-JODER QUE SUSTO - comienza a reírse
-Eso intentaba
-Y todo esto ¿para qué?
-Para esto. - dicho esto se acerca más y más hasta quedar en frente de mi cara y
Y me besa, no es un beso normal, es de aquellos besos que no quieres contar a nadie.
-Pero John, no no no, ¿por qué?
-¿Qué por qué? me gustas Alice, de verdad lo digo, no voy a decir que me gustas desde que te vi, eso es un jodido cliché. Me gustas desde el día que me preguntaste el por qué era tan capullo - se ríe y me mira - sé que estas con James, la decisión es tuya
-Pe...
-No, espera. Escucha, solo quería decírtelo, no importa si quieres olvidar esto - se encoge de hombros.
Me quedo unos segundos callada.
-Quiero quedarme atrapada aquí
-¿Qué?
-Aquí, en este momento, sin nadie, solo yo, tú y tus palabras.
No dice nada, se limita a cogerme de la mano e intenta guiarme hacía otro lugar.
-Espera, tengo ganas de algo
-Hazlo, déjate llevar por los impulsos - y sin dejar un segundo atrás me abalanzo hacía su cuello, rodeándolo con los brazos y respirando su aroma.
No llego a recordar cuantas veces me he imaginado así con él. Es adictivo y confuso.
Pero entonces despierto y vuelvo a la realidad que me rodea.
Necesidad. Angustia. Deseo. Querer. Sí. No.
Me suelto de John y salgo tan rápido como mis piernas me lo permiten y empiezo a correr sin ningún rumbo, solo quiero aislarme y olvidar.
Paro y reacciono, estoy en medio de la nada, lo unico que llego a ver es una carretera sin saber a donde llega, sin saber a donde voy, sin saber que sé.
Una luz me deslumbra por completo y para al lado mío, sale un chico del coche, es Grayson.
-¿Alice? ¿Qué narices haces aquí?
-No sé
-Sube, te dejaré en tu casa
Durante todo el trayecto no digo nada, me mantengo con las manos sobre mis rodillas como si de esa manera fuera a esconder mis secretos para siempre, Grayson se limita a conducir mientras se fuma un cigarro, ni tan solo me pregunta el por qué de la situación y del lugar.
-Gracias - me bajo y empiezo a sacudir el bolso como si así fuera a encontrar las llaves, una vez encontradas tengo la intención de abrir, paro en seco y me derrumbo en las escaleras del rellano.
Pienso en lo que ha pasado hace a penas una hora a vistas de todos los presentes, ahora es un secreto intocable, solo mío y de John.
Pasado un cuarto de hora me hayo en mi cuarto observando desde la ventana, esperando todo y nada. Estoy desorientada pero tranquila, no quiero saber que me depara el mañana.