27 de agosto de 2014. 8:03 p.m.
EN ATLANTA: A DIEZ KILÓMETROS BAJO TIERRA.
- Yortank, ¡te lo suplico! déjame pasar, tengo que hablar con tu rey - Dice suplicando Rhydderech.
- Primero; ¿quienes son ellos? A la "Reina verde" si la conozco, pero a los otros dos no - Dice el hombre corpulento, media mas de uno noventa de altura.
- ¿Reina verde? a menos que te refieras a Sarah, no traigo ninguna reina, los otros dos son amigos, no tienen malas intenciones - Aclara Rhydderech seguro.
- Bien, pero si te matan, no fue culpa mía - Remata el hombre con una sonrisa algo forzada - Artminri, llévalos con el rey - Ordena de forma serena a un hombre alto, de pelo negro y fornido, Sarah se vuelve a sonrojar, Julius la mira con confusión, pero después de que Rhydderech se acercara a Sarah preguntándole si ese era el hombre de la foto, y esta respondiera con unas palmadas suaves en el hombro de su compañero, la mirada del chico cambia a modo de fastidio.
<< Entonces parte por la que recorrimos kilómetros y kilómetros de fauna salvaje... fue para que Sarah pudiera ver a ese tipo... ¡asco! >>
Aunque en verdad eso no era de vital importancia para Julius, podría decirse que fue solamente un pensamiento forzado para evitar aquel amargo sentimiento de culpa y la instintiva sensación de miedo que sentía por haber dejado atrás a su hermana y a su padre, su única fuente de confianza y seguridad. Aun así, esos sentimientos seguían ahí...
- Sigan me por favor, y cuidado por donde pisan - Dice el tipo cuyo nombre era Artminri, daba paso firme y seguro por la tierra, su calzado era un par de sandalias blancas, Julius permanece en medio de Sarah y Luna. Se puede sentir la tierra húmeda y el pasto rociado y largo bajo sus pies mientras caminaban por el espeso bosque.
...Ademas, que pasaría después, ¿aquellas personas tendrían en realidad malas intenciones? y aun si no las tuvieran, Sarah había dicho dos días atrás que ese tal Bernard tenia un problema con Rhydderech, es decir, debió haber sido algo realmente fuerte para que lo desterrara, aunque aparentemente solo fue el ego del chico el que termino con la buena relación que ambos tenían, como un niño pequeño que le dice a su amigo de la misma edad "ya no somos amigos" porque el otro no le presto su juguete favorito, una especie de castigo por retarlo, una conducta que simplemente no puede permitir, no puede. O, en el caso de que todo saliera bien con Bernard y Rhydderech, el viaje de regreso, podría pasar algo malo, algo inesperado, ¿un incendio? ¿Dugkors? ¿animales salvajes? quien sabe...
- Uhm, oye ¿te gusta ella? - Pregunta Luna a Rhydderech susurrando y señalando a Sarah con el dedo indice.
- Nope, ¿por? - El contesta con serenidad.
- No, nada, es que comentaste que era bonita y... eso se escucho como si te gustara - Una respuesta a la defensiva.
- Mmmh Bueno -
Cuando Rhydderech voltea, Luna ve a Sarah con celos. A pesar de ser tierna podía ponerse algo dominante.
- No veo el porque la miras así, por lo visto, ella piensa en alguien mas -
- Y eso, la hace mas atractiva - Responde Luna con tono caprichoso - Sigues pensando en lo del viaje y tu familia ¿no? -
Julius solo puede responder asentando con la cabeza y haciendo un tímido sonido de afirmación, luego, se separa de Luna, marcando así una especie de barrera entre el y la chica, estaba pensativo. Así era Julius. Se preguntaba: si todo salia bien, y regresan a su ciudad sanos y salvos, ¿que pasaría con su amistad? ¿que tal si Luna al conocer bien los defectos de Julius, termina por hartarse de este y renuncia de cierto modo con su amistad? Igual que Rhydderech. Solo con pensar todo eso pensaba también en aquellos compañeros que desde el jardín de niños lo llamaban cobarde, o en la primaria, cuando lo comparaban con cualquier personaje animado que fuese inseguro y temeroso.
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Axayacatl: El príncipe del agua
Action"El reflejo de tú ser es como el agua, refleja lo que eras, lo que eres y lo que serás, no puedes borrar eso, puedes evitar la verdad dando un manotazo en el agua si no te gusta quien eres y lo que eres, da igual, no cambias nada con eso, tú tienes...