¡Necesito ver ese diario!

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Pay

Kai se fue y entonces mire a los chicos para que me explicasen porque habían interrumpido mi placentera siesta intentando colarse a mi cada por la ventana. Dios sabe como lo hubieron conseguido antes de que despertara.

-¿Pay? -dice Ash asustado-.

-¡Hablad ya!

-Necesito hablar con Kai y Ash no me deja.

-¿De qué? -me miro extraño- ¿de qué quieres hablar con ella?

-Cosas nuestras no te interesa.

-Pues entonces... -hice comi si pensara- ¡ah, si! ¡largo! -apunte a la puerta-.

-¡No! No, Pay, necesito saber algo sobre ella.

-Pay, lo necesita de verdad. Hace mucho tiempo que no veo ese brillo en sus ojos -dijo mirándome a los ojos-.

-Lo que Kai no quiera que sepa nadie no lo sabe nadie. Ella no esta -me miro suplicante- peeeero tiene un diario donde lo apunta todo, y cuando digo todo es todo, desde que tenía 11años. Tal vez te pueda ayudar eso.

-Si, me ayuda eso, claro que si. ¿dónde esta?

-Ese es el punto. Siempre lo lleva encima y cuando duerme no esconde en un lugar que jamás sabré.

-¡Mierda! ¡Necesito ver ese diario! -dijo frustrado- ¿no sabes ningún lugar dónde podría estar?

-No.

-Joder -se sentó en el sofá y agacho la cabeza triste-.

-¿Puedo hacerte una pregunta Bruno?

-asintio- la quiero...

-Bruno... -le acaricio la espalda-.

-¿No ves que la necesita? -me miro un poco mal- Dime donde esta el diario.

-¡Que no lo se! -dije casi gritando-.

-¿Por qué no intentas acercarte a ella en vez de comportarte como un cabrón? Tal vez ayudaría.

-¿Cómo?

-Por las noches he oído llorar a Kai y la única razón que encuentro eres tu.

-¿Que le has echo Bruno?

-Nada -le miramos con cara de filo, sabemos que le has echo algo- esta bien...

-¡Cuenta ya! -decimos Ash y yo a la vez, nos miramos y me sonrojo-.

-Pues... Estábamos en la calle cuando...

"estaba andando por la calle cuando veo a una chica bajita, morena, de pelo largo y con un gran cu... Digo bolso. De repente se da la vuelta y me sonríe y ahí yo caigo rendido a sus pies, pero me doy cuenta de que es a otro chico que hay detrás mía. Se llama Marcus según la chica que grita su nombre entusiasmada. Se van juntos y yo triste ando por la calle en alguna dirección. De repente, después de hora y media andando, veo a la misma chica mirando un escaparate triste y a punto de llorar. Rápidamente me acerco a consolarla:

El chico de la ventana de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora