La Isla

Presentación de los personajes principales

Alle no era la típica chica que destacaba. Ella se sentaba en una silla ni muy cerca del profesor (pues odiaba que le preguntasen debido a su timidez), ni muy lejos de la pizarra (ya que a menudo se le olvidaban sus gafas en casa). En los recreos se iba a la biblioteca y, por ello, todos la consideraban una empollona que se pasaba todo el día entre apuntes y libros de texto, aunque ella (como a la mayoría de los estudiantes) detestaba estudiar. Sus notas tenían un promedio de 8, pero el último año habían bajado a un 6 por culpa la muerte de su madre. Solo una persona de su clase conocía esa gran tragedia que había ocurrido hace apenas un año y, esa persona, era Germán, vecino de Alle.

Germán era amigo de la infancia de Alle, pero conforme pasaron los años y entraron en la adolescencia, él se volvió más extrovertido y ella más callada y misteriosa lo que hizo que su amistad acabase, pero no el amor que el chico sentía por la joven desde hacía tiempo. Él se escondía ante la fachada de tío duro y, a pesar de haber tenido bastantes novias, no había conseguido olvidar a Alle que ahora simplemente era su vecina de enfrente de su casa. Todas las novias que había tenido (que incluso yo, la escritora omnisciente de esta historia, no sabría calcular), habían durado un máximo de dos meses con Germán y, solamente con ese tiempo, él se daba cuenta de que por mucho que lo intentase Alle seguía en su cabeza y las chicas con las que lo dejaba sufrían durante meses para olvidar a Germán Cadenas Sánchez, el Imposible. Que no solo lo llamaban así porque era 'imposible' enamorarlo (que también), sino porque era tan bueno en los deportes que nadie lo superaba. Gracias a su afinidad a los deportes Germán tenía un cuerpo diez y, además, gracias a sus buenas notas y su forma de ser, tenía una mente de diez. Era un chico que no escapaba de la vista de nadie, ni siquiera de Gisela, la repetidora a la que todos detestaban por ser tan prepotente.

Gisela escondía todas sus inseguridades y demás problemas de su vida debajo de una fachada de una chica feliz puesto que su madre era abogada y su padrastro era el alcalde del pueblo. Su familia era bastante adinerada y vivía en el mejor barrio de la zona. Para los demás su vida era perfecta, pero la verdad era que llevaba desde hacía 10 años sin ver a su padre y él tampoco daba indicios de que quisiese ver a su única hija. Su madre casi no le hacía caso, se pasaba el día trabajando o con su marido y el hijo que había tenido con este hacía 2 años. Además de todo esto, la persona a la que odiaba vivía bajo su mismo techo. Esa persona no era otra que su hermanastro Isaac. Él era todo lo que ella no era y por eso mismo lo detestaba.

Isaac era un gran estudiante y buena persona. Cuando no estaba estudiando, ayudaba a su padre y a su madrastra con las tareas del hogar. Todos le tenían mucho aprecio porque él era muy solidario. Era el mejor amigo de Germán a pesar de ser muy distinto a él. Isaac era un chico bastante atractivo, pero no destacaba al lado de su amigo. Comparado con Germán, él era muy quieto y poco hablador. Le costaba mucho hablar con chicas, pero a Isaac no le importaba, prefería centrarse en sus estudios. ''Ya habrá tiempo para el amor cuando crezca'' pensaba.

Estos cuatro chicos, muy distintos entre ellos, se conocían personalmente e iban al mismo instituto. Todos ellos tendrían un secreto que los uniría muchísimo y que sería culpable de la posible muerte de los cuatro...