Bajé a la calle.
Pasé por el cristal de la confitería.
La gente buscaba esquivarme.
He preferido no mirar mi reflejo en el escaparate.
No sé qué aspecto tengo.
Ya no me gusta la calle.
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Diario de un Hombre Destrazado
ContoEn el sobre de azúcar, por detrás donde pone una frase, he escrito mi número. Supuse que lo leería. A la gente le gustan esas gilipolleces.