Capítulo 41

614 53 6
                                    

Narra Piero.

Me lancé en el sofá totalmente agotado, había sido uno de los días más difíciles de mi vida, no solo había descubierto que Elisa era toda una traidora y mentirosa, sino que había ido a declarar su caso a la policía, ya que, el que ahora supiera que era ella no quitaba el hecho de que representara un peligro.

A pesar de mostrar la grabación como prueba, habían dudado de mis declaraciones, ya que parecía imposible que una chica linda como ella fuera capaz de hacer dicha monstruosidad.

Anduve de aquí para allá todo el día, recopilando pruebas, busqué los récipes médicos que conseguí e incluso contacte con el Dr. Paletti, quien había atendido a Tn meses atrás cuando la habían intoxicado.

Luego de unas cuatro horas conseguí las pruebas necesarias para un allanamiento. Pasé toda una tarde en la comisaría, entre llanto, gritos y miradas de odio de Elisa hacía mí mientras se declaraba inocente. Finalmente, El oficial Allendi, quien había estado ayudándome toda la tarde, logró contactar con los padres de Elisa, quienes al parecer muy sorprendidos, se cedieron a internarla en una institución mental en Calabria.

Jamás había visto a nadie tan furioso, pero a pesar de todo, me sentía feliz.

Sin embargo, me había asustado un poco algo que había dicho antes de que se la llevaran a la unidad policiaca:

"No te librarás tan fácil de mí"

¡Estaba loca!

Pero... sabía que no lograría esa visión, ya que la esperaban mínimo cinco años ahí por acoso, agresión virtual, intento de homicidio...

En realidad, los cargos eran suficientes como para ir a prisión, pero en el fondo, sentí lástima por ella, ya que a FN de cuentas, para mí, manicomio, prisión... el punto es que estaría encerrada, muy lejos.

En cuanto a su tío... él no corrió con la misma suerte, al parecer el tipo era famoso en el mundo criminal, y al haber violado su libertad condicional, pagaría una condena de 20 años.

Luego de una tarde de tensión y estrés, era bueno llegar a casa al fin.

No obstante, aún faltaba algo, aún no estaba todo bien.

Tn.

¿Dónde estaba? ¿Con quién estaba? ¿Me extrañaba? ¿Sería cierto que sufría?

Ya no había nada que nos impidiera estar juntos de nuevo, pero la distancia y las heridas que se habían creado entre nosotros parecían ser irreversibles.

Si ella me había superado, si ella ya estaba bien ¿Le haría un mal al volver?

¿Y si me rechazaba?

¿Y si ya tenía a alguien?

Mi cabeza daba vueltas y cada vez el agujero de dolor en mi pecho crecía, la extrañaba y la quería, aquí, conmigo.

Una punta blanca que se asomaba bajo la estantería de la sala llamó mi atención, rápidamente me levanté a ver de qué se trataba, simplemente quería distraer mis pensamientos.

Era un sobre.

"...Para Piero"

¿Qué?

Lo abrí rápidamente y mi corazón se encogió al ver la letra de Tn.

"Piero, te escribo esto con el fin de llegar a tu corazón mediante éstas palabras, sabes que me cuesta expresarme por escrito, ya que, las letras no son lo mío, pero en esta ocasión, creo que es necesario usarlas, ya que simplemente no tengo el valor de encararte ahora.

Una Hermosa Casualidad (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora