2. Muros.

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Separo mis párpados para encontrar la primera imagen del día: El blanco techo de madera.
Bostezo y me siento en la cama. Rasco mi cabeza y me dirijo al baño. Enciendo la regadera, cuando ya sale el vapor y comienza a adherirse al espejo, me meto. Siento como el agua caliente baja por mi espalda, relajando mis músculos. Apoyo mis manos en la pared y cierro los ojos. Miles de imágenes pasan fugazmente por mi mente, sobretodo los Miedos. Apago la regadera y cojo la toalla para atarla a mi cintura, dejando mi torso al descubierto.
El vidrio del espejo esta empapado. Me paro frente a el y paso una mano para limpiar una parte. Me observo. Mi cabello negro mojado e alborotado, mi delgado rostro y mis ojos marrones. Suspiro.

Me visto con una camisa holgada blanca y unos jeans. La gente que cuida de mi (Un guardia y su esposa. Una regla dice que al quedar un chico huerfano, debe un guardia u otro oficio hacerse cargo de el. En mi caso, Jeremy y Lizza) No están. Hay un pequeño plato de cereales y un zumo de naranja. Bebo un sorbo y mastico el cereal. Es crujiente.

Salgo de la casa y camino a la Calle-B. Llamo a la puerta. Me abre Ashley.

- Hey.-Digo.

- Hey.-Dice ella.- Pasa.

- ¿Cómo estás?-Pregunto entrando al hogar.

- Bien. ¿Y tu?

- Bien.-Asiento cabizbajo.

- ¿Tienes hambre?

- No, ya comí. Gracias de todos modos.

- Idiota, te pasa algo.-Sisea.

- ¿Eh?

- Estas raro. Habla.

- Mh...nada...-Mascullo.

- Claro, y Sasha no es puta.

- ¿Qué tiene que ver la pobre Sasha aquí?-Frunzo mi ceño.

- Se lía con todos los guardias solterones. Pero ese no es el caso. ¿Qué pasa?

- ¿Sabes qué día es hoy?

- Si. 9 de Octubre. Y se que paso este día. ¿Quieres hablar?

- Realmente...no...-Digo cabizbajo.

- Joel, yo también perdí a mis padres. Se que no conociste a tu madre, pero al menos lo hiciste con tu padre. Mi mamá fue exiliada por una traición horrible, y mi papá murio cuando tenía un año. Pero eso no quita que ambos no tengamos una vida de la misma mierda.-Sonrio ladeademante.- Y tampoco quiero que te sigas lamentando por la muerte de tu madre. Entiendelo, No. Fue. Tu. Culpa.-Dice pausadamente.

- Gracias...Siempre sabes levantarne el ánimo.-Digo en tono sarcástico.

- Obvio, así soy yo.-Sonríe y se levanta de mi lado.- Y cambiando de tema...

- ¿Qué pasa?

- Acompañame.-Me indica y caminamos al patio trasero.- ¿Ves eso?

- ¿Ver qué?

- Mira el suelo.-Dirijo mi vista hacia allí. Me arrodillo y lo admiro asombrado. Líquido purpura. Sangre de Insecto.- ¿Cuándo lo hallaste?

- Hoy.

- Parece fresca...-Susurro.- ¿La has tocado?

- ¿Qué? No. Ni cagando. Me da un puto asco.-Murmura.

- Debemos avisarle a los guardias. Pero...¿dónde estará?

- Y como logró entrar. Se supone que todo esta muy bien protegido.

- Un momento.-Me levanto y camino hacia la pared. Esta abollada.- ¿La muralla siempre ha sido así?

- ¿Crees que me paso el día viendo paredes? Pues no, no es así y no tengo ni idea.-Se cruza de brazos y camina donde estoy.- Aunque...Mira.-Pasa su mano por la muralla.- Tienen la forma de un puño.

- ¿De un puño...?-Pregunto extrañado.

- Si...pero...¿Quién tiene la fuerza suficiente para hacer esto?

- Los Llamas.-Murmuro...

Apocalipsis. ◆◇◆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora