El coche había sido un gran caos, creo que en este momento todos teníamos moratones en nuestros cuerpos. Mi brazo derecho dolía como la mierda.
La pelea había comenzado sólo por que Drew había "insultado" a Troy. Nunca me reí tanto con una discucion de esos dos, pero a decir verdad Troy se merecía las hostias que le había dado Drew. Os cuento:
Troy había tomado una de mis bandas de cera para depilar, y mientras Drew dormía muy plácidamente en la parte de atrás de la camioneta, le pego la banda y le saco los pelos de la pierna. Claro que Drew se levantó gritando y casi llorando. Y la discucion había sido algo mas o menos asi:
"¡Que no es nada tío, sólo es una pierna! -Dijo relajadamente Troy.
-¡TU MADRE ES UNA PIERNA!"
Y así comenzaron a ir y venir puñetazos durando el viaje. Yo me había comido una hostia y no tuve otra opción que devolverla. A decir verdad todos habíamos salido golpeados, unos más que otros.
-Wow wow, detente. -Dije rápidamente.
-¿Que tienes? -Pregunto Roch, quien conducía.
-¡Que detengas coño! -Grité.
Roch aparco a un lado y yo me baje rápidamente. Me acerque rápidamente hacia el costado de la ruta, donde vomite todo lo que había ingerido durante el viaje: hamburguesas. Muchas y muchas hamburguesas.
-¡OH DIOS MIO, EIDER ESO ES ASQUEROSO!
Mientras que con una de mis manos sujetaba mi cabello hacia atrás, con la otra le mostré mi dedo de en medio a Randall. Luego de unos minutos, donde mi estómago se encontraba completamente vacío, volví a la camioneta.
-Por favor, pásame la botella de agua.
Roch la tiro en mi detección. Tome un largo trago de agua para luego tratar de quitar el maldito sabor de mi boca.
-¡Ya conduce!
***
Los chicos habían pasado la mayor parte de ma tarde en el agua, jugando como niños. Yo en ese momento, había decidido por sentarme en una silla y mirar como mis niños jugaban.
Oh, y los estúpidos motociclistas; si, ellos nos habían seguido (aunque ellos lo negaban), y ahora se encontraban en el agua, tratando de molestar a los muchachos.
-Hey, hola.
Harry se había sentado a un lado mío. Sabía que debía mirarlo con odio, pero el se había mostrado tan majo la última vez, que no podía hacerlo.
-Hola. -Dije seca. Eso era más fácil.
-¿Ocurre algo? -Busco mi mirada.
-¿Que tendría que pasar? -Mire en la otra dirección.
-Hace unas noches te habías mostrado muy amable y... -Lo corté.
-Mira, esa noche fui buena sólo porque no sabía que tu eras uno de esos idiotas.
El silencio se hizo por unos segundos, pero luego escuché unas risitas de su parte. Lo mire con una ceja levantada.
-¿Que es tan gracioso?
El suspiro y miro hacia otro lado, para luego mirarme nuevamente.
-A ver si entendí, tu crees que porque me gusta el motocross, soy un idiota.
-Exacto. -Alargue mientras asentía.
-Pues te equivocas. No tengo ninguna razón para serlo y simplemente no lo soy. -Se levantó del suelo y antes de caminar lejos me miro a los ojos- Tienes que conocer a las personas antes de juzgarlas.