Capítulo 14

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Tuve una mañana super ocupada en la universidad. Estaba realmente exhausto. Llegué a casa cerca de las dos, comí y dormí más o menos una hora. A las cuatro y cuarto ya iba en camino a casa de Tn, era el cumpleaños de su madre y la llamaría por Skype, quería saludarla, de la misma manera que ella siempre lo hacía con mis padres.

Llegue a su casa y toque el timbre...

-¡Hola! –me saludó sonriente al abrir la puerta.

-Hola hermosa –dije abrazándola.

-¿Sabes que me matas con esos abrazos?

-Claro, por eso lo hago.

Sonrió –Ven, entremos que hace frío –dijo mientras me dirigía hacia adentro.

-Hola señora Luciana –saludé.

-Sabes que puedes decirme Lucy, el "señora Luciana" me hace sentir vieja -sonrió- ¿Cómo estás?

Sonreí en modo de disculpas. -Bien, ¿Y usted?

-Bien, bien. Tn, estaré arriba, cuando vayas a llamar a tu mamá me llamas para saludarla.

-Está bien.

Ya que adentro había calefacción me quité el abrigo y me recosté en el sofá. Ella se recostó a mi lado.

-¿A qué hora llamarás a tu mama? –pregunté mientras jugaba con su cabello.

-¿Qué hora es?

-Las cuatro y media.

-Si hay cinco horas y media de diferencia allá son las once y... ella sale del trabajo a las 12, así que estará en casa como a las 12 y 15... Aún falta, si tienes cosas que hacer puedes irte y volver en una hora.

-No... bueno, sí, sí tengo algo que hacer -respondí.

-Bueno... -suspiró desilusionada mientras comenzaba a ponerse en pie.

-Ah, ah, ah... -dije deteniéndola y haciendo que cayera sobre mi pecho. Ella sonrió y yo llevé mi mano a su cintura. -Lo que tengo que hacer hoy, es estar contigo.

-Me gustan tus planes -sonrió. Acarició mi rostro y cabello durante un rato, yo cerré los ojos, disfrutando del tacto de sus suaves manos. -Sabes... -habló de pronto- hay algo que nunca te devolví.

-¿Qué cosa?

Se estiro hasta el buró de al lado del sofá y abrió una de las gavetas...

-Toma –dijo mientras me entregaba el libro 'Il ritratto di Dorian Gray'.

Sonreí -¿Lo terminaste?

-Hasta la última palabra.

-¿Sabes? Puedes quedártelo si quieres, así tienes un recuerdo de cómo comenzó todo...

-Gracias, realmente es un recuerdo valioso... de cuando Piero Barone casi me ahogó -agregó esto último riéndo.

Comencé a reír –No es mi culpa que no me vieras venir.

-Tú fuiste el que no me vio a mí.

-Bueno, ya, lo que importa es que de no ser por eso no...

-Sí, tienes razón.

-Tu cabello huele delicioso –dije mientras seguía jugando con él.

-Gracias... -dijo, tomo mi otro brazo y lo coloco alrededor de ella.

-¿tienes frio?

-no mucho, pero me encanta que me rodees con tu brazo.

Acomode mejor mi brazo y comencé a acariciarla, estuvimos ahí otro rato, hablando, acariciándonos, de la manera más inocente y tierna del mundo.

Una Hermosa Casualidad (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora