CAPÍTULO 2

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FIORELLA

Estaba entonando una de mis canciones favoritas de mi artista preferida e ídola: Malú.

Las estrofas fluían de mi garganta con la mejor entonación que podía dar. Esto era lo que más amaba hacer: cantar.

Me subí a la cama con el peine en mano sin dejar de cantar y me puse a dar vueltas como lo hacían los artistas cuando cantaban.

Escuché un leve ruido que me hizo alzar la vista y al abrir los ojos no pude evitar ponerme roja de la vergüenza al ver a mi hermana viéndome con una gran sonrisa asomada a la puerta.

-- ¿Q... que estas haciendo tu aquí?-- Exclamé exaltada saltando de la cama y dejando el peine en mi mesilla con rapidez.

Por Dios que vergüenza, Diane me había visto.

-- No te alarmes tanto, si hasta cantas muy bien.

-- Eso no es verdad y hay algo que se llama privacidad ¿Sabes?
-- Perdona -- dijo levantando las manos al aire. -- Pero sí que cantas bien y lo sabes.

Yo suspiré exasperada, no me gustaba pensar que eso era cierto. No me gustaba regodearme de eso y tampoco me consideraba tan buena, aunque sí desearía serlo.

-- Vamos no pongas esa cara de estreňida.

No pude evitar estallar en carcajadas ante su comentario.

-- Esque lo que dices no es verdad. No canto mal, pero tampoco bien.

Ella negó con la cabeza, sin borrar la sonrisa de la cara, indicando con su gesto que yo no tenía remedio.

-- Te frustras por nada y ni siquiera te das cuenta de que realmente sí tienes talento.

-- No digas tonterías.

-- Sabes que no las digo. Por cierto ¿Te acuerdas del concurso aquel que había para canto de hasta los 18?

Yo asentí. Era un simple concurso que celebraban en el centro cultural del pueblo como actividad divertida, los premios tampoco serian muy allá. Simplemente era una actividad para pasarlo bien y divertirse todos.

Había pensado en apuntarme a pesar de todo, pero no me veía capacitada.

-- ¿Qué pasa con ese concurso?

Ella me miró con su sonrisa ahora enorme.

-- Pues... ¡He pensado que podrías apuntarte!

-- Ni de coňa.

-- ¡Venga ya! ¿Por qué no? Seguro que ganarías, solo tendríamos que conseguir el permiso de mamá y papá.

Yo negué con la cabeza.

-- No quiero hacer el ridículo delante de todo el pueblo.

-- No bas a hacer el ridículo Fierolla, no digas tonterías.

-- No las digo.

-- Sí lo haces.

La discusión continuo un buen rato hasta que al final no se como demonios lo hizo, pero logró convencerme para que me apuntara al dichoso concurso. Aunque he de reconocerlo, en el fondo me hacía mucha ilusión.

Bajamos a la planta de abajo donde se encontraban nuestros padres en el salón viendo una película en la televisión.

-- Mamá, papá queremos pediros algo.

Ambos se giraron a vernos interrogantes.

-- ¿Sabéis el concurso de talentos que se presenta en el centro cultural? Fierolla quiere apuntarse.-- Dijo mi hermana hablando por mi, pues yo estaba muda en esos momentos.

Famous and Ocult SingersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora