Hoseok no había ido a ver más a 815 después del susto que le dio con la pistola la última vez. Hoseok sabía que probablemente debería dejar de ser tan curioso a todo lo referente a esa persona, sin embargo él estaba más intrigado ahora. Él estaba seguro que iba a ser fusilado y el 815 escaparía, él hubiera tenido el tiempo suficiente, ya que a esa hora solo se encontraba él en el edificio.
Él no había escapado, no le había hecho nada a Hoseok, solo regresó la pistola a su funda. Seguía preguntándose por que había hecho eso. Claro, si él hubiera escapado y capturado de nuevo, eso no habría sido bueno para él, pero pensó que era extraño que un preso que es considerado loco no hubiera tomado esa oportunidad.
Y algo en esos ojos negros.... La expresión que leyó en ellos cuando dio un paso atrás, era muy difícil de descifrar, pero era definitivamente una expresión de tortura, una expresión de tristeza.
Hoseok se preguntó más que nunca por qué demonios estaba en este lugar, se había mantenido buscando ese maldito archivo pero sin poder encontrarlo en ningún lado. Pensaba que tenía que estar dentro de la oficina de la oficial Bäcker, pero no tenía la llave.
Así que por eso Hoseok estaba molestando a Jin para obtener respuestas, no podía quitarse la sensación de que ese hombre sabía mucho más de lo que demostraba.
-Vamos, dime.- lo presionó Hoseok mientras se estaban cambiando de ropa en el vestidor, cuatro días después de la última visita que le había hecho al prisionero.
-¿Para qué quieres saber?- preguntó Jin abrochándose la camisa. -Solo deberías olvidar todo acerca de él, es peligroso, tampoco obtienes nada bueno haciendo preguntas acerca de él.-
-¿Pero por qué es peligroso?- se estaba poniendo impaciente, y todo esto estaba empezando a parecer increíblemente estúpido. Se sentó en un banquito, mirando a Jin expectante.
-Tal vez no lo parezca.- dijo Jin sin voltear a ver a Hoseok.- Pero es muy manipulador, es por eso que ha tenido doce psiquiatras diferentes en cuatro años, ¿sabías? Los sedujo a todos, al parecer solo por diversión.-
Hoseok se quedó en silencio por un momento, pero después preguntó, - ¿Te sedujo? - pensar en eso lo lastimó, pero la forma en que Jin hablaba lo puso a pensar.
-No.- replicó Jin, mirando a Hoseok con sus ojos claros como el hielo. - Eso es todo, no te diré nada mas.-
-¡Pero eso no explica nada!- se quejó. - Bien, el sedujo a sus terapeutas, pero eso no explica por qué todo el mundo le tiene miedo. Diablos, incluso retroceden cuando lo menciono. ¿Por qué?-
Jin se volvió hacia el espejo y solo en unos pocos segundos se arregló el cabello.
-¿Por lo menos sabes?- preguntó hoseok.
-Se lo más que suficiente.- dijo Jin cortante, a continuación se puso rígido y se volvió hacia Hoseok. -No has....dime que no has ido a verlo.-
Hoseok sentía los oídos tibios, tardo demasiado tiempo en contestar así que Jin entendió.
-¡Mierda!- exclamó y Hoseok saltó, cuando Jin estrello su puño contra las taquillas. -¡No hagas eso!- chillo mirando a Hoseok con una expresión tan espantada que le heló la sangre a Hoseok. -No lo veas nunca más ¿me oyes? Solo...promételo. Te va a destrozar.-
Hoseok frunció el ceño. -¿Destrozarme?-
Jin se pasó una mano sobre su cabello rubio. - Sí. Destrozarte.-
-¿Cómo?-
-Encontrará la manera.-
Jin se mantuvo evitando el tema, al final Hoseok se dio por vencido de que pudiera sacarle más información. Todo lo que sabía era que el 815 tenía a Jin cagado de miedo.