Capitulo Dos:

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Tenían tres habitaciones dobles y Amy dormiría con su hermana, mientras las otras chicas dormían en otras dos habitaciones Emma con Ruth, y Lexie con Amanda. C uando las hermanas llegaron a su habitación estaban tan exhaustas que dejaron la maleta tirada se desnudaron y sin coger el pijama se fueron a dormir. Katherine antes de dormir le miro fijamente y Amy se giro hacia ella viendo que tenía una mirada fija en su rostro.
- Que pasa Kath? - susurró Anny sin fuerzas ni para alzar la voz -
- No sé, estoy nerviosa... Creo que este fin de semana va a ser muy especial …-hi- ¡¡Oh vamos!! - le tiró un cojín Amy – No sabes lo que traje – dijo con tono ofendido aunque ella misma sabia que llevaba ropa poco acorde para algo tan lujoso como lo que les esperaba en esa ciudad - ¿Por que crees que tiene que pasar algo especial? - preguntó ella luego de unos minutos de risas, pensando en el hombre que le había mirado esperando el ascensor -
- No lo sé, ya sabes, intuición de mujer – su hermana después de decir esto dio media vuelta y poco después escucho la respiración pausada. Que rápido se quedaba dormida, ojala ella pudiera hacer lo mismo sin tener que pensar en ese maldito hombre... Parecía una adolescente -

A la mañana siguiente su hermana fue a despertar a las demás, aunque eran las diez y la ciudad dormía a esa hora ella quería ver y visitar todos los lugares característicos de Las Vegas. Amy deshizo su maleta y cogió una muda de ropa interior, unos tejanos unas sandalias blancas y una blusa básica del mismo color que los zapatos, fue al baño de la habitación y aunque ayer no tuvo tiempo de admirar donde iba a estar hasta el domingo supo que era lujoso, pero nunca espero que tanto: una bañera más grande que todo su apartamento precedía el baño, cabían por lo menos cinco personas, a un costado una ducha más simple los lavados eran de mármol color crudo, en los bordes tenían pequeñas incrustaciones de brillo negro que le daban un aspecto aun mas hermoso, y sobre este reposaban hermosas flores de color blanca, también había un armario gigante donde se encontraban diversos juegos de suaves toallas y muchísimos productos para el jacuzzi, sales minerales importadas desde Los Andes, piedras volcánicas para masajes directamente desde Filipinas, esencias y minerales submarinos y muchas otras cosas de países que ni siquiera podían ser nombrados, y un espejo del tamaño de la pared donde se quedo mirando a ella misma, un cabello rubio ceniza caía en pequeños rizos ondulados hasta la cintura y sus ojos grises y grandes le miraban a través del espejo como si fuera una extraña la que estaba allí delante. Era tan ordenada, tan sosegada, tan rutinaria... Nunca se compraba ropa sexy ni tampoco se maquillaba... El desprecio que siempre sentía que su madre le tenía le había hecho sentirse como si ella no valiera lo suficiente, como si no valiera como valía su hermana. Quería demasiado a Katherine pero a veces, y demasiadas, se sentía mal y sola, como si ella sobrara en esa familia llena de felicidad y de amor... Amor… a ella le faltaba el amor, tanto de sus padres como el de una pareja que la apoyara en esos momentos...

Dejo de mirarse en el espejo y se metió en la ducha, meterse en esa piscina le parecía demasiado ridículo estando ella sola, su hermana entro al baño y le dijo que tardaba demasiado a si que la esperaban abajo desayunando, Amy acepto a regañadientes, y a los minutos salió de la ducha y se vistió con la ropa que había elegido para ese día, sosa y típica, como todo su armario. Vio el estuche de maquillaje de su hermana y la plancha del pelo encima del lavamanos... y aunque ni ella misma supo cómo ni porque comenzó a maquillarse como cuando Louis, su fallida relación, le decía lo guapa que estaba después de pasarse toda una tarde arreglándose. 
La plancha del pelo la utilizó, aunque sus rizos le encantaban nunca iba mal cambiar un poco su aspecto y más estando en Las Vegas... Se alisó su largo cabello rubio y decidió que ya estaba lista.
Aunque esos pensamientos parecían más propios de Kath que de ella no le importó tener más autoestima por un par de días. Cogió su bolso y cerró la puerta mientras esperaba el ascensor, sus amigas y su hermana llevaban más de quince minutos abajo esperándola y a ella no le gustaba hacer esperar a nadie.

A su izquierda, al final del pasillo repleto de habitaciones escucho como se cerraba una puerta, el atractivo hombre del ascensor de la noche anterior estaba cerrando su puerta y dirigiéndose hacia donde ella se encontraba.

Amy levanto la vista mirándolo fijamente y él con sus ojos verdes le sonrió sin ni siquiera mover un musculo de la boca, ella sonrojada volvió a bajar su mirada.

- Vaya, buenos días, parece que estamos destinados a encontrarnos en el ascensor – su voz sonó mejor de lo que se imagino cuando lo vio – Soy Harry, encantado. - dijo con una voz tan profunda que le sonó como un susurro en su oreja -
- Buenos días -contesto ella sonrojada – Yo soy Amy – le sonrió -

El ascensor llego en esos momentos y los dos entraron en el. Con la mirada fija en el suelo Amy quería que la planta 0 llegara pronto ya que notaba algo en el aire que hacia que miles de mariposas revolotearan por su estomago, y eso no era bueno, nada bueno.
No quería volver a ilusionarse estúpidamente como lo hizo con Louis y pegarse uno de los mayores fracasos de su vida, ese hombre solo quería ser educado con ella, nada más. Ella no era digna de nada de lo que él o algún chico pudiera ofrecerle, porque como le decía muchas veces su madre: “si con veinticinco años no haz encontrado pareja la cosa se te dificultará mucho Amelia...y será casi imposible que llegues a casarte algún día…”
Al bajar del ascensor Harry apoyo su mano en la cintura de Amy para empujarla ligeramente al salir y con ese pequeño gesto ella sintió que el mundo caía bajo sus pies ,

- Pásalo bien Amy, estas preciosa – le susurró Harry antes de desaparecer de su campo visual -

Amy no pudo ni decirle adiós, su hermana le estaba gritando desde la otra punta del hotel diciéndole que la comida estaba para chuparse los dedos. Pero para su mala suerte a ella se le había cerrado el estomago con la última frase... Estás preciosa.

"En las Vegas" - Harry Styles y AmyWhere stories live. Discover now