Lo que depara el futuro

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-¿Listos?

Los siete piratas y Sun Gi compartieron miradas y asintieron, aunque esta última no lo hizo con mucha seguridad. Ya había amanecido y Xing Ji ayudaría a los muchachos a salir de esa isla, a pesar de que el follaje y los altos árboles hacían mucha sombra, se podía ver unos cuantos claros de luz y hasta algunos rayos de sol que de vez en cuando les pegaba y los calentaba en ese frío que aún seguía presente. La mujer les recomendó que se tomaran de las manos para no separarse y que ninguno se perdiera, que estuvieran pendientes del camino y no se distrajeran o detuvieran al escuchar ni el más mínimo ruido, lo mejor era ignorarlos.

-Zico ¿Cómo sigues del tobillo? – le preguntó Taeil quien se hallaba a su lado pero Zico no le contestó, tenía la cabeza en otro lado y no precisamente con la idea de salir de allí – Zico – sacudió su mano para que le hiciera caso, éste lo miró pero no dijo nada - ¿Cómo está tu tobillo?

-Bien – bajo su mirada hacia su extremidad – Lo que sea que esa mujer me puso funcionó.

-¡Ay mi madre! – Kyung se detuvo de repente – Vi algo, creo que era un fantasma.

-Ignóralos, si les das importancia vendrán a ti – le dijo Xing Ji.

En cuanto Kyung continuó, la tierra bajo sus pies cedió haciéndolo casi caer a un profundo agujero si no fuera porque venía agarrado de Taeil y Ji Hoon que lo sostuvieron y lo ayudaron a subir. El chico tragó grueso y miró a esa profunda oscuridad a la que pudo haber caído y morir seguramente y se preguntaba si quizás sería una falla geológica o fueron los espíritus que tenían esa isla maldita. Prefería pensar que era lo primero.

En el camino se encontraron con muchos obstáculos, como más terreno que cedía, raíces que se levantaban de la tierra las cuales se escondían entre follaje y los hacía tropezar, laderas empedradas que debían escalar y un lago el cual debían atravesar saltando pequeñas rocas que en cualquier mal paso, podría hacerles perder el equilibrio y el que corrió con esa mala suerte fue Ji Hoon que cayó al agua, la cual además, estaba repleta de cadáveres y lo dejó en un estado de shock por unos instantes antes de seguir.

-¿Cuánto falta? Hemos caminado por horas ¿Está segura que no estamos perdidos? – decía Jaehyo ya fastidiado y cansado.

La mujer de pronto se detuvo y volteó a ver a todos.

-En esta parte de la selva, se siente una energía muy negativa – volvió su vista al camino – Éste es el foco de la maldición, donde la anciana bruja iba a ser ejecutada siglos atrás.

-¿Y-Y no hay otro camino? – preguntó el castaño de coleta.

-No – avanzó y a los demás no les quedó de otra que seguirla.

Sun Gi quien se hallaba entre Min Hyuk y Yu Kwon, estaba temblando de miedo, intentaba disimularlo pero éste último se percato de inmediato y apretó su mano para indicarle que él estaba allí para protegerla cualquier cosa. Ella lo miró, al igual que él lo hizo y le regaló una sonrisa, Zico que estaba detrás de ellos sintió como un monstruo comenzó a revolverse en su estómago y sin pensarlo, pasó entre ellos dos interrumpiendo el agarre de sus manos.

-¿Qué haces? – preguntó Sun Gi algo molesta por su repentina acción.

-Quiero ir adelante – tomó la mano de Sun Gi por un lado y la de Yu Kwon por otro quedando ahora él entre ellos. Igual que lo del día anterior, le molestó que esos dos estuvieran muy cerca y se sonrieran de esa manera.

Un grito se escuchó a lo lejos haciendo detener a todos de golpe, era un grito agudo y desesperado de una mujer, como si alguien la estuviera asesinando, todos inmediatamente pensaron que podría ser el espíritu de la bruja que estaba cerca e inmediatamente más gritos comenzaron a aparecer, tanto de mujeres, hombre y niños. El ambiente se hizo más pesado y frío, todo de pronto se oscureció como si una enorme nube gris hubiese cubierto el cielo, los gritos los ensordecían y parecían acercarse y aunque no pudieran ver nada, sentían que estaban rodeados.

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