Capitulo 7: Un viaje inesperado

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25 de agosto del 2014. 6:30 a.m.

Es el tercer día de clases, en una mañana como cualquier otra, los primeros rayos de luz producto de aquella esfera luminiscente ubicada a 149, 600, 000 metros del Planeta Tierra impactaban sobre el vidrio de los edificios.

Julius paso por el portón de su escuela, es bastante temprano, debido a que su padre lo había llevado a la escuela desde las seis veintidós, aunque como se durmió hasta las tres de la mañana volvió a entrar a la escuela cansado, traía una venda que cubría toda su cabeza debido al gran golpe que se dio en la nuca cuando aquella chica de ojos azul eléctrico lo ataco con un torrente de agua, pero debido a una medicina que habían inventado hace unos años, lograron cerrar la herida mejor, después de cerrarla con aguja e hilo, la venda era solo para proteger un poco mas la piel, ya que de todas formas estaba un poco inflamado.

A pesar de que estaba cansado seguía pensando desde la madrugada, pensando acerca del posible destino de Luna, Rhydderech y Sarah, de hecho estuvo angustiado toda la noche... en verdad temía lo peor.

El chico de trece años estaba sentado en una de las bancas de la entrada de la escuela, tenía recuerdos de cuando conoció por primera vez a aquella chica de cabellos de electrum, su primera amiga, la que vino cuando este estaba solo, una lágrima rueda por su mejilla, se escuchan pasos conocidos provenientes de una chica, aquella chica que quiso ser su amiga... era Luna, Julius esta ahora ahogando las lágrimas de felicidad, Luna había sobrevivido al ataque de los dugkors y lo mejor era que no parecía presentar ningún daño.

Entonces Julius corre hacia su amiga, pero luego se empieza a detener, Luna logra observarlo mientras este la abraza, esta está algo sorprendida por la acción de Julius.

- Emm... hola Julius... ¿que haces? - Dice Luna.

- Perdón, perdón... solo me emocionó verte, después de lo que paso... ¿te encuentras bien?... perdonarme fue culpa mía - Dice Julius con la cabeza baja, contenía el llanto.

- No Julius, no fue tu culpa jamas dejaría atrás a un amigo, los dugkors no lograron hacerme daño... mas bien me preocupas tu, esa chica te arrojo muy lejos, y por lo que veo te golpeaste muy fuerte -

- De acuerdo - Julius se tranquilizo pero luego recordó a Rhydderech y a Sarah - ¿Pero... y Rhydderech y Sarah? ¿que les paso?... ¿están bien? -

- ¡Calma Julius! están bien los dos... jeje ¿no que no te preocupabas por Rhydderech? - Dice Luna.

- Bueno... en si pienso que la perdida de una persona es trágica... pero de todas maneras me tenían preocupado de cual había sido su suerte... mas la tuya - Dice Julius.

- Gracias, tu también me preocupabas mucho, ahora tienes una venda en tu cabeza, ¿seguro que estas bien? -

- Claro, no te preocupes - Dice Julius, quien mira hacia la puerta, a unos metro de la entrada, en plena calle, ve a una figura igualmente conocida, era Rhydderech, quien estaba acercándose a la puerta de la escuela - Ahí viene Rydderech, dejare que conversen, ¿de acuerdo? -

- Oh... es cierto, pero ¿seguro que no quieres que hablemos los tres, puede que se reconcilien... - Dice Luna.

- Pues... no lo creo, si algo se es que entre los dos no hay cabida para la reconciliación, somos personas diferentes, además, ¿de que hablaríamos?, ambos trataríamos de discutir, sería una experiencia amarga ¿no?, no te preocupes, platicaremos tu y yo en otra ocasión - Dice - Además, aún tienes que conquistarlo ¿no es así? - Dice ahora susurrando, Luna se sonroja por el comentario.

- Oh... amm... bien, pues nos vemos luego - Dice Luna.

- Bien, yo seguiré, te veo luego -

Julius se dirige a un pasillo que conducía a unas escaleras, las cual, iban en dirección al "aula 6", a continuación recorre la escalinata hecha de concreto, llega a la segunda planta del edificio y a otro pasillo que lo conduciría directo a su salón de clases, en ese momento se quiebra, antes de liberar el llanto reprimido mira a todo su alrededor para ver que no hayan personas viendo - <<Aun tengo una oportunidad>> - piensa el chico, estaba recargado en una pared del pasillo llorando en silencio, en verdad le había alegrado el hecho de tener una amiga, y no la iba a perder.

Axayacatl: El príncipe del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora