Capitulo Treinta:

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Sábado, por la mañana.

Harry se había ido a trabajar y ella estaba en casa con Frank, se fue al jardín ya que hacía un día perfecto para tomar el sol, algo muy extraño en Londres, Frank vino corriendo y nervioso y se paró delante de ella.

- Frank - dijo Amy abriendo los ojos - ¿Que es lo que ocurre? 

- Su hermana esta aquí, señorita - murmuró Frank - No me ha dejado presentarla...

- ¿Mi hermana? Oh no te preocupes, es una impertinente... - rió Amy -

- Seré una impertinente hermanita - dijo Kath entrando por el jardín con muchísimos maletines de maquillaje y peluquería y en el otro brazo un vestido de novia, ella iba realmente preciosa con un vestido malva y un peinado de... ¿BODA? - Pero tú, te casas dentro de cuatro horas, y no hay tiempo.

Amy se quedó bloqueada momentáneamente, podía haber sido una broma, pero Kath iba vestida de boda y llevaba un vestido de novia en su brazo. Las imágenes pasaban por su cabeza pero no encontraba una que tuviera algo, poco, de lógica.

- ¿De qué estás hablando? - preguntó Amy con la boca abierta -

- Puede ser que la haya pifiado... - dijo Kath con la mirada perdida - ¡¡Ya lo tengo!! ¡¡¡SORPRESA!!! - gritó sonriendo mientras cogía a Amy, aún en shock, y la llevaba por la casa buscando una habitación donde pudiera arreglar a su hermana -

- ¿Cómo que sorpresa? Kath, ¿De qué me estás hablando? ¿Te has dado cuenta de que estoy con la cara de idiota porque no entiendo nada....? - dijo Amy mientras su hermana la sentaba en una silla y comenzaba a abrir sus maletines -

- Bueno, tu futuro marido me dijo que te pintara, te peinara y te vistiera como en una boda, y que trajera a toda la familia para Londres. Y es lo que hice... - dijo Kath como si todo fuera así de fácil explicarlo - No me mires así hermanita yo solo acato ordenes, y si además me cae bien, aún las acato mejor.

- ¿Pero cómo puede ser? ¿Ha roto los papeles del divorcio? Solo así podríamos casarnos tan pronto, que la iglesia vea que estamos casados en otro estado... Pero ni aún así sino tienen mi firma no pueden aceptar ese enlace - dijo intentando pensar alguna cosa razonable -

- No, no ha roto nada, esos papeles nunca han existido, nunca te ha dado ningún papel de divorcio - dijo Kath cogiendo el secador, la plancha, unas tenacillas y miles de pinzas y adornos -

- ¿Cómo que no? - dijo Amy apartando las manos de su hermana que le estaban haciendo cosquillas -

- ¡¡¡Amy!!! Por el amor de dios, quedate quieta. Dentro de tres horas verás a Harry, pregúntale todo esto a él. Ahora, déjame arreglarte para tu boda, y si puede ser callada... ¡¡GRACIAS!! - dijo Kath cogiéndole de las manos a la rubia que la miraba suplicante esperando alguna respuesta -

Dos horas después Amy nerviosa, con el estomago encogido fue a la habitación que llevaba tres días compartiendo con Harry y se miró en el gran espejo que había.

Un moño recogido con mechones sueltos con ondulaciones y flores chiquititas blancas adornaban su pelo, un maquillaje sutil pero muy sexy le enmarcaba el rostro y un vestido blanco se apretaba hasta su cintura donde varias líneas entrelazadas de pedrería dejaban que el bajo del vestido cayera como el de una princesa.

No se podía creer lo que estaba viviendo en esas tres semanas que llevaba en Londres, quizás debería haberse parado a reflexionar cinco minutos pero tenía tantas cosas que volver a preguntarle a Harry que no perdió tiempo y subió a la limusina también decorada.

Al llegar a la iglesia encontró a su padre esperándola como si no pasara nada, como si ella hubiera sabido lo de la boda desde el principio, le ofreció su brazo derecho sin pronunciar palabra y pocos segundos después estaba caminando por el pasillo de la iglesia lleno de familiares suyos y gente que no conocía, su madre en primera fila sonriéndole y mucho más allá su hermana con los ojos vidriosos y.... Harry, esperándola, comiéndole con los ojos, y queriéndole con el corazón. Amy estaba tan nerviosa que no articulo palabra hasta que no le dijeron si quería a Harry como esposo, y aún así le costaba hablar porque había cumplido su sueño de casarse en una iglesia con toda su familia y un vestido blanco precioso, aunque igualmente dijo el si más rotundo que nadie podría haber dicho. Cuando se tuvieron que besar, los dos estaban ansiosos de hacerlo, Amy le sonrió con los ojos esperando que él entendiera todo lo que significaba lo que había hecho. Harry lo entendió perfectamente porque junto su frente con la de Amy y le acarició la mejilla. 

-Te Amo.

-Te Amo.-dijo Amy dando paso a otro beso, uno lento y lleno de amor.

En el coche de camino hacia el banquete y después de haberlos llenado de pétalos a los dos, al fin estuvieron a solas.

- Harry... Explícame algo de todo esto... - susurró ella abrazándose a él - Como te quiero...

- Y yo también pequeña... Me dijiste que este era tu sueño... Y solo quería cumplirlo.. Cuando llegue aquí el sábado pasado y te encontré en tu apartamento y arreglada para salir la rabia me comía por dentro pero cuando inevitablemente te bese y acabamos haciendo el amor... Escuche las dos únicas palabras que quería escuchar, que me querías. Me faltó tiempo para llamar a tu hermana y para organizar todo esto. Los papeles que te di a firmar no eran el divorcio eran la licencia para casarnos por la iglesia...Te amo Amy, y quiero seguir haciéndote feliz, y seguir cumpliendo todos tus sueños...

- Oh Harry... Me has hecho más que feliz... -dijo ella -

- Tengo otra sorpresa - le interrumpió él - También le he comprado una casa a tus padres. Me lo han agradecido eternamente, pero les he dicho que la has comprado tú, así que prepárate para que tu padre te coma a besos por devolverle a su tierra... - Amy no pudo articular palabra porque las lagrimas caían desconsoladas, lágrimas de pura felicidad, se abrazó a Harry y aspiró su aroma como había hecho tantas otras veces, pero esta vez sabiendo que jamás le dejaría marcharse de su lado -

- A ver - gritó Kath con unas copas de más - ¡¡Silencio!! Hermanita como era una boda sorpresa no has tenido a quien elegir para que te haga el discurso, así que me he elegido yo misma. Por favor, silencio. Y todos ustedes, sus copas en alto.

Hoy se me ha otorgado el gran privilegio de ser yo la que les dedique unas palabras y, para mí, es un honor, ya que es lo mínimo que puedo hacer por ti hermanita

Por estar siempre ahí, por hacerme disfrutar de cada momento, por enseñarme muchas cosas de la vida y por todos y cada uno de esos días compartidos. Por ser tu, tan especial, tan hermosa, tan madura y tan perfecta.

Siempre te he tenido envidia, ¿Sabes? Nunca te equivocabas porque siempre sabias decidir, y has decidido tan bien a lo largo de tu vida, que tienes un matrimonio perfecto, una familia feliz y unos amigos encantadores.

Has elegido tan bien a lo largo de tu vida que te llevas lo mejor dentro de tí.

Porque eres grande, hermanita, eres la más grande del mundo. Y cuando te vayas de este, no cabras en el cielo de tan pequeño que será comparado con tu alma.

Y a Harry y a ti... Lo importante es que se amen, porque el amor es la llave de la vida. Y amar siempre sin condiciones y sin exclusividades, porque el amor es dar y compartir. 

Y, cuando con el paso del tiempo, los aborde la rutina, se sientan solos, o simplemente, sus corazones estén llenos de tristeza, espero que vuelvan a sentir la emoción que les provocó el primer beso, que sientan la caricia mimosa de sus manos entrelazadas y que recuerden este día en que se prometieron amor eterno.

Amy fue corriendo a su hermana, y como un deja vu se abrazó a ella llorando, llorando las dos por la felicidad que sentían, y que esperaba sentir siempre.

- Amy - dijo su hermana sollozando -

-¿Qué? - preguntó Amy con el rímel corrido -

- Me vengo a vivir a Londres... No me quiero separar de ti - dijo Katherine volviendo a sollozar y abrazándose a su hermana -

El banquete transcurrió como un sueño de hadas, los padres de Harry no estaban pero si lo estaban sus tíos, aquellos a los que quería, y también sus primos y su mujer a los que Amy saludo gustosamente.

Bailaron hasta que las rodillas se les doblaban y las gotas de sudor resbalaban por sus rostros, y el amor que había en el aíre era imposible de describir, porque era único, y verdadero.

"En las Vegas" - Harry Styles y AmyWhere stories live. Discover now