Las farolas de la calle se encendieron dejando ver los pequeños detalles
-Eh ¡Alice! – me gire instintivamente, esa voz me sonaba familiar. Era James, perfecto, ahora parecía el momento adecuado para poder hablar, puesto que no había nadie más en toda la acera excepto nosotros.
-Hola James – era consciente de que mi voz sonaba algo nerviosa. – Esto… tú el otro día no dejaste por casualidad una nota en mi mochila, ¿verdad?
James se puso tenso.
-Oh, eso, bueno… sí, fui yo, ¿no te molestaría, no? – a medida que hablaba su voz temblaba de inseguridad
-No, no, al contrario, me sorprendió bastante que tú…bueno, ya me entiendes
-¿Y qué me dices? – ahora no era su voz la que temblaba, era él.
-James, tú ya sabes que también me gustas, y también sabes que nosotros dos nunca hemos sido amigos ni nada por el estilo – él solo asentía con la cabeza – ¿Te parecería si primero quedamos unas cuantas veces y me lo voy pensando?
-Sí, claro, eso es-está bien – ahora parecía más relajado, eso en parte me tranquilizaba, no me gustaba verle con la mirada llena de dudas. – ¿Te gustaría quedar mañana aquí a la misma hora?
Ahora mismo son las 8:00 de la tarde, y a mí solo me dejan hasta las 10, lo que significa que solo podré estar dos horas con él, pero con eso me bastaba.
-Por supuesto, nos vemos mañana – me despedí de él con una media sonrisa a medida que me daba la vuelta para poder llegar a casa y acabar el día de una vez por todas.
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Viernes por la mañana. Ese día hacía exactamente una semana desde que estaba de vacaciones de verano, pero para mi suerte tenía que ir a recoger las notas al instituto, y obviamente suponía que iba a encontrarme cara a cara con John, él últimamente había estado extrañamente amable conmigo, desde hacía unos días él me invitaba a salir a dar una vuelta por el barrio, yo siempre le ponía alguna excusa para no tener que verle.
Las cosas con James cada vez iban mejor. La primera vez que quedamos había un silencio incomodo, pero en cuanto empezó a hacer bromas los dos estábamos mucho más a gusto, descubrimos cosas acerca del otro, gustos, anécdotas graciosas, miedos, manías, como son nuestras familias y demás.
Aquel día dejé mi pelo al natural, pequeños rizos caían bajo mis hombros hasta llegar a mi cintura, el tono castaño de mi cabello hacía contraste en mi blusa blanca con encaje, perfecto, até mis viejas converse blancas, por último apliqué algo de rímel a mis pestañas y ya estaba lista para salir. Llaves, móvil, auriculares y algo de dinero.
-MAMÁ, ME VOY, ADIÓS – grité desde el recibidor del piso
-Más te vale traer buenas notas, o de lo contrario ya sabes, ¿verdad? – tras escuchar aquello cerré la puerta y bajé las escaleras corriendo, provocando que casi chocará contra la pared, aunque eso ya era habitual en mí.
Fui a recoger a Lea, ella me menciono que tenía algo que contarme sobre un chico, o eso creo.
-ALIIICEE! – vino corriendo a abrazarme, yo obviamente le correspondí, ella siempre estaba sonriendo o abrazando a la gente, eso sí, como se enfadara ya te podías olvidar de ella por unos días.
-Heyy, ¿Por qué tan feliz? – ella hoy se veía más alegre de lo normal, y con una mirada y un brillo diferente.
-Adivina!
-Veamos…acaso has conocido a alguien?
-Algo así, veras es que….
Estuvimos hablando durante el camino, al parecer ella había conocido a un tal llamado Tyler, por lo que me ha contado tiene nuestra misma edad, es muy simpático con ella, sinceramente los dos se gustan, eso es algo que se ve a simple vista, pero el problema es que él vive a media hora de aquí.
-No te preocupes, si quieres te puedo acompañar a verle, ¿Qué te parece?
-SÍÍ
Me alegraba de que ella estuviera tan feliz, se lo merece, ha pasado por mucho y ella ahora a encontrado alguien.
Al llegar al instituto había un ambiente nervioso, se notaba que hoy era la entrega de notas. Debo admitir que yo también lo estaba, no soy de esas estudiantes que suspenden la mitad de las materias, pero siempre tengo el riesgo a que me quedé alguna.
Cuando subimos a clase fueron llamando por orden alfabético
-Aldrich, Caitlin
-Brooks, Ariana
…
-White, Alice
Al fin. Lengua, biología, matemáticas…. Uf, me quité un peso de encima al ver que las tenía todas aprobadas.
Al parecer todas las del grupo habían aprobado, más que nada porque estaban dando saltitos de alegría.
Al salir me despedí de todas ellas, puesto que James me propuso acompañarme hasta casa, lo que me pareció un detalle muy bonito por su parte.
Me dirigí hacía James, él estaba hablando con du grupo de amigos del cual consta parte Dylan, Grayson, Seth y a veces John, que para mi desgracia hoy estaba entre ellos.
-Hola Alice
-John, hola – miré hacía el suelo, sabía que si le miraba iba a perder la sensatez, aunque de todas formas yo estoy muy bien con James, no sé porque le temo tanto a John.
James se giró
-¿Nos vamos?
-Claro – le sonreí
Dicho aquello se despidió y nos fuimos.