Copa de vino en mano,
manchando la tarima del suelo al bailar a ritmo de Izal.
Las manchas del tinto forman estrellas, y me estrello, contra el recuerdo de este último verano. El recuerdo de esta ciudad que cada día se iba haciendo más pequeña hasta ahogarme, (entre GinTonics y cervezas). Recuerdo la escapada a Granada, las caladas a ese porro del por si acaso en cada mirador. Recuerdo nuestras teorías sobre el hoy y el mañana. Discutir por un futuro juntos que ambos sabíamos que no existía, comernos a besos sin poder resistir ni al roce de nuestras manos. Y es que Granada fue testigo de nuestras ultimas veces, de ese tatuaje en mi costado izquierdo y la despedida que quizás sea la más corta de (nuestra) la historia.
Recuerdo con cariño el fin de semana en Madrid. El hostal en Chueca, las pequeñas habitaciones y las duchas compartidas. Me acuerdo de cada ''yo nunca'' jugado entre cerveza y cerveza en una plaza de la Latina. Las miradas cargadas de ganas entre mi mejor amiga y el chico sentado delante.
Cada canción que sonó en el festival, bailar pegada a tu cuerpo. Gritando las letras de las canciones que no nos sabíamos, todas las fotos con aquellos desconocidos convertidos en familia al acabar la noche.
Pero como siempre volvimos, cada uno por su parte, cada uno a su casa, cada uno con sus recuerdos, con la promesa de volver a vernos, pero cada por su lado.
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Perdón mamá, estoy borracha.
PoetryEn el borde de la desesperación, me uno a los tantos que maldicen aquello que llaman amor. Desde este bar, hago un llamamiento a todas las personas con un agujero en el pecho, o que guardan todo su afecto por alguien que no les sabe valorar. Brindo...