Los olvidados

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La isla de las almas perdidas o la isla de los olvidados. Cuenta la leyenda que siglos atrás existía una civilización en ese lugar y en ella vivía una anciana bruja que podía predecir el futuro. Muchos pensaban que era una charlatana, que tan sólo engañaba a la gente más crédula como una forma de hacer dinero fácil y aquellos que no caían en su trampa la ignoraban haciendo como si no existía, hasta que un día un grupo de revoltosos marinos fueron a visitarla, no significaba que creían en ella, sólo lo hicieron por curiosidad y juego. Ella leyó sus suertes y lo que estaba escrito en sus futuros era algo inquietante pero ellos lo tomaron como una broma y sólo se burlaron de la anciana. Pocos días después, el barco de esos marinos fue tragado por las aguas, sus cuerpos fueron encontrados sin vida a orillas de la isla por lo que muchos creyeron que la bruja los había maldecido al haberse ellos burlado de ella. La encarcelaron y la condenaron a la horca, pero en el momento de su ejecución, una enorme tormenta se desató causando que el mar se levantara en una enorme ola y entrara a la isla arrasando con todo a su paso, casas, negocios y familias. Nadie sobrevivió, ni siquiera la vieja bruja y esa leyenda fue pasando de boca en boca durante los años y se dice que ese lugar ahora está maldito por las almas en pena de los habitantes que fallecieron ese día.

-Todo barco que se acerca a la isla es arrastrado por una fuerza invisible que muchos creen es la bruja atrayendo a los marinos para asesinarlos como venganza de aquellos que se burlaron de ella – terminó de contar Zico.

-Por eso el barco se volvió como loco y vino directo hacía acá – dijo Min Hyuk.

-No, eso no puede ser cierto – expresó Sun Gi negando la posibilidad de que estuvieran dentro de una isla embrujada – Debe haber una explicación lógica para que el barco hubiese hecho eso, no tiene porque ser magia o una maldición.

-¿Y qué crees que pueda ser entonces? – preguntó Zico de brazos cruzados.

-No lo sé ¿Ciencia? Quizás algún campo magnético.

-¿Campo magnético? Creo que tenemos una sabelotodo en el grupo – rió, esperando a que los demás lo imitaran pero no fue así. Se calló y aclaró su garganta – En fin, la cosa es que hay que salir de aquí, no sabemos lo que nos espere en el camino.

Todos estuvieron de acuerdo y regresaron por donde venían, por suerte habían caminado poco y en línea recta por lo que no había ningún problema de perderse pero al llegar a la salida de ese túnel por el cual entraron, éste se hallaba tapiado, como si esa roca sólida hubiese estado allí todo el tiempo.

-¿Seguro que es por aquí? – preguntó el capitán.

-Sí –afirmó Taeil – Recuerdo perfectamente ese árbol de allí con ese tallado en el tronco, lo sé porque me llamó la atención.

Sun Gi, curiosa por el extraño tallado en el árbol, se acercó a éste y por la oscuridad tanto de la madera como del día, no podía apreciar bien lo que era así que decidió tocarlo, pero apenas lo rozó, el supuesto tallado del árbol se le vino encima haciéndola caer a la tierra húmeda y al percatarse de lo que se trataba, pegó el grito más fuerte que pudo haber emitido en toda su vida tras el terror que la invadió al ver ese cráneo ennegrecido, con la mandíbula chueca que la observaba a través de esos dos orificios en donde alguna vez hubo ojos. Retorciéndose bajo los huesos logró salir y corrió para alejarse de ellos.

-¡Woo Ri! – Yu Kwon la siguió para que no se alejara y no se perdiera.

-¡Madre santa! – exclamó Ji Hoon con una mano en el pecho – Entonces esa leyenda es cierta, éste lugar está lleno de esqueletos, los huesos de los antiguos habitantes de esta isla y...-miró al resto preocupado – Espíritus.

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