22. Castigados en el Bosque Prohibido

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Narra Valery:

Las piernas me temblaban mientras esperábamos en el despacho de McGonagall, Harry tenía un gesto de preocupación en el rostro. La profesora entró sujetando a Neville del cuello de su piyama rayada.

- ¡Valery! - Neville corrió hacia nosotros y me abrazó- Quería prevenirlos, escuché a Malfoy diciendo que los atraparía y que Harry tenía un dra...

Harry y yo negamos violentamente con la cabeza, Neville pareció entender y se calló pero aun la mirada de la profesora contenía un fastidio intenso.

-Tres alumnos de Gryffindor y un Slytherin fuera de la cama y en la torre de Astronomía a la una de la mañana. ¿Podrían explicarme que hacían allí?

Nadie habló, todos mirábamos al suelo escuchando la reprimenda de McGonagall.

-Bien, los tres sufrirán un castigo y además se les descontaran cincuenta puntos.

- ¿Cincuenta? -resopló Harry

-A cada uno- respondió la profesora con una expresión de decepción

-Pero profesora, no...no puede...

-No me digas que hacer Osoris. Ahora vuelvan a la cama todos, no me había sentido nunca tan avergonzada de alumnos de Gryffindor.

*-*-*

El día siguiente fue de los peores, Harry y yo pasamos de ser los admirados jugadores de quidditch a las personas más odiadas en todo Hogwarts, solo los Slytherins vitoreaban cuando nos veían. A Neville tampoco le iba de maravilla, nadie le hablaba a excepción de Harry, Hermione, Ron y yo. Bueno, supongo que perder ciento cincuenta puntos en una noche es algo que ni los gemelos Weasley han hecho.

Me había levantado tarde y no encontré a Hermione en la habitación así que tuve que cambiarme lo más rápido posible para llegar a tiempo a desayunar. Corrí por los pasillos para llegar al Gran Comedor pero justo cuando iba a atravesar la puerta me choqué con la espalda de un chico provocando que me cayera al suelo y las gafas se me resbalaran de los ojos.

-Hey chicos miren, es la pequeña Valery- dijo una voz masculina que no supe reconocer

Frente a mi habían tres personas, pero las veía borrosas sin mis gafas, traté de localizarlas y cuando lo logré uno de ellos las tomo antes que yo.

- ¿Sabes algo? Te ves mejor sin ellas, creo que...me las quedaré por un tiempo

-Déjala en paz y dame esa gafas Yazzer- intervino otra voz que si conocía a la perfección

-Oh vamos Diggory no seas aguafiestas

-Dije que me las des y no lo repetiré por tercera vez.

El chico gruñó, supongo que le dio mis gafas a Cedric, escuché sus pasos alejarse. Cedric me tomó de los brazos para levantarme y luego me colocó las gafas con cuidado.

-Gracias, otra vez

-No hay de que, Yazzer siempre es así de odioso.

Entramos juntos al Gran Comedor, localicé rápidamente a mis amigos mientras que los de Cedric comenzaron a gritar para que se acercara en cuanto lo vieron. Me despide de él rápidamente pero apenas di un par de pasos sentí su mano atrapar la mía.

-Este...yo quería saber si tú...bueno, ya sabes, los exámenes comenzaran en un par de semanas y yo quería...quería saber si podíamos estudiar juntos.

Sus mejillas tenían un tono rojo leve, sonreí con ternura y entre los gritos de sus amigos y el clásico ruido de las mañanas en Hogwarts coloque mi mano libre sobre su brazo.

Harry Potter y la niña que sobrevivió Saga #HPLNQSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora