Capitulo Veintiuno:

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El gran día llegó, los días junto a Harry habían pasado en silencio, cuando él se iba a dormir Amy ya llevaba dormida horas, y cuando ella se levantaba él ya se había ido a trabajar. Se pasaba los días leyendo y nadando. Cocinaba de vez en cuando, cosa que le encantaba pero no había nadie para probar sus platos. Buscaba trabajo de secretaria pero la cosa estaba tremendamente difícil.

Su vestido era uno largo de un color gris perla y con una cinta de color azul rey en la cintura que le modelaba para después dejar caer todo el peso del vestido hacia el suelo. Esa misma mañana había contratado a una peluquera y esteticista para que fuera a casa de Harry para maquillarla y peinarla. Un moño con algunos mechones sueltos se alzaba en lo alto de su cabeza y un maquillaje sexy y atrevido remataba la parte de la cabeza. Unos zapatos de un azul rey como la cinta del vestido y un bolso de mano del mismo color finalizaban el conjunto que se había comprado para la boda de su hermana. Cuando terminó con la peluquera y esteticista que vino a su casa, decidió buscar a Harry y hablarle por primera vez desde la última pelea. Lo encontró poniéndose una corbata del mismo color de su vestido y se sorprendió de que así fuera porque no se lo había enseñado.

- ¿Qué te falta? Debemos marcharnos – susurró Amy mirándolo de arriba abajo, estaba realmente estupendo con ese traje –

- Nada, estaba esperándote a ti. Estas realmente hermosa – susurró él –

- Gracias – dijo ella mientras entrelazaba su brazo con el que Harry le ofrecía.

Salieron de casa y se subieron en la limusina que les llevaría al pueblo donde se casaba su hermana, el viaje lo pasaron totalmente en silencio mirando por la ventanilla los arboles y coches que pasar a su alrededor. Le quedaba esa noche para disfrutar de él y mañana cogería sus cosas para volver a su pequeño apartamento. Que difícil le parecía todo en aquellos momentos, y que difícil le parecía mirarle a él.

Cuando se bajaron de la limusina y vieron a todo el mundo comenzaron a sonreír y a saludar a todo el mundo. Su familia estaba allí en primera fila, sonriéndole como si nunca la hubieran visto. Amy solo pudo abrazar a todos y presentar a Harry a quien aún no le conocía. Su madre le cogió de la mano y le sonrió.

Que injusto era todo… pensó ella. No la quería por lo que ella misma hubiera conseguido o logrado sino por lo que su marido había conseguido y logrado. Ella nunca valía nada, ni si quiera habían sido capaces de decirle lo guapa que estaba ese día. No, su hermana siempre lo estaría más. Su hermana siempre lo haría todo mejor y lo tenía tan asumido que se resignó a sentarse mientras Harry le pasaba un brazo por el hombro, ella le miró fijamente con los ojos llenos de dolor y de lagrimas que necesitaban salir, Harry le negó con la cabeza, le pidió que no llorara con los ojos y la estrecho entre sus brazos para darle el beso más dulce y romántico del mundo.

La noción del tiempo se perdió en el verde de los ojos de Harry, y se dio cuenta de que la música nupcial sonaba mientras su hermana tan hermosa como un ángel entraba cogida del brazo de su padre avanzando hacia Zayn, que nervioso se cogía las manos viendo a su futura esposa.

La boda pasó rápido y en media hora estaban fuera de la iglesia esperando a que su hermana y su esposo salieran para tirarle los pétalos de rosas que tenían apilados en las manos todos los allí presentes.

Katherine sonreía como nunca y se le veía tan feliz que Amy solo pudo reír también y agarrarse con más fuerza del brazo de Harry.

En el camino hacia el banquete tampoco dijeron nada, nunca habían estado tanto tiempo callados estando juntos y eso provocaba un gran estado de nerviosismo en Amy quien no podía estarse quieta dentro de la limusina. Dio las gracias por llegar tan rápido al destino y una vez allí vio como Kath y Zayn estaban haciéndose fotos y como invitaban a Harry y a ella a unirse para el álbum familiar. 

En esas fotos saldría Harry, como su pareja, no lo vería jamás, no querría que su hermana le enviara las fotos de ellos cuatro sonriendo mientras estaba en su minúsculo apartamento sola. No lo soportaría.

El momento del aperitivo fue entretenido mientras Harry hablaba por su cuenta con unos invitados y Amy con sus amigas de la infancia. Estaba mucho más relajada alejada de él hiendo a su aire, su hermana se le acercó en uno de esos momentos y la abrazó muy fuerte.

- Amy, que feliz soy… - dijo su hermana entre lagrimas - ¿Cómo estás? 

- Estás preciosa y muchas felicidades por casarte con el mejor hombre del mundo, se tendrían que ver mientras se miraban, se estaban comiendo con la mirada – rió Amy – Yo estoy bien, estoy perfectamente.

- Nos miramos como se miran tú y Harry no seas tonta – sonrió su hermana – Bueno… ¿Cuéntame que piensas decir en tu discurso? ¿Qué soy la mejor hermana del mundo? ¿O qué me quieres más que nadie? – Comenzó a reír a carcajadas, en cambio Amy con el rostro totalmente desconcertado no podía entender cuál era el chiste –

- ¿De qué hablas Kath? – Susurró Amy –

- ¿Cómo que de que hablo? ¿Estás de broma, no? – Preguntó su hermana apartándose un mechón de pelo de su recogido –

- No… De verdad, que no te comprendo – dijo Amy –

- Amy… Tú serás la que haga el discurso en el banquete… Por tu discurso brindarán todos mis invitados. Le dije a mama que te lo dijera – Kath al ver la blanca cara de su hermana se giró buscando a su madre y le dijo que viniera con un movimiento de mano – Mama, no le dijiste a Amy lo del discurso, ¿Verdad? – le preguntó Katherine a Sara que acababa de llegar preocupada por la cara de sus dos hijas –

- ¡¡¡Se me olvidó!!! – Exclamó su madre mientras su rostro cambiaba dándose cuenta de sus palabras –

- Amy no me puedes fallar, eres tú quien tiene que hacer ese discurso – le pidió su hermana suplicante –

- Amy da igual que no sepas que decir, debes hacerlo. Aunque se me haya olvidado es tu responsabilidad - dijo la madre de Amy y Kath –

- No lo es, mama. Ya cansa tu hostilidad hacia mí cada vez que estamos juntas. Tu responsabilidad era decírmelo y no lo has hecho – le espetó Amy a su madre por primera vez en su vida, después se giro hacia su sorprendida hermana y le sonrió – No te preocupes Kath, voy a ver que me invento. Está claro que para mi hermana siempre voy a tener palabras. Te quiero mucho – susurró abrazándola, notó como Kath sonreía y le abrazaba mas fuerte –

"En las Vegas" - Harry Styles y AmyWhere stories live. Discover now