III. Grave Problema: ¡¿ACTUAR?!

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Los jóvenes ingresaban para empezar las horas de clases; hasta que por la puerta entraron Niall, Harry y Zayn, todos se quedaron a un costado del pasillo para dejarlos caminar a gusto.
   —Son tan guapos… —comentó una chica ahogando un pequeño grito con sus manos.
   —Y sexys… —dijo otra.
   —¡Niall es el más hermoso! —comentó la primera chica.
   —¿Qué dices, Ceci? ¡Harry es el más bello! —respondió su amiga indignada.
   —Chicas, Zayn no se queda atrás, esa mirada penetrante que tiene y su cabello, lo hacen ver tan rebelde, sin mencionar el tono canela pasión de su piel —agregó su amiga antes de que comenzaran con una pelea absurda.
   —Tienes razón, Esme… ¿a quién engañamos? ¡Los tres son condenadamente sexys!
   Las tres chicas estaban a punto de deslizarse dramáticamente por los casilleros hacia el suelo.

—Mira esto hermanito, somos los más populares de todo el instituto; cualquier cosa que diga, ellos la cumplirán —Harry habló en el oído de Niall para que escuchara lo que decía.
   —No me interesa —Niall respondió indiferente.
   Harry tiene razón, nos ven como deidades. ¡Qué estupidez! Esto pasa todos los días de la semana, debería acostumbrarme, pero no, no me agrada que millones de miradas estén pendientes de lo que hago en el día, las chicas no dejan de escribirnos cartas que aparecen en nuestros bancos durante el receso, siempre con el mismo objetivo, por ejemplo, a mí me escribieron:
   "Niall, te partiría en dos, eres lo más bello que hay en este mundo, tus labios deben ser deliciosos, como quisiera probarlos, tenerte en mi cama y que me hagas tuya."
   Eso no es nada comparado con lo que le escriben a mi hermano, desde luego no ponen nombres, por lo que no sabemos quiénes son, no me interesa una relación en este momento, la verdad, jamás pensé en eso, pensaba Niall ignorando a cada chica o chico que le hablaba.
   Después de tomar unos libros de su casillero se dirijió a su primera clase del día.

—Bien alumnos, hoy veremos el Arte, abran sus libros en la página 208 y lean en silencio —dijo la maestra a sus alumnos desde su escritorio.
   —Sí, profesora Swift —respondieron al unísono y comenzaron con la lectura. Las horas trascurrieron hasta tocar la clase de teatro.

—Muy buenos días, alumnos —saludó la maestra después de entrar al aula.
   —¡Buenos días, Miley! —respondieron todos a coro.
   —Como sabrán, se acerca el momento de que ustedes demuestren sus capacidades como jóvenes actores —dijo dando inicio a la clase.
   —¿Cómo? ¿Ésta queriendo decir que vamos a actuar? —preguntó una chica de cabello castaño.
   —Exacto Gemma, van a actuar y ya tengo planeada toda la historia, es de un libro que leí —respondió alegremente.
   —No, eso no, odio actuar… —se quejó Niall en voz baja.
   —No nos queda de otra, si queremos mantener las notas hay que cumplir con lo que piden —dijo Josh.
   —A ti porque te gusta —dijo a su compañero.
   —Te equivocas, a mí tampoco me agrada hacer el ridículo —dijo negando con ambas manos.
   —¿Y tú, Liam? —pregunto el rubio a su compañero de adelante.
   —Demasiado problemático… —respondió con flojera.
   —¿De qué tratará la obra? —preguntó una rubia sentada junto a Gemma.
   —Buena pregunta, Lottie, pero lo diré cuando hayamos hecho el sorteo de los personajes —dijo la maestra tomando una pecera llena de papeles doblados.
   —¿Sorteo? —preguntaron todos.
   —Ya tengo los nombres aquí, acérquense para tomar uno y no lo abran hasta que todos tengan el suyo —dijo mientras agitaba un poco la pecera. Todos hicieron lo dicho por su profesora y se sentaron en sus bancos nuevamente—. ¿Ya todos tienen su papel? —preguntó la maestra caminando al frente de la clase.
   —¡Sí! —respondieron todos al mismo tiempo.
   —¡Excelente!- dijo al escuchar la respuesta grupal—. Bien, ahora iré preguntando uno por uno para anotarlos en mi cuaderno… veamos, Harry, dime el nombre de tu personaje —dijo mirando al chico de ojos verdes.
   —Ethan —leyó en voz alta el nombre de su personaje.
   —Bien. ¿Cuál te tocó a ti, Gemma? —preguntó a la chica castaña.
   —Hannah —dijo Gemma leyendo el papel.
   —¿Josh? —preguntó mirando al chico de cabello marrón.
   —Gabriel —respondió simple.
   —¿Louis? —hizo la misma acción anterior.
   —Estefan —contestó el ojiazul.
   La maestra siguió preguntando hasta que llegó el turno de Niall y Zayn.
   —Por último me faltan ustedes dos, Niall, dime el tuyo —dijo señalando al rubio.
   —Edward… —respondió el rubio sin ánimos.
   —¿Y tú, Zayn? —preguntó mirando al azabache.
   —Caleb —respondió el moreno con simpleza.
   —Bien, ya los tengo a todos anotados, ahora procederé a decirles de que trata la historia… Es de género romántico, sucede en una época antigua, donde dos reinos se disputan por las tierras y el poder del otro, pero algo sucede… —dijo haciendo una pausa.
   —Ya díganos, no nos deje con las ganas… —habló Lottie desesperada.
   —Como decía… ambos reyes, de dichos reinos, tienen un hijo, uno de los reyes quiere casar a su hijo con una de las jóvenes princesas del reino vecino; pero, en una fiesta donde todos los jóvenes son invitados, el príncipe se enamora, aunque no de una princesa, sino, de otro príncipe. La historia tratará de cómo su amor superará las adversidades de sus padres, siendo que ambos reinos se odian.
   —Que linda historia… —comentó Lottie.
   —Pero son hombres, ¿ósea qué uno de nosotros tendrá que besarse con el otro? —preguntó Liam.
   —Naturalmente, hay escenas en donde tienen que hacerlo —respondió la maestra sencillamente.
   Me muero si me toca el papel de príncipe. Todo menos eso, prefiero disfrazarme de arbusto o un animal, pero no un príncipe, no quiero besar a nadie. Que le toque a mi hermano o a alguien más, pero no a mí, por favor Dios, pensó Niall al escuchar a su maestra.
   —Según los nombres que me han dado —comenzó a hablar mientras revisaba sus anotaciones—… la lista es así:
   • Harry: Ethan, hermano del príncipe Caleb.
   •Gemma: Hannah, la princesa del reino Oeste.
   •Liam: Arthur, el rey del norte.
   •Louis: Estefan, el rey del sur.
   •Josh: Gabriel, el consejero del rey Arthur.
   •Zayn: Caleb, el príncipe del sur.
   •Niall: Edward, el príncipe del norte…
   Siguió leyendo hasta terminar la lista.
   Niall se quedó petrificado, y sus amigos lo miraban sabiendo porque reaccionaba así, el ruloso tampoco estaba feliz que digamos.
   ¡No! ¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto? En definitiva, Dios me odia, pensaba el rubio aún sin moverse, voy... voy a... voy a besar a... ¡Zayn! ¡No!
   —Quiero cambiar de papel, ¡yo quiero ser el príncipe de Caleb! —habló Harry enojado.
   —¡Te lo cambio con gusto! —respondió a su hermano de inmediato.
   —¡Harry! ¡Niall! No voy a cambiar a nadie, acepten lo que les tocó, mañana empezaremos a practicar, tomen sus argumentos —dijo Miley mientras pasaba los libretos a cada estudiante. Ambos hermanos se vieron obligados a obedecer maldiciendo internamente.


