Catherine McHannon tiene un oscuro secreto del que proteger a sus hermanos pequeños, pero también del que protegerse a sí misma cuando el momento llegue.
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Draco Malfoy x oc
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HERMOSA PORTADA DE @abbxmar
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Catherine se despertó por culpa de un repiqueteo que provenía de la ventana de su habitación. La pequeña niña de once años abrió los ojos ampliamente al encontrar inusualmente a una lechuza blanca con motas negras parada en el alfeizar de su ventana y mirándola fijamente.
Catherine McHannon era considerada por aquellos que la conocían como de une belleza admirable. Su cabello, rubio y brillante, descansaba siempre sobre sus hombros aunque de vez en cuando se bufaba, dándole muchísimo volumen, y la niña tenía que recurrir a atárselo con una goma del pelo para no asustar a la gente, pero sus tíos adoraban su cabello revuelto. Su cara era redonda y sus mejillas rosadas, decoradas por el azul oscuro de sus ojos con largas pestañas; sus labios, de un tamaño normal, eran también rosados y le daban un aspecto de simpática inocencia.
La niña se levantó de su cama de un salto y corrió hacia la ventana para abrirla. Supo desde el primer momento que tiró de ella que no conseguiría abrirla pues esta siempre se atascaba, y tuvo que llamar a su tía Andrómeda para que con magia dejase entrar al ave.
La bruja acudió al cuarto de Catherine asustada por los gritos de la menor, pero se tranquilizó al ver a la niña subida al escritorio que había justo debajo de la ventana y empujándola con todas sus fuerzas. Con un golpe de varita la ventana por fin se abrió y la lechuza entró volando en el cuarto. Dejó la carta que había llevado en el pico sobre la cama de Catherine, que se lanzó sobre ella emocionada.
Sus hermanos pequeños, Joddie y Johnny entraron corriendo ante el alboroto que se había formado. Mientras Catherine leía las palabras más esperada de su vida, su hermanita se acercó hacia la lechuza, que descansaba sobre la mesilla de noche de Catherine. La menor levantó las manos como para acariciarla, pero en vez de eso la cogió de las alas y comenzó a sacudirla. La lechuza ululó horrorizada, y Andrómeda rápidamente apartó como pudo a Joddie del ave de Hogwarts.
Más tarde tuvieron que enviar la respuesta a la escuela por medios de la propia lechuza de los Tonks, pues la del colegio había salido volando, indignadísima con aquella familia.
Catherine miró a su hermana con temor, imaginándose qué pasaría el día que le llegase su propia carta de Hogwarts.
Los mellizos McHannon eran niños adorables, ambos rubios y de ojos azules, como su hermana mayor, pero la actitud de ellos comparada a la de Catherine era totalmente distinta. A pesar de tener casi diez años de edad actuaban como si tuviesen cuatro o cinco, dejándose llevar por las situaciones que ellos consideraban divertidas, e ignorando todas sus mínimas responsabilidades. Ted y Andrómeda Tonks se preocupaban cada vez más. No podrían cuidarlos por siempre: el año siguiente sería su turno de separarse de su familia y de ir a la escuela de Magia y Hechicería.
