BLAME | hp | dm

𝔰𝔢𝔦𝔰.

SEIS

ETHAN BASS

Catherine llevaba varios días dándole vueltas a cómo abordar la conversación pendiente con sus hermanos, y se creía por fin preparada para contarles la verdad. Lo haría esa noche, después de cenar les pediría que fueran a hablar con ella en privado.

Mientras tanto pasaba el rato con Ethan. Era raro para Catherine hablar con él de cosas personales, pero sin saber por qué había sentido la necesidad de hacerlo. Al principio cuando Catherine le pidió que se fuera con ella un rato, Ethan creyó que la chica tenía otras intenciones, y es cierto que se extrañó cuando se dio cuenta de que ella solamente quería hablar, pero luego se dio cuenta de que se sentía muy cómodo con Catherine. Ambos habían descubierto que confiaban el uno en el otro, quizá Catherine lo había hecho antes que el chico.

—¿Tú sabías lo de mis padres? —inquirió Catherine para Ethan.

Estaban viendo el atardecer al borde del Lago Negro, ambos adolescentes descalzados y con los pies sumergidos en el agua helada.

—¿El qué exactamente? —preguntó el mayor. Como Catherine le dirigió una mirada de exasperación, el añadió:— Bueno, tus padres son conocidos por diferentes cosas.

—Vale —cedió Catherine, considerando que técnicamente tenía razón—. Me refiero a si sabías que están en Azkaban. Que eran, o son, mortífagos.

—Sí —contestó Ethan, mirando con curiosidad a la chica; no entendía por qué estaban hablando de eso.

Catherine no dijo nada por unos segundos que a Ethan se le hicieron largos. La chica simplemente contemplaba al cielo cada vez más anaranjado.

—Yo me enteré hace un mes —Ethan parpadeó mirándola fijamente—, Sé lo que estás pensando: si todo el mundo lo sabe, ¿cómo no lo ibas a saber tú que eres su hija? —hizo otra pausa— Simplemente mis tíos nunca me lo dijeron. Este verano, con todo lo que está pasando mi prima decidió contármelo.

Ethan siguió callado; en verdad no sabía qué decir. Catherine ni siquiera lo había mirado un momento, no se atrevía a hacerlo.

—He pensado toda mi vida que mis padres habían desaparecido sin más. Ni siquiera había tenido la suficiente curiosidad como para preocuparme o preguntar qué les había pasado. Simplemente no me importaba. Mis padres han sido siempre Ted y Andrómeda, nadie más.

—¿Nunca has querido saber qué les pasó? —dijo Ethan, todavía clavando la vista en el perfil de la chica.

—Ahora es diferente —respondió Catherine—. Desde que sé dónde están quiero saberlo todo sobre ellos. No sé si me entiendes —y se giró hacia él por primera vez.

Sintió un apretón en el pecho al realizar que Ethan la miraba atento a sus palabras, que sus ojos reflejaban preocupación por ella. Era la primera conversación seria que mantenían los dos, aparte de que también era la primera conversación que mantenían en público que no fuera de fingida repulsión. Era divertido meterse el uno con el otro delante de los demás, cuando en realidad su relación era completamente distinta. Pero ahora que estaban experimentando aquella agradable conversación, a pesar del tema que trataban, se sentía diferente para ambos.