Terminando las horas, cada uno se retiraba a sus hogares; los mellizos y Zayn iban caminando silenciosamente por la vereda, era obvio que estaban enojados, ninguno quería ese papel, el moreno no le daba importancia, es sólo una obra, ¿qué podía pasar?
   —Maldito Niall… —dijo Harry en un susurro que su hermano logró escuchar.
   —No me culpes, no sabía que me tocaría… bastardo… —respondió Niall a su hermano conteniendo su enojo.
   —¡¿Quieres pelear?! —dijo Harry levantando sus puños.
   —¡Por mi ningún problema! —respondió poniéndose en guardia.
   —¡Cálmense! Estamos en plena calle —dijo el ojimiel metiéndose en medio de ambos.
   —Tienes razón, lo arreglamos en casa… —dijo Harry.
  —No hay nada que arreglar, no me queda de otra mas que actuar… —masculló Niall.
   —Sólo es una obra, Harry. No hay nada de malo —habló Zayn tratando de calmar a su novio.
   —¡¿Mi hermano te va a besar?! ¡¿Y dices que no hay nada de malo?! —preguntó escandalizado.
   —Es sólo un beso o dos… —dijo Zayn restándole importancia.
   —O tres… —dijo Niall igual de enojado—. ¡Maldición!
   —¡Cállate, tú! Más vale que sea sin lengua, por qué sino, ¡te mataré Niall! —dijo el ruloso de ojos verdes aún más enfadado. Ante ese comentario los otros dos se sonrojaron levemente.


Como siempre, Zayn pasó un tiempo en casa de los Horan, y más tarde, Harry lo acompañó a la suya.
   Niall estaba encerrado en su cuarto, dándole una ojeada al argumento que le había dado su profesora. Se quedó sin habla cuando leyó las páginas de la mitad del cuaderno. Las líneas que debía decirle él al príncipe a Caleb…
   "Mi amor escapemos juntos a cualquier lugar no me importa nada si estás a mi lado…
   Te amo con toda mi alma, eres lo que da color a mi vida, lo que fluye por mis venas. ¡Te amo príncipe Caleb!"…
   Luego de decir eso venía el beso entre ambos príncipes.
   —¡Esto no puede ser! ¡No a mí! —gritó ahogando su grito con la almohada.


—¿Cómo les fue? —preguntó Amanda.
   —¡Mal! —respondió el menor de los mellizos.
   —¡Horrible! —dijo el otro con el mismo tono.
   —Qué caras largas… ¿tan difícil es estudiar? —preguntó Robert con una sonrisa.
   —No es eso, vamos actuar en una obra —respondió Niall más calmado, pues a sus abuelos no les podía hablar así.
   —¿Qué tiene de malo? —preguntó esta vez su abuela.
   —Que en la historia se enamoran dos príncipes, Niall es uno de ellos y el otro es ¡mi novio! —aclaró Harry a su abuela remarcando las últimas dos palabras.
   —Está bien, entiendo que estés enojado, pero… ¿por qué tú, Niall? —cuestionó su abuela.
   —No quiero besar a un chico, no soy de ese tipo… o bueno, nunca lo he pensado… —respondió a su abuela. Harry se guardó las ganas de golpearlo, no podía, no al frente de sus abuelos.
   —Harry, tendrás que compartirlo, un beso no es nada, preocúpate si fuera más que eso —dijo su abuelo bromeando.
   —¡Robert! —reprochó Amanda y le dio un leve golpe en las costillas.
   —Sólo era una broma… —dijo soltando una carcajada y apretando el lugar donde le había golpeado su esposa.
   —Buenas noches… —dijo Niall y se levantó de la mesa.
   —QuÉ descanses —respondieron sus abuelos. A la vez Harry hizo lo mismo.


Niall se encerró en su cuarto, se recostó y trató de conciliar el sueño, cosa que no pasaba.
   Besar a Zayn… no… no quiero, pensaba Niall mientras veía el oscuro techo de su habitación. No debo, además, ¿cómo le hablaré a la cara cuando tengamos que hacerlo? Niall seguía pensando intranquilo, qué vergüenza, no puedo evitar sonrojarme de pensar en semejante locura… qué mala suerte tengo… y mañana empezamos a practicar. Vaya libros que lee la maestra, el único que no tiene problema con el beso es Zayn. ¿Qué no le molesta que vaya a ser yo quien lo bese? Según él, es sólo una obra, espero no estropearla… ¡Mierda!
   Niall divagó en su mente hasta quedar dormido.

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