2.El cumpleaños de los odiosos y el vidrio que se desvaneció

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Habían pasado aproximadamente 10 años desde que los Dursley y los Monroe despertaron una mañana y encontraron a sus sobrinos en la puerta. En la casa de los Dursley nada parecía haber cambiado, excepto por las fotos en el salón, en las que se veían a un niño grande y rubio montando su bicicleta o jugando con su padre e incluso besando a su madre. No había ni un rastro de que otro niño viviera allí.

Sin embargo, Harry Potter seguía allí, y estaba durmiendo aunque no por mucho tiempo. Su tía Petunia y su chillona voz lo despertaron de un golpe.

-¡Arriba! ¡Levántate ahora!

Harry se levantó sobresaltado y golpeó su cabeza

-¡Arriba! ¿Ya estas levantado?

-Casi-respondió Harry

-Bueno, date prisa quiero que vigiles el tocino de la sartén y no te atrevas a quemarlo. El cumpleaños de Dudley tiene que ser perfecto

Harry se incorporó y volvió a golpear su cabeza con el techo, aunque ya estaba acostumbrado, siempre le pasaba por el bajo techo que tenía la alacena donde dormía.

Cuando terminó de vestirse salió de su alacena y se dirigió a la cocina, la mesa estaba llena de los regalos de Dudley. Harry noto a un lado de los primeros 20 regalos, una bicicleta de carreras aunque no sabía para que Dudley quería una bicicleta si aborrecía el ejercicio. Excepto cuando golpeaba a alguien. Su saco de boxeo favorito era Harry, pero rara vez lo agarraba porque aunque no pareciera, Harry era muy rápido.

Tal vez tenía algo que ver vivir en una alacena, pero Harry siempre había sido muy flaco y un poco bajo para su edad. Además parecía más pequeño de lo que era por su ropa, llevaba la ropa vieja de Dudley que le quedaba más que enorme, ya que su primo era 4 veces más grande que él. Harry tenía un rostro delgado y rodillas huesudas, pelo despeinado de color azabache y unos ojos verde brillante. Llevaba gafas redondas siempre pegadas con cinta adhesiva ya que a Dudley le encantaba golpear su nariz. Lo único que a Harry le gustaba de su apariencia era una cicatriz con forma de rayo que su pelo cubría en su frente.

Dos casas más allá había una niña que opinaba lo mismo que Harry.

-¡Valery! ¡Levántate de una vez!- gritó la voz gruesa de su tía Bryana que la despertaba por segunda vez

Valery tanteo con la mano sus gafas y después de tocar una araña las encontró, se las colocó y salió de su alacena; la verdad la vida de Valery y la de Harry siempre habían sido muy similares. Los padres de ambos asesinados por Voldemort, ambos vivían con sus tíos (lo cual era horrible), ambos eran usados como sacos de boxeo por sus gordos primos, ambos poseían una cicatriz en forma de rayo que les encantaba y por supuesto ambos cumplían años el 31 de julio.

Igual que Harry tal vez vivir en una alacena era malo para el crecimiento, porque Valery también era pequeña y flacucha. Parecía más menuda de lo que era gracias a las gigantes prendas de su prima Deysi que llevaba puestas. Valery tenía un cabello largo, liso y muy negro, que siempre traía sujetado con una trenza desgarbada y unos ojos igual de oscuros como su cabello. Llevaba gafas redondas pegadas con cinta ya que igual que Dudley, a Deysi le gustaba golpear su nariz. Un cerquillo laceo y negro cubría completamente la cicatriz con forma de rayo que tenía en la frente.

-Niña, apúrate con las tostadas-la tía Bryana se sentó en la mesa justo cuando su hija y esposo entraban.

La prima de Valery era Deysi, una niña grande, regordeta, rubia y muy consentida. Su padre era Jason Monroe, hermano del padre de Valery y su madre Bryana Monroe. Esa era la única familia que ella poseía y había veces que se arrepentía.

-Hoy es el cumpleaños de mi princesita, mira tú regalos hermosa-la tía Bryana besó en la mejilla a Deysi mientras Valery servía las tostadas

-Son menos que el año anterior...-Valery sintió que venía un berrinche así que engulló sus tostadas con prisa

Harry Potter y la niña que sobrevivió Saga #HPLNQSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora