

Suelto un pequeño grito entre dientes, y giro mi cuerpo para mirar a Esteban.

-¡No me digas que le estabas saludando!-Le grito, y lo quemo con los ojos

Esteban me mira con los ojos muy abiertos, como si no yo me tratara de un animal. Agita la cabeza de lado a lado, pero yo sigo con la misma expresión.

-No..

-¡No le saludes!-Le grito, y mi padre me toma del hombro para que me ponga derecha en el asiento

HugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora