- ¡Vamos Amy! Soy más joven que tu y pareces mi madre, ¿que es lo que te molesta de pasar un fin de semana en Las Vegas con nuestras amigas de toda la vida para despedirme de mi vida de soltera? - dijo Katherine con voz de pena -
- No puedo dejar mi trabajo y a mi perro solo por irme a Las Vegas donde solo hay dinero y sexo – exclamó Amy con cara de pocos amigos -
- ¡¡Hermanita!! Solo trabajas de lunes a viernes no es una obligación también estar trabajando los fines de semana y Grym se puede quedar con nuestros padres... ¡¡Vamos animate!!, solo tienes veinticinco años y pareces más mayor que mama – gruño su hermana pequeña -
- Esta bien, pero no pienso acostarme mas tarde de las doce y no pienso beber nada más que agua, y como vayamos a ver hombres desnudos me enfadaré contigo.. -
- ¡¡¡Te quiero!!! - gritó su hermana lanzándose sobre ella para abrazarla y darle mil besos por todo el rostro -
Amy muy poco convencida del plan de su hermana la abrazó también contenta en parte porque ella había encontrado al amor de su vida, ese que solo existen en las novelas de amor que tiene en las estanterías de su casa. Zayn y Katherine eran la pareja perfecta, ella era alocada y divertida mientras que el era todo lo contrario, se complementaban totalmente con una simple mirada. Ella leía sobre eso en sus novelas y pensaba que era amor verdadero ya que solo había tenido un novio en su vida y había sido un desastre...
Entendía que su hermana quería pasárselo bien la última noche de soltera pero no entendía como quería viajar a Las Vegas sabiendo que en esa ciudad las locuras estaban aseguradas...
Amy llego a casa después de estar con su hermana en un bar tomando un café y su perro una raza bulldog francés le recibió con besos y ladridos, su gran compañía, SU ÚNICA compañía...
Después de juguetear unos minutos con su perro fue a la cocina para ver que tenía esa noche para cenar, la nevera vacía le trajo una sensación de vacío… Sus padres siempre habían preferido a Katherine ya que ella tenía una carrera, un novio perfecto y una gran casa con un precioso jardín en un pueblecito de Seattle donde vivían sus padres, que habían emigrado desde Inglaterra cuando solo tenía cinco años, ella en cambio tenía un piso pequeño en el centro de la ciudad, en la ajetreada ciudad, sin novio, con un perro y con la nevera vacía. Fue al baño a ducharse y tenía el estomago tan cerrado por los nervios de ese viaje que después de que las gotas de agua resbalaran y se perdieran por el desagüe se fue directamente a la cama.
Viernes siete de la mañana, se despertó con una extraña sensación, a las siete de la tarde cogerían el vuelo que les llevaba a Las Vegas, su hermana, aunque era su despedida, se encargó de organizarlo todo ya que Amy no tenía tiempo para coger los billetes o el hotel. En total iban a ir seis chicas incluyéndose ellas mismas, amigas de la infancia, hacia tiempo que no las veía y le hacia ilusión reencontrarse con ellas… Aunque no fuera exactamente para tomarse algo e ir para casa para volver a sus novelas de amor.
Fue a trabajar a la casa de abogados donde ella era secretaria ya que como ese fin de semana se marchaba quería dejarlo todo listo para el lunes cuando volvería al trabajo. Realmente los dueños del negocio estaban más que encantados con ella, ya que era tan eficiente que se llevaba el trabajo los fines de semana… Si supieran que era porque no tenía más vida social que su perro y sus novelas…
El día se le hizo corto ya que no tenía ningunas ganas de hacer ese viaje, verdaderamente era un fastidio para ella tener que representar el papel de hermana feliz, que aunque realmente lo estaba, no compartía el hecho de hacer un viaje a Las Vegas. Si ella estuviera apunto de casarse con el amor de su vida no se separaría ni un momento de él.
Al salir del trabajo eligió el transporte publico ya que ir en coche en Seattle era una autentica locura, cuando llego a casa vio a su perro durmiendo en el sofá, ese día ni siquiera había ido a saludarla, seguramente su único amor estaba enfadado con ella ya que se marchaba y le dejaba solo. Se subió en una escalera para coger de encima del armario una pequeña maleta donde coloco dos pantalones, dos mudas de ropa interior, y tres camisetas. Justo cuando estaba cerrando la cremallera su hermana llamó y le dijo que estaba debajo de su casa esperándole con el coche, solo había media hora del pueblo donde ella vivía al centro de la ciudad. Amy cogio su maleta y bajó, su cuñado y su hermana les esperaban en el coche para ir hacia el aeropuerto.
El viaje fue pesado pero su hermana y las amigas de la infancia a las que había saludado con muchas ganas le estaban entreteniendo contándole cotilleos del pueblo donde se había criado.
Cansada y con ganas de llegar al hotel iba arrastrando su maleta para coger un taxi y encontrar el hotel que según su hermana era el más lujoso de la ciudad.
Su hermana no paraba de hacer fotografías desde el taxi a todos sitios, cuando el coche freno diciendo en ingles que ya habían llegado a su destino, un hotel alto y realmente precioso rodeado de luces como todo alrededor les recibía. Cuando la recepcionista les dio las llaves de sus habitaciones fueron al ascensor para subir a estas.
Un hombre realmente atractivo estaba también esperando el ascensor y aunque eran seis chicas la mirada de este se poso en ella, en Amy. Sus ojos verdes hicieron que una corriente eléctrica le recorriera la espalda e hizo un gran esfuerzo para apartar la mirada de él y subirse al ascensor con su hermana y sus amigas.
Su fin de semana en Las Vegas no había hecho más que comenzar y de
que manera.
