Hoseok no se quedó mucho tiempo en la celda después de eso. Retrocedió abruptamente hacia la puerta, recordando la regla de nunca darle la espalda a un preso y cerro las dos cerraduras detrás de el a toda prisa.
-Bueno, fue un placer conocerte.- dijo 815 desde el interior. Hoseok pudo ver a través de la pequeña ventana como todo ese entusiasmo era obviamente falso.
Hoseok corrió escaleras abajo hacia la oficina, tratando de pensar con coherencia. No sabía que pensar.
Llego a la oficina justo para encontrar que la hora del almuerzo había terminado y todos los oficiales habían regresado, incluyendo el chico Jin al que había conocido el otro día. Estaba sentado con los pies sobre el escritorio, moviendo su silla hacia delante y hacia atrás.
-Hola, ¿de vuelta del almuerzo?- pregunto mientras masticaba perezosamente un sándwich a medio terminar.
Hoseok solo asintió, con una expresión indiferente. Él no sabía que pensar del prisionero, pero de algo estaba seguro, parecía un poco...fuera de sí. Se sirvió una taza de café y se sentó en un el escritorio de Jin. -¿Puedo preguntarte algo?- le pregunto después de un tiempo poniendo su taza de café sobre el escritorio.
-Claro.- jin bajo los pies al suelo y lo miro. -Dispara, siempre estamos dispuestos a ayudar a los novatos.-
Hoseok rodó los ojos. Hijo de puta engreído. - No es nada de eso, es solo...815...-
Los ojos de Jin se ensombrecieron al instante. - Solo déjalo, ¿podrías? Si tú quieres saber algo acerca de él pregúntale a alguien más, aquí hay suficientes historias para cubrir todo lo que quieres saber. Solo déjame fuera de esto ¿de acuerdo?-
-¿Por qué tienes tanto miedo?- Hoseok pregunto con mala cara. - Bien, el da miedo pero ¿qué puede hacer? Por el amor de Dios apenas pesa como cien libras y está en prisión, no hay nada que pueda hacerte.-
Jin negó con la cabeza. - Es el demonio en forma humana, traiciona a los ojos. Es más fuerte de lo que parece, tú no sabes de lo que puede ser capaz.-
-¿Y tú sí?- esto estaba empezando a irritar a Hoseok. El chico estaba tras las rejas, tenía un cuerpo de un palillo de dientes; no podía hacer nada.
-No me preguntes mas.- dijo Jin bruscamente poniéndose de pie dispuesto a partir.- Pregúntale a alguien más.- dicho eso huyó, dejando a Hoseok con mala cara, rascándose la cabeza.
Honestamente, 815 no podía ser tan peligroso. Por lo menos dentro de las cuatro paredes de una prisión.
Termino su café rápidamente y no tuvo tiempo el resto del día para pensar en el prisionero 815, pero el tema de conversación fue sacado en el vestuario, de nuevo.
-¿Alguien se apunta esta noche para ir por unas cervezas? –Pregunto Jimin antes de que saliera, deteniéndose en la puerta.
Se encogió de hombros, él nunca había sido un gran bebedor pero podría ser una buena oportunidad para conocer un poco mejor a sus nuevos compañeros de trabajo.
-Genial- dijo Jimin tomando su expresión como un si.-Estaba pensando que podíamos hacer una buena salida nocturna; contar algunas historias y cosas así para los novatos.- dijo volteando a ver a Hoseok y Sophia. Esta última volteo los ojos, mirando a ver el cierre de su chaqueta.
-¿Qué tipo de historias?- pregunto Hoseok.
-Estaba pensando en todo lo referente al 815, tengo algunos datos muy interesantes acerca de él.-
Aunque a Hoseok no le gustan mucho los chismes, no podía negar que se moría de las ganas de saber más, no podía dejar pasar la oportunidad. Tal vez una velada con los otros no fuera tan mala.