Nyx

Capítulo 8

Su mano en la barbilla, me decía que estaba pensando. No había mucho que analizar o reflexionar, ya pasó. Ya me juzgaron, yo lo hice...

Todo era pasado. Y el pasado, pasado está.

- Quiero que me hables de cada uno de ellos - yo fruncí el ceño sin entender en qué me ayudaría eso - Quiero entender vuestra relación.

- Vale, pues...

- Espera - se levanta de la silla y viene hasta mí - Relájate, no pienses en esa noche, solo piensa en como eran vuestras conversaciones diarias.

Le tengo justo enfrente apoyado sobre su propio escritorio y me mira fijamente esperando que le cuente algo. Yo simplemente repaso toda la habitación intentando no mirar sus profundos ojos oscuros. Su boca es una fina línea, ya que tiene una expresión de seriedad en la cara.

- ¿Por quién quieres empezar?

- No sé, supongo que por el chico al que asesiné...

- No, mejor otro - se levanta y va de nuevo hacia su silla, rebusca en los papeles y hay uno con nombres que reconozco - Mejor por Cameron Blake.

Ay no, no me apetece nada. Él no.

- ¿Y otro? - pregunté con un hilo de voz.

- No, él, parece que hemos encontrado algo que te hace reaccionar.

Le miré mal, pero asentí. Respiré hondo, muy hondo. Mis pulmones se llenaron y después se vaciaron dejándome vacía, igual que me dejó Cam.

- Cam, era mi amor platónico - sus ojos se abren un poco más por la sorpresa, pero no comenta nada - Teníamos una relación complicada...

- ¿Estabais juntos? - preguntó entrelazando sus manos con fuerza y depositándolas encima de su escritorio - ¿Cómo era? Cuéntame, Nyx.

Me rasqué el brazo derecho con nerviosismo.

- Fue mi primera vez - murmuré intranquila, bajé la vista y me centré en mis pies - Esa misma tarde...

- Vale, no quiero detalles - comentó serio - ¿Cómo era vuestra relación? - repitió la pregunta.

- Complicada - respondí aún sin mirarle - Cuando nos conocimos, hace unos cinco años, le gustó Emily. Ella era la que se llevaba siempre a los chicos, bueno es.

- ¿Y no tuvieron nada ellos dos?

- Según ellos no, pero ¿qué se yo? - pregunté a la nada y encogiéndome de hombros.

- ¿No le preguntaste? - me dijo Kyle serio e intentando captar mi mirada.

- Sí, siempre dijo que no - él asintió y ambos nos quedamos mirándonos sin pestañear en silencio.

Sus facciones eran fuertes y cuando fruncía el ceño se le formaban arruguitas al lado de los ojos. Su nariz era recta, casi perfecta. Nada prominente, aunque parecía que se la habían operado. Quizás eran imaginaciones mías.

- ¿Qué más?

- Pues... Un día me hizo caso, creo que Emily habló con él sobre lo que yo sentía - pensé unos cuantos segundo y añadí - No era amor, ahora lo sé, era como una obsesión. Creía que íbamos a ser perfectos juntos.

- Así que Emily hizo de celestina...

- Sí, en una fiesta nos besamos. De vez en cuando salíamos juntos, pero siempre como amigos. Yo tenía muy claro que no éramos nada, que no podía tener novia...

- ¿No podía? - me preguntó con los nudillos blancos porque estaba haciendo fuerza - ¿O no quería? - concluyó con voz firme.

- Quien sabe - respondí tranquilamente y le expliqué lo que siempre me decía él - Su padre es juez, quería que su hijo siguiese el mismo camino y bueno, le exige mucho y no le deja que se descentre con tonterías.