Quinto Capítulo.

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Lo que iba a pasar, era más que predecible, o tal vez no.
Pero, Camila sabía las intenciones de Austin.

Era de esas personas en las que no se puede confiar, y no porque sea hombre, o su ex. Nada de eso, es porque es una persona impulsiva, con una obsesión por "sacar" a las personas.

Lo cual era una característica que a Camila jamás le importó, hasta ahora. Puesto ella misma, sería su próxima víctima. Y es que definitivamente, ella no estaba lista para que los demás se enteraran, de algo que no sabía tan siquiera ella misma.

Y en ese instante sonó el timbre, el cuál sacó a todos de sus pensamientos y loz hizo volver a la realidad y dejar atrás los 5 minutos de fama de los chicos de la pelea.

Era hora de volver a clase, Camila sintió pánico, su respiración era irregular y el sentirse expuesta la estaba torturando. La próxima clase era de Historia. Y sí, Austin estaba en ella.

Austin, Austin, Camila vió hacia todos lados, buscandole pero ya no estaba allí. No se percató en que momento se fué, pero eso ya no importa. En este momento el llevaba minutos de ventaja, Camila empezó a correr hacía el salón de su clase, pues quería evitar estar en boca de todos.

Pero, en la vida hay ciertas cosas que nadie puede evitar, que pasarán siempre de alguna manera, y aunque creamos que son para mal, son realmente lo contrario.

Camila llegó al salón y estaba agitada, temblaba y el temor no hacía que ser cada vez más fuerte. Creyó que estaba en el punto de evitarlo, pero no, ya era tarde.

Todos hablaban de ese tema, parecía que realmente les importara. Algunas compañeras de clase, acompañaron a Camila afuera a calmarla, y obvio a verificar si aquello era cierto.

- Han pasado mucho tiempo afuera, pasen ya. Espetó la profesora de historia.

Y todas entraron, sí. Pero, Camila estaba perdida, quería explotar y las lágrimas caían involuntariamente de sus ojos, se sentía terrible.

Y la profesora lo notó, y no era una profesor mala. Además siempre tuvo una buena relación con Camila, así que llamo a esta y le invitó a salir.

Camila iba a esperarle en la puerta, pero la profesora le indicó que fuese a una de las bancas del patio.

Y en rato la profesora apareció, y se ubicó al lado de Camila, la cuál no había cambiado su expresión de estar horrorizada.

-Cuentame que pasa, Camila. Puedes decirmelo, lo sabes.

-Yo, no lo sé, dijo con dificultad Camila, pues en ese instante se desmoronó, y se echó a llorar.

-Voy a escucharte, tranquila.

-Yo, no sé como decirlo, Camila hablaba en medio del llanto.

- ¿Es algo sobre novios?

-No.

-¿Estás embarazada, Camila? Dijo la maestra, la pregunta causó una risa a Camila, aunque aún lloraba.

-No.

Hubo unos momentos de silencio y la maestra mantenía su mirada fija en Camila. No era algo tan complicado de decir, pero algunas veces no estamos listos para afrontar quienes somos.

Y aún, así Camila decidió decirlo.
-Creo que, yo... Camila hacía pausas donde tomaba aire, y finalmente lo dijo.

-Creo que soy bisexual... Dijo Camila en un hilo de voz, pues para ella era algo que era mejor mantener en secreto.

- Sabes, siempre pensé algo así. Digo, hay comportamientos, y las formas en que la gente se relaciona con otra, que hacen que se note. Aunque a veces es sólo una ilusión.

Pero, oyeme Camila, yo no te voy a juzgar, ni nada por el estilo. Por que, sabes que tengo un hijo pequeño, y si el un día llegase a decirme "Mami, me gusta mi compañero" no le voy a juzgar, y es algo que puede pasar.

- Sí, dijo Camila, con una voz igual de baja, pues su llanto se cesaba. Por que aunque no parezca tan grave, puede destruir nuestra alma completamente.

- Camila, no llores. Sabes, si lloras les estás dando el poder a ellos de saber que pueden hacerte sentir mal, y entonces ellos lo seguirán haciendo.
La profesora dió un cálido abrazo a Camila.

-Vamos, deja de llorar. Y Camila, quisiera disculparme, por si en algún momento te llegué a ofender con algún comentario.

- Está bien, dijo Camila con una voz más tranquila.

- Ahora, ve a lavarte la cara, y vuelve a clase. No te preocupes por ellos, sólo ignorales.

Y eso hizo Camila, por suerte aquella fué la última clase de aquel espantoso día.

Camila ya iba de regreso a casa, y decidió que ir caminando le ayudaría a calmarse por un rato.
Estaba sumida observando unos árboles, cuando se percató de la presencia de alguien casi a su lado.

-Soy Ally, dijo la chica que estaba a su lado.

-Lo sé, dijo Camila con poca empatía.

-Bueno, no puedo perder mucho tiempo. Creo que conoces a Lauren, ella me mandó a darte esta invitación.

-Supongo que debo decir gracias, dijo Camila aceptando el papel.

-Es para el miercoles, ya sabes que las clases serán suspendidas jueves y viernes.

-Vale, gracias.

Camila no estaba muy interesada, pero también tenía la intriga de saber que había llevado a Lauren a invitarla.

Aftermath.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora