CAPÍTULO VI

7 1 0
                                    


Germán estaba tumbado en el sofá cama de su cuarto. Miraba al techo sonriendo, recordando lo que esa mañana había ocurrido. Había vuelto a hablar con Alle, su voz era más hermosa de lo que recordaba, su risa tímida de siempre seguía allí, sus ojos negros hipnotizantes y su pelo algo más corto que cuando eran amigos. Todo lo que le había dicho le había hecho reflexionar hasta darse cuenta de lo que tenía que hacer.




5 horas antes.

-¿¡Te han seleccionado para la competición!?- Alle gritó del entusiasmo.

Hacia tiempo que no hablaba con su antiguo amigo, pero aunque ya no fuese más que un conocido seguía deseando lo mejor para él y, si no recordaba mal, ser tenista profesional era el sueño de Germán.

-Sí,pero yo tengo que ser abogado, como el resto de mi familia.

-Alle, dile que es una tontería- le animó Isaac a la chica.

-Es tu sueño- dijo mientras asentía-. Sé que tus padres son muy estrictos, o al menos... Lo eran, pero no pierdes nada por intentarlo.

-¡Eso le he dicho yo!- Señaló Isaac.

Alle rió ante el gran entusiasmo de Isaac por la gran oportunidad de su mejor amigo. Miró a Germán de reojo y lo pilló mirandola a los ojos.

-Piensa que los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos y si ven que tienes una gran oportunidad para empezar a ser lo que de verdad quieres ser, te entenderán. Saca la conversación esta noche. Tal vez puedo convencer a mis padres de que inviten a tu familia a cenar- Alle remarcó la palabra ''padres'' para que Germán se diese cuenta de que no quería que Isaac se enterase del accidente de su madre-. Comenta el tema en la cena y los convencemos los dos. ¿Qué te parece?

¿Una cena con Alle? ¿Como todos los viernes cuando eran niños y sus padres se unían para hablar de sus cosas? Así fue como comenzó su amistad, tal vez con todo esto recuperase la relación que tenía con ella en el pasado. Germán miró a su amigo que estaba obligandolo a aceptar con tan solo su mirada.

-Vale-respondió al fin.

-¿Podrías decirselo a tus padres? Ellos son muchísimo más abiertos y podrían llegar a convencer a mis padres con su labia.

-Claro-dijo mientras sonreía-. Hasta esta noche, Germán.

-Hasta esta noche- repitió Germán.

Isaac se rió entre dientes.

-Hasta esta noche- se burló cuando Alle ya se había alejado-. Vaya tonto enamorado...





Germán estaba dispuesto a enfrentar a sus padres y la ayuda de Alle en todo esto había tenido mucho que ver. Isaac lo conocía lo suficiente como para saber lo que le haría cambiar de opinión.

La puerta de la entrada se abrió y Germán bajó las escaleras rápidamente. Sus padres habían ido a casa de los vecinos pues el padre les había llamado para proponerles una cena como las de antes ese mismo miércoles y, aunque en un principio sus padres se habían opuesto, tal vez el padre de Alle los hubiese convencido de lo contrario ya que a él se le daba bien persuadir a la gente.

-¿Vamos a ir?- Preguntó a sus padres.

-¿De verdad quieres ir? Por lo que sé vosotros dos ya no sois amigos...- Dijo su madre a la par que colocaba su chaqueta en el perchero de la entrada.

-Tal vez os sintáis incómodos-añadió su padre.

Eso era típico de ellos: poner escusas cuando eran ellos los que no querían ir. Pero esta vez no iban a salirse con la suya pues si había algo que le parecía incluso más importante que el hecho de poder entrar en la competición era estar con su vecina.

-No nos hemos llevado mal nunca.Me apetecería revivir mi infancia, esa casa me trae muchos recuerdos de ella.

Anabel e Iván se miraron y suspiraron. Hacia tiempo que se habían dado cuenta de que la familia de los vecinos eran demasiado ''permisivos'' con sus hijos y ahora que solo estaba el padre (que era el menos autoritario) seguramente sus hijos se habrían vuelto unos rebeldes incontrolados y los padres de Germán no querían que su hijo tomase un mal ejemplo de la hija mayor si volvían a ser amigos esa noche. Si no eran falsos los rumores del vecindario, Alle se había hecho un tatuaje en la nuca que representaba la muerte de su madre.

''¡Un tatuaje! ¡Dios santo!''Pensó Anabel.

-Seguramente tendremos que evitar hablar del pasado- le recordó su madre-. No podrás recordar tu infancia si tenemos que omitir el tema de la ausencia de Rebeca...

-La familia de Alle nos necesita...

Anabel hizo una mueca cuando su hijo pronunció el nombre de la hija adolescente de Sergio. Definitivamente no quería que Germán tuviese influencias de esa familia y sobretodo de la chica del posible tatuaje y que, según su padre le había mencionado, un mes atrás había bajado sus calificaciones.

-¿De verdad que no te molesta?-Preguntó Iván que sabía perfectamente en lo que pensaba su mujer y no quería que su hijo se diera cuenta del fastidio que le causaba que su hijo volviese a tener la oportunidad de volver a ser amigo dela vecina.

-No, me encantará cenar con los vecinos.

-Bueno...- Aceptó al fin su madre-, pero ponte otra camiseta. Esa está manchada.

Germán sonrió antes de subir de dos en dos las escaleras y encerrarse en su cuarto. Justo en ese instante el reconocido silbido del whatsapp sonó desde el bolsillo pequeño de su mochila de estampado militar. Germán la abrió y comprobó de quién era el mensaje. Alle. '¿Han llegado tus padres a casa?' Decía uno de los mensajes '¿Van a ir?' Leyó Germán.

'Sí, vamos. ¿Le has dicho a tu padre lo de la competición?' Escribió el chico.

'Sí. Te felicita por la oportunidad y te desea mucha suerte' Escribió Alle al momento.

'De eso voy a necesitar más que mucho...'

'Se positivo :D'

Ninguno de ellos lo sabía, pero a ambos lados de la pantalla habían sonrisas de ilusión, no solo por la posibilidad de que Germán cumpliese su sueño de ser tenista sino por la posibilidad de que su amistad volviese a consolidarse y quien dice amistad dice: ¿tal vez algo más...?








La IslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora