Alle regresó a casa después de un largo día de clases donde, como cada día, nadie notaba su presencia, pero aunque no os lo creáis a ella no le importaba, prefería estar sola que rodearse de gente falsa como la mayoría de las adolescentes. A las dos y media de la tarde su casa solía estar vacía pues su padre empezaba a trabajar a las dos y su hermano pequeño aún seguía en el colegio. Antes su madre se sentaba con ella a la hora de la comida después de recoger a su hermano de clases, pero, desde que ella no estaba, su hermano comía en el comedor y Alle comía comida pre calentada que no sabía igual que la comida casera de su madre. Echaba tanto de menos a la mujer que le había dado la vida que sus notas habían bajado e incluso se había vuelto más callada que antes (si eso era posible...)
Mientras comía sus espaguetis con tomate su mente hacía un repaso mental de los deberes que tenía para mañana y de si podría compaginarlo con el examen de dentro de dos días que lo llevaba tan mal. Ella dudaba que pudiese aprobar esta vez este examen tan complicado de matemáticas. Las matemáticas nunca habían sido lo suyo y, desde hace un año, ni siquiera lograba centrarse en una miserable resta sin acordarse de los momentos que pasaba con su madre para que le ayudase a entender las operaciones.
Su grito sonó por toda la casa. No soportaba esta vida sin su única acompañante que la comprendía en todos los detalles de sus problemas adolescentes. Hacía meses que había conseguido aguantar las ganas de llorar a cada rato, pero en momentos como este, en los que se encontraba sola en casa y nadie más podía verla, sucumbía a la tentación y dejaba que las lágrimas corriesen por su rostro al igual que la lluvia caía en otoño, de forma natural. Gotas saladas arrastrándose por su rostro, haciendo más notorias sus ojeras de noches en vela.
Cuando terminó de llorar salió a la terraza para darle a su perro Plutón la mitad del plato de espaguetis que le había quedado. No podía comer después haber llorado, la comida no pasaba más allá de su garganta.Se tumbó en su cama y dejó pasar unos minutos antes de bajar abajo y empezar a hacer los deberes en la mesa del comedor. Le costó concentrarse y no pensar en lo que le había ocurrido en la comida, llorar no entraba dentro de sus planes, al menos desde que el mes pasado se había prometido dejar de llorar por el pasado. ''Mamá no querría que estuvieses así'', se dijo a sí misma para dejar la tristeza a un lado. Aun así parecía que ella se empeñaba en regresar cada vez de una forma más dolorosa que hacía que su mente no pensase en otra cosa que no fuese el accidente automovilístico que sufrió junto a su madre y que, a Alle, no le causó ninguna lesión física. Pasaron unas horas y la joven solo había hecho parte de los deberes que, si no hubiese ocurrido lo del accidente que le carcomía la cabeza, ya los hubiese terminado y estaría viendo la televisión junto a su madre que dentro de media hora se iría en busca de su hermano que, ahora, tenía que regresar a casa en bicicleta porque su madre se había ido para siempre.
Alle miró el reloj, eran las cinco menos cuarto, su hermano tenía que estar por llegar. Ella estaba en lo cierto, pues su hermano no tardó en abrir la puerta de la entrada con su mochila de Spiderman cargada en los hombros.
-Hola- saluda el chico nada más llegar.
-Hola, Julio- le devuelve el saludo su hermana.
Su hermano subió corriendo las escaleras para dirigirse a su cuarto justo cuando en la cerradura volvió a escucharse una llave metiéndose en ella para abrir la puerta. Alle volvió a mirar el reloj, su padre no llega hasta la noche, ¿quién más tenía la llave? La familia de Germán tenía la llave, aunque solo por si surgía alguna emergencia o su familia se iba de vacaciones, pero en ese momento no pasaba ni una cosa ni la otra. Cuando dirigió otra vez su mirada al recibidor vio como su hermano volvió a entrar de nuevo en la casa con las mismas prisas por llegar a su habitación.
-Hola- tornó a decir con su misma alegría por haber terminado las clases al fin.
-¿Hola...?- Le respondió Alle algo confusa.
Si su hermano acababa de entrar en su dormitorio quién era este que estaba subiendo las escaleras ahora.
-Julio, ¿puedes dejarme el diccionario?- Preguntó para infiltrarse en su cuarto.
El hermano miró a la mesa donde su hermana estaba sentada y vio los ejercicios de latín encima de la mesa.
-Alle, yo aún no doy latín. Ese diccionario lo tienes tú.
-No, necesito el normal para un texto de lengua que he dejado por hacer antes porque no entendía una palabra importante para completarlo.
-¿Por qué no lo has cogido mientras no estaba?
-No sé dónde lo has metido, tienes que ordenar tu habitación... Está hecha una mierda- dijo adelantándose a él en el camino al cuarto.
'' ¿Por qué ha insistido tanto en buscar escusas para evitar que cogiese un miserable diccionario? '' Se preguntó a sí misma.
Abrió el dormitorio y empezó a buscar incluso debajo de la cama. No había resto del supuesto Julio había visto antes. Su hermano retiró unos cuantos papeles del escritorio y recogió el diccionario de él.
-Aquí esta, solo tenías que buscar más entre los apuntes que tengo en la mesa- le dijo su hermano.
Alle cogió el diccionario de las manos de su hermano y bajó abajo todavía confusa por lo que había sucedido. La primera vez que vio entrar a Julio ese día por la puerta estaba cada vez más borrosa en su mente y quiso pensar que todo había sido una especie de déjà vu de estos de los que la gente habla, pero que a ella nunca le habían ocurrido.
¿Tan reales eran? Tú, mi querido o querida lectora y yo sabemos que esto no fue un déjà vu como ella quiso pensar en un principio, nosotros sabemos que esto no es así. Tal vez yo sepa más que tú sobre que era en realidad, pero eso es porque yo ya sé la historia de memoria. De principio a fin. Poco a poco te irás enterando de todos los detalles, tampoco te quiero sobrecargar de información. Solo te diré que Alle con el tiempo descubrirá que ese 'déjà vu' es claramente más que eso...

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La Isla
Science-FictionDespués de 10 años sin competiciones en la Isla ya era hora de que la Lucha volviese a celebrarse y, para ello, algunos de los antiguos ganadores de la última Lucha salieron en busca de nuevos concursantes con poderes para que luchasen contra ellos...