Capítulo 31

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A partir de ese día, estuve al pendiente de ella, la llamaba cada vez que podía, incluso varias veces al día, le preguntaba dónde estaba, a donde iba, con quien estaba. Era como tenerla vigilada desde lejos, también hice que Francis la visitara de vez en cuando, claro, haciendo todo lo posible porque ella no se diera cuenta de lo que ocurría, dejándolo bajo el margen de "Tengo un novio sobreprotector"

El viaje se alargó un poco, pero finalmente regresamos a Italia el 26 de Abril.

Para mi consuelo, nada ocurrió en ese tiempo, al parecer fue simplemente una amenaza para tenerme nervioso.

El 27 por la mañana, me levanté temprano para ir a la universidad, lo que vendría no sería fácil, por la ausencia los trabajos se acumulan... se imaginaran todo lo que tendría que hacer en los siguientes días.

Tn, no estaba enteraba de que había llegado, quería sorprenderla. Pero en el receso fue ella la que me sorprendió a mí al encontrarla sentada en una banca con un chico de su clase, con un cuaderno en mano mientras el muy cerca de ella parecía explicarle algo. Tensé los puños. No voy a mentir, jamás había estado tan celoso en mi vida.

-Gracias Marco. -Aparecí frente a ellos, -pero, yo le puedo seguir explicando a mi novia –hice énfasis.

El chico inmediatamente se retiró, dándose cuenta de la obvia situación, sin embargo Tn me miraba atónita, la verdad, esa no era mi idea para sorprenderla.

-¡Piero! ¿Qué haces aquí? ¡¿Cuándo llegaste?! –me abrazó emocionada.

-Ayer, y tú... ¡Já! No te puedo dejar sola –la reté esperando ver su reacción, en realidad, no estaba molesto.

-¿Te refieres a Marco? Sólo le pedí que me explicara algo que no entendía.

-¿Y nadie más en esta universidad podía explicarte? No sé... ¿Mafer?

Sonrió –Piero está celoso... -tarareó.

-No lo estoy, simplemente estaba muy cerca de ti.

-Sí lo estás, sí lo estás –siguió cantando.

-Tn –la miré serio.

Rio -¿Qué?

-Solo me molestó un poco...

Me interrumpió -¡Ahí lo tienes! Estás celoso.

-Escucha, tu no lo notas, pero yo sí.

-¿Notar qué?

-La forma en que te miraba.

-¿Ah sí? ¿Cómo me miraba? -sonrió de lado, fingiendo inocencia.

-Con la típica mirada de un chico cuando quiere con una chica.

-¿Y tú como sabes eso? –lo hacía apropósito para irritarme, y le estaba funcionando, ella sabía cómo sacarme la información que desease.

-¡Porqué así te miraba yo! –solté y luego me arrepentí de lo que acababa de decir.

Ella abrió su boca de par en par y luego sonrió –sabes... creo que yo también te miré así desde la primera vez.

-Claro, digo, soy yo, además hablamos de la fan que se acercó temerosa a pedir un autógrafo –hablé con egocentrismo. Ella se apenó notablemente al recordar aquello.

Se sonrojó –yo...

La abracé y la besé –dejémoslo así, ¿Cómo estuviste?

-Muy bien ¿Y tú? ¿Qué tal el viaje?

Una Hermosa Casualidad (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora