Último día

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Último día.

— Entonces, tú chocaste conmigo y botaste todos mis libros. —comentó Michael, riendo— Y ni siquiera me ayudaste a recogerlos, solo los botaste.

Pensar en el pasado era una buena forma de escapar a lo que se le venía.

La verdad era que estaba intentando no pensar en cierto anillo que yacía en uno de sus dedos. Cualquier cosa que lograra distraerlo estaría bien para él.

— Luke. —llamó la atención Michael al menor, pues estaba mordiendo su cuello.

El rubio rio en el cuello del teñido y lo giró en un movimiento ágil, quedando sobre Michael. Sus ojos se encontraron en el silencio de la habitación y las ganas de ser uno crecieron. El mayor comenzó a acariciar el rostro de su, ahora, prometido hasta que, por fin, Luke acabó con esa distancia que los separaba, de manera lenta y tortuosa, lo cual hacía querer volver loco a Michael. El teñido pasó sus manos por detrás de Luke, para acercarlo lo más posible y corresponderle el beso.

El beso era lento. La lengua de Luke delineó los labios del mayor y así comenzaron una batalla por quién dominaba el beso. Suspiros tímidos se escapaban de los labios de Michael. Se sentía, por primera vez en mucho tiempo, deseado, deseado por Luke.

No tenían sexo hacia mucho tiempo. O más bien... sexo si tenían, después de esas interminables peleas que creían solucionar con sexo.

Pero hacia mucho tiempo que no hacían el amor.

— Luke... —susurró el mayor con un hilo de voz— Quiero... quiero hacerlo.

Sus ojos se conectaron una vez más. Por alguna razón, Luke se sentía nervioso. Demasiado. Michael se veía tan pequeño bajo su cuerpo que no quería dañarlo, no quería volver a hacer las cosas mal con él.

Luke unió sus labios nuevamente. Michael suspiró profundo, se sentía cansado, pero ansioso. Realmente quería hacer eso, por ellos, por Luke, por él mismo. Siguió ese beso que había comenzado como algo inocente, pero que con cada segundo que pasaba las ansias de sentir al otro aumentaban.

Sin embargo, la ternura jamás dejó el cuerpo de Luke.

— ¿Estás seguro?

Luke jamás haría algo para dañar a su pequeño, y sabía que algo no estaba bien con él, podía notarlo en sus apagados ojos, en su caminar, su hablar. Le jodía notar cómo su Michael se apagaba día tras día y no saber qué hacer.

Si hubiese sido algo realmente grave, Michael le habría dicho, ¿verdad? Entonces... no había nada de qué preocuparse.

Luke quitó con delicadeza la polera del teñido y luego quitó la propia. Sus pechos chocaron y sus labios de encontraron. Los suspiros de placer llenaron la habitación y la fricción de sus cuerpos era lo único que importaba en esos momentos.

— Te amo. —susurró Luke con toda la delicadeza del mundo— Te amo mucho.

Michael sonrió con tristeza. Si tan solo hubieran entrado en razón unos meses antes... quizá todo habría sido menos doloroso.

— También yo, Luke. —susurró de vuelta, sintiendo sus ojos humedecerse— De aquí hasta la luna.

— Ida y vuelta. —continuó el rubio.

Esa noche quedaría por siempre en la memoria de Luke. Porque por primera vez en mucho tiempo sentía que estaba haciendo las cosas bien, que estaba yendo por un buen camino.

Ya eran las dos de la madrugada y Michael seguía sin conciliar el sueño. Se sentía perdido. A partir de ese momento estaba solo, solo y sin ayuda alguna. Todo lo que le esperaba era nuevo y tenía tanto miedo.

Esperaba que Luke pudiese perdonarlo algún día.

Susurró un "te amo" apenas audible, casi inexistente, sin recibir respuesta alguna, ya que Luke permanecía dormido profundamente. Sintió sus ojos aguarse y comenzó a llorar en silencio.

Ya no había nada por hacer, todo se había acabado. Cerró los ojos tratando de dormir, estaba cansado, apenas podía moverse.

Y con ese pensamiento acompañándole, se durmió. Mañana debía levantarse temprano.

Perdón, no sé escribir smut, así que me lo salté :(

Queda el epílogo y un extra, hasta el momento no se entiende nada, pero en el epílogo se sabe todo, así que espérenlo 🖤

When you were sixteen ━ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora