Días dos.
Michael estaba cansado; tanto emocional, como físicamente. Tenía unas horribles ojeras violáceas debajo de sus verdes ojos, apenas podía dormir y comía muy poco, por no decir nada, a decir verdad. A veces se despertaba por las noches a vomitar, lo cual era realmente asqueroso, pues no comía casi nada. Siempre intentó ser lo más cuidadoso para no despertar a Luke y tener que inventarle algo.
Luke.
Luke era todo lo que ocupaba su maldita cabeza. Luke, Luke y más Luke. ¿Por qué la vida era tan jodidamente injusta? Michael sabía que no era culpa del rubio lo que estaba ocurriendo y quizá por eso se sentía tan mal al mintiéndole.
No podía decir que no lo había intentado, porque mierda, en incontables de ocasiones intentó acercarse al rubio y dialogar lo que estaba por suceder, pero las interminables peleas y la ausencia del rubio no le dejaban avanzar.
Bufó, removiéndose en el colchón. De nuevo no podía dormir.
La ansiedad lo carcomía por dentro, vivía con el estómago hecho un nudo. Estaba enojado. Enojado consigo mismo, con Luke, con sus padres, con el mundo, con todos. Quería una respuesta, quería despejar la incógnita y resolver su maldita vida. Quería estabilidad, necesitaba estabilidad.
Paz. Michael solo necesitaba estar en paz.
Cerró sus ojos fuertemente y apretó sus manos en forma de puño. ¿Por qué las cosas tenían que ser tan complicadas? Abrió uno de sus ojos y miró a Luke dormir a su lado.
Tan tranquilo.
«— Michael... a pesar de todo lo que hemos pasado, ¿tu crees que algún día, no sé... podamos finalmente casarnos, adoptar niños y ser una familia asquerosamente cliché?»
Sus ojos se aguaron al recordar tortuosamente la pregunta de su novio. Se sentó, con cuidado de no moverse mucho, y cubrió su rostro con sus pequeñas manos.
Jodida mierda.
El matrimonio era un paso muy importante en una relación e implicaba muchas cosas. Dentro de ellas: tiempo y eso era justamente lo que Michael no tenía; tiempo. ¿Qué era lo que se suponía que haría? Tenía la cabeza hecha un lío.
Las ramas de los arboles chocaban con la ventana de la pieza, causando un molesto ruido que no dejaba dormir al menor. Bufó nuevamente y se giró para apreciar a su novio, quien dormía apaciblemente.
Aun durmiendo parecía un ángel.
No culpaba a Luke del quiebre de su relación. Si ellos se habían distanciado había sido responsabilidad de ambos, ademas él había actuado de la misma forma, no tenía nada que recriminar. A partir de ese entonces, a Michael no le importaría nada que hubiese pasado ni nada de lo que pudiera pasar, Michael solo quería disfrutar el presente, fuera como fuera.
Los labios del menor estaban entreabiertos, siendo tan rosados como siempre. Sus mejillas estaban un poco coloradas gracias a la alta temperatura que había en la habitación y su cabello desordenado descansaba sobre la almohada. Michael posó su mano en la pequeña nariz del rubio y jugó con ella, como hacía siempre cuando no podía dormir. Dirigió sus cortos dedos a los rosados labios de su novio y los contorneó. Siempre le gustaron sus labios.
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When you were sixteen ━ muke
FanfictionCuando Luke se da cuenta que todo lo que había construido a lo largo de los años se ve amenazado, decide actuar, porque Luke no quería perder a Michael y era capaz de hacer todo lo posible por volver a ser lo que eran. «Luke, gracias por haberme vue...