Louis y Harry se conocieron por casualidad ¿O tal vez no? Su amor crece aún más con el tiempo ¿Eso es posible? Pero en toda historia hay villanos, y ellos tendrán que luchar junto a sus amigos para salvar su amor... Ya que el destino no está con ell...
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Niall
Ya había arreglado todo después de la mudanza desde Irlanda, finalmente había vuelto a la casa en donde me crie y ya había encontrado mis escondites secretos de dulces en la parte de arriba del sótano, también había bailado por toda la casa en solo ropa interior y ya había hecho bromas telefónicas a los vecinos. Y ahora simplemente estoy echado en el sofá mirando el techo con un brazo apoyando mi cabeza y el otro lanzando una pelota amarilla de arriba a abajo. La cosa es que... No sé qué hacer. Quería hacer algo con Harry, pero seguramente le está metiendo la lengua hasta la garganta al castaño y no quería interrumpir eso.
Estaba solo en casa ya que mi padre se fue a una conferencia, mi madre estaba en su trabajo y Greg vive ahora con su esposa e hijo. Tampoco se me ocurría alguien más para hacer algo, solamente sé una cosa... Tengo hambre. Decido pararme e ir al refrigerador por un yogurt y a la despensa por galletas. Me embuto unas cuantas galletas y bebo del galón de la bebida de fresa. Camino lentamente a la sala y cuando bajo el yogurt, unos ojos me penetran tras la ventana de afuera, casi escupo todo lo que tenía en la boca. Dejó las cosas sobre la mesa, me pongo un abrigo del perchero y salgo con las llaves en la mano.
− ¡¿Liam?! ¡¿Qué carajos haces aquí?!
El castaño tenía la mirada seria, los brazos cruzados y la respiración como un toro enojado.
− Quiero que me digas todo lo que escuchaste. − Dijo, con dureza en su hablar.
− ¡¿Escuchar?! ¡¿De qué?! − Fruncí el ceño.
− Te vi, Niall. − Realmente estaba alterado, parecía como si una parte de él quisiera calmarse pero otra no podía contener su enojo. − Te vi tras el camper mientras Scarlett y yo hablábamos.
¿La discusión tan triste de ayer? ¿A eso le llama conversación?
− ¿Y... Qué con ello? − Alcé mi mano, indiferente.
− Que quiero que me digas de una puta vez qué mierda escuchaste. − Su paciencia ya se estaba reventando.
− Simplemente la pelea más decepcionante y miserable que alguna vez haya escuchado. − Bufé, divertido. − Y eso que veo muchas novelas.
− Mira rubiesita. − Dio dos pasos amenazantes hacia mí, yo rodeé los ojos y mire hacia otro lado. − ¿Crees que esto es muy gracioso? Sólo vine a tu barrio de ricos para advertirte de que no te metas en lo que no es de tu incumbencia ¿Me oíste?
− Sí, como sea.− Mire mis uñas, necesito un retoque de manicure lo más pronto. − Solo espero hayas usado protección cuando estuviste revolcándote con esa zorra, desde que llegó hace un año ha sido la salta camas de medio colegio.
− ¿Es que acaso eres imbécil, idiota? Esto no es un jueguito de risas, lo que yo haga es mi puto asunto. − Volvió a dar más pasos hacia mí y ahora tengo el presentimiento de que su paciencia ya desapareció. − ¡Vuelves a meterte en mi puta vida y te mato ¿Entiendes?!