La pérdida

414 33 22
                                        

Ella está en las nubes, 

pesada y oscura, 

esperando a caer como la lluvia. 

- Christy Ann Martine


Capítulo 3

Contra todo pronóstico, Jack tardó casi toda la noche en hallar el punto que indicaba el mapa. Aunque al pisar tierra, estaba deshabitado. La perspectiva era sobre todo lodosa y peñascosa, ya sabía de dónde venía la fuerte fragancia a humedad. Unos pequeños cráteres en la tierra resultaban expulsar chorros de vapor. Eso y algunas tristes rocas mohosas a los costados eran lo único que decoraba tal desierto. Esperen... rocas mohosas.

Estaba en el lugar correcto.

–Eh, ¿hola? – llamó al vacío. – Estoy buscando a un troll. Bajito, redondo, hecho de piedra. ¿Alguien lo ha visto?

Antes de darse cuenta de lo tonto que se debía ver hablándole a piedras, Jack sintió el suelo temblar. En seguida, las rocas a los costados rodaron formando un círculo alrededor de él. Vaya que eran muchas. En un final sacudón que hizo al joven saltar, se incorporaron y los trolls mostraron su verdadera esencia.

–¿Y este quién es? – se oían los murmullos.

–Creo que es Jack Frost.

–¿Jack Frost? ¿Por qué lo dices?

–¿Jack Frost está aquí?

–Mira su pelo, eso es bastante anormal.

–¡Y sus ropas!

–Brr, ¿alguien más tiene frío aquí?

–Huh, busco a un troll... – alzó su voz ante la multitud. – Bueno, es muy parecido a todos ustedes. – los ojos de Jack eran rajas mientras inspeccionaba por la memoria de la criatura que le visitó. Tenía razón, eran casi todos iguales.

Repentinamente, el círculo se irrumpió por un estrechó en el que venía tambaleándose uno notablemente más mayor que el resto de su familia. Ucrania.

–Jack Frost. – le dijo el troll con su antigua voz a modo de saludo, sus ojos apenas sonreían. – Sabía que vendrías tarde o temprano.

–En ese caso me pude haber ahorrado la molestia de venir si no hubieras desaparecido.

Una oleada de ojos pestañeaban sorprendidos ante la irreverencia del muchacho, pero este permaneció inescrutablemente serio.

–¿Y dónde está mi fiesta de bienvenida? – más silencio incómodo por parte de los presentes.

–Veo que sí eres como cuentan. – carraspeó Pabbie. – Dime, ¿has venido por lo que creo?

–Sí. – se aproximó a él e hincó la rodilla al suelo para mirarlo directo a los ojos. Fue directo. – ¿Qué diablos está sucediendo? ¿Cómo pudiste haberte ido luego de esa luz, dejándome solo con semejante problema?

La criatura huyó de los ojos de rendija del muchacho.

–Jack, – Pabbie explicó amablemente. Sabía con certeza los aprietos que estaba transitando, pero a diferencia de él, el troll no podía hacer nada al respecto. – no podía dejar que ningún humano me viese en medio del palacio real. No soy invisible como tú. Por eso tuve que regresar.

–Una nota podía haber sido grato.

–Entiendo que te moleste. Pero no tenía otra opción.

–Dime algo más. ¿Qué significa exactamente que la maldad se apoderará de ella?

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora