Octavo Capítulo.

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Camila, al final, se quedó dormida entre tanto pensamiento.
Pero, su sueño no fué lo que podríamos llamar genial. Los sucesos de horas pasadas la atormetaban, soñaba con ellos una y otra vez y despertaba como si hubiese tenido una pesadilla.

Era una sensación horrible, y la empeoraba el hecho que más que una pesadilla era parte de la realidad.
Y es que, todos hemos pasado por esas situaciones, donde no sabemos que pasa y muchísimo menos que hacer.

Decidició, que era mejor levantarse y distraerse, o tal vez buscar una forma de solución. Pero, sentía que moriría si seguía soñando con cada acontecimiento y no hacer nada.

Era realmente temprano, pero eso era una costumbre de ella. Solía pensar que si se levantaba muy temprano, sería un día atrasado.
Para reponerse, decidió desayunar primero y luego ordenaría su habítación y terminaría por bañarse para sentirse libre se pensar el resto del día.

Cuando terminó los deberes que ella mismo se propusó, estaba dispuesta a buscar una solución.
Debía empezar, por lo que toda su vida evadió.

Si le podía gustar una chica, si le podía gustar Lauren.
Era díficil, queremos ser aceptados, pero debemos ser conscientes de que no siempre será así.
Y eso es lo que a veces díficiculta las cosas, cuando te preocupas por la aceptación.

¿Debía olvidar a sus padres y hacer lo que se le antojara?
¿Debía hablar con ellos?

No podía entender porque había cosas que eran tan horrorizadas, si algo está en la naturaleza, es natural.

Se sentía patética, no había hecho nada realmente malo, hasta ahora.
¿Por qué sentía que lo que iba a ser era confesarle a sus padres un crimen?

Pasó horas y horas dando vueltas al asunto, o tratando de no pensar. Pero, ahí estaba el pensamiento atormentarla haciendo de su mentalidad todo un caos.

Así que decidió decirles, con tranquilidad y tal vez no saldría tan mal, tal vez.

Al salir de su cuarto, encontró que nadie estaba en su casa, así que decidió decirle sólo a su madre.
Por un mensaje, lo que era poco conveniente, pero quería resolver todo pronto.

Pero, algunas veces, tardamos años para solucionar un problema, o simplemente, no lo hacemos.

Estaba en la sala esperando, y alguién tocó la puerta desesperadamente. Iba a levantarse para abrir pero ya lo había hecho su madre, quién se veía furiosa.

Su padre venía tras ella, pero no estaba su hermano pequeño.

-Camila, dijo su madre quién la sentenciaba con la mirada.

Camila estaba ilusionada, pero al ver a su madre; su sonrisa se borró, y el brillo en sus ojos no reflejaba nada más que miedo.

- Siempre he dado todo para que mantengas tu vida normal, a pesar de tus rídiculos berrinches psicologicos.
No me salgan con anomalías, ya es suficiente. No sé que pasa últimamente contigo, no te creas tan madura.

- Escúchame, dijo Camila interrumpiendo a su madre.

-¡Tienes que escucharme tú a mí!
Gritó, no voy a permitir que pasen esas ideas por tu cabeza, ¿quién te ha hecho esto?

-Por favor, nadie puso en mi cabeza esas ideas, no son ideas, es lo que soy. Dijo Camila, intento hablar con claridad aunque el llanto ahogana su voz.

- Dime según tú, ¿que eres?
¡Para ya! Deja tus juegos de niña Camila, no lo voy a permitir.

- Escucháme, estoy cansada debes oirte a ti, debes escucharme.

- ¿Escuchar qué, Camila? He escuchado bastante. Eres una insolente, ¡Si piensas seguir así, vete de esta casa!

- ¡Mierda, oyéme!

- Quiero que te vayas, no quiero ver tu cara de nuevo. Sentenció su madre, quién bajó las escaleras y se marchó.

Camila estaba perpleja, aquello iba en serio.
Se sintió debil, abandonada, tonta, y también empezaba a florecer en ella la ira que contuvo toda su vida.
La realidad de su vida le fué expuesta de golpe, y era peor el hecho de que no sabía como reaccionar.

Ya no tenía otra opción, así que debía ir por las sus cosas, la mayor cantidad de ellas posibles. Las cosas de estudio eran primordiales, no podía dejar el estudio, y dinedo para encontrar estadía, o ropa.

Maldijo todo, no podía asimilar lo que pasaba. Todo su odio la consumía, y la hizo enloquecer.
Empacó y salió de allí cuando rápido pudo, no pensaba con claridad. Se dijo a si misma que iba a enderezar todo.

Iba a sacar de sí todas esas tontas ideas que la invadían.
Se iba a olvidar de esas cosas infatiles, y de Lauren.

Aftermath.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora