- Dios... Amy – susurró él sin saber que decir – Si me lo hubieras dicho yo habría cuidado mucho más mi comportamiento – dijo él acariciándole el rostro de ella que temblaba de nerviosismo y dolor -
- No pasa nada – sonrió ella débilmente – No quiero que pares Harry, soy consciente de mis actos y yo he decidido esto.
Harry al escuchar esa frase soltó un suspiro y volvió a moverse, esta vez mucho más despacio, mientras veía como el rostro de Amy cambiaba y se mordía el labio. Él le estimulaba para que pudiera ser aún más placentero y ella no tardó en llegar al clímax y al ver como se retorcía debajo suyo él no pudo aguantar mucho más, y llegaron casi a la misma vez. Harry cayó desplomado encima suyo y comenzó a llenarle de besos todo el rostro mientras le acariciaba su gran cabellera rubia.
- ¿Por qué yo, pequeña? - le preguntó Harry irrumpiendo en el silencio -
- Porque era lo que me apetecía en ese momento – dijo Amy mirándolo con sus ojos grises, que en este momento se notaban casi verdes, muy abiertos -
- ¿Estás dolorida? - susurró él -
- Un poco – admitió Amy sonrojándose levemente -
- No te preocupes, voy a cuidarte... Muy bien – el se levantó y quitándose el preservativo la cogió en brazos y la metió en la bañera que comenzó a llenar de agua -
Amy cerró los ojos, dándose cuenta del error que acababa de cometer. Harry podría haber dicho voy a cuidarte durante el resto de mi vida, y en cambio solo la iba a cuidar muy bien. La iba a cuidar muy bien solo el tiempo que durara su matrimonio, sintió una punzada de dolor en el corazón y mientras Harry le estaba enjabonando el pelo, una lagrima se escurrió por su mejilla.
No lo quería admitir, pero sentía algo muy fuerte por Harry, algo que jamás había sentido en su vida, y que al momento de que el divorcio llegara, tan solo en una semana, su corazón se rompería irremediablemente. Pero no quería engañarse y pensar que pasaría el resto de su vida con él, o que quizá, y solo quizá, él pudiera sentir lo mismo que ella. Amy estaba consciente de que lo que acababa de pasar solo había sido sexo para Harry, en cambio para ella había sido algo mas, pero no estaba segura de cómo explicarlo.
-¿Estas bien? -preguntó Harry dulcemente.
-Si.
-¿Que sucede? -volvio a preguntar Harry, pues habia notado un poco de angustia en el tono de Amy.
-Nada... es solo -ella hizo una pausa mirando fijamente los ojos de Harry. No veía nada, nada que le dijera que él sentía algo. Nada, solo podía ver ese hermoso color verde, pero nada mas, ningún tipo de emoción. Era como estar mirando una foto o una pintura. -Olvídalo.
-Dimelo, puedes confiar en mi. -dijo Harry, y ahora si podía ver algo en sus ojos. Sinceridad. Pero a pesar de eso, no podía compartir sus sentimientos con él. Al fin y al cabo, esto era solo un trato.
-No es nada, Harry. En serio.- dijo sonriendo falsamente.